Sin Venezuela no hay paz

La cumbre por Venezuela realizada en Bogotá el pasado martes fue un buen intento en la búsqueda de fórmulas que conduzcan al restablecimiento de la plena democracia en el país bolivariano

Los participantes de la cumbre sobre Venezuela organizada por el presidente Gustavo Petro, el 25 de abril en Bogotá.HANDOUT (AFP)

Todos los esfuerzos que se hagan por la normalización del sistema democrático en Venezuela están plenamente justificados. Colombia y Venezuela han vivido una historia atormentada, repleta de episodios en los que la negociación diplomática ha sido la protagonista de primera fila y así sanar heridas originadas por la delimitación fronteriza. Hoy todavía seguimos sin definir las áreas marinas y submarinas. Este diferendo ha planteado para Colombia el peligro de grav...

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Todos los esfuerzos que se hagan por la normalización del sistema democrático en Venezuela están plenamente justificados. Colombia y Venezuela han vivido una historia atormentada, repleta de episodios en los que la negociación diplomática ha sido la protagonista de primera fila y así sanar heridas originadas por la delimitación fronteriza. Hoy todavía seguimos sin definir las áreas marinas y submarinas. Este diferendo ha planteado para Colombia el peligro de graves incidentes navales y una tensa situación a lo largo de la frontera terrestre.

Tampoco podemos desconocer que Venezuela ha sido territorio para que la insurgencia colombiana se afinque en el vecino país para defenderse de la acción legítima de las fuerzas armadas colombianas. Conflictos muy delicados de todos los pelambres afrontamos desde que Hugo Chávez resultó elegido presidente en 1999. El ambiente se fue deteriorando poco a poco. Después vino el régimen de Nicolás Maduro en 2013, y la situación se complicó por la violación de los derechos humanos; se rompieron las relaciones diplomáticas y los millones de colombianos establecidos en Venezuela quedaron huérfanos. Las consecuencias de ese rompimiento se tradujeron en un fortalecimiento de la guerrilla y de las organizaciones criminales que se apoderaron de la frontera.

Una cosa es la guerrilla en Venezuela con un gobierno respetuoso de las formas de la diplomacia, de las normas del derecho internacional, y otra cosa es un país con presos políticos y desconocimiento de los derechos humanos. La Paz es un bien superior. “No puede haber paz mientras a nuestro alrededor hay quienes asesinan, secuestran o hacen desaparecer” dijo la Corte Constitucional en una sentencia del gran jurista que fue Carlos Gaviria Díaz. La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento, reza la Constitución. El proceso de paz que Colombia logró con la guerrilla más antigua del mundo - las FARC - no se habría podido perfeccionar sin la colaboración y el apoyo de Venezuela.

La cumbre por Venezuela realizada en Bogotá el pasado martes con delegados de 19 países y de la Unión Europea, invitados por el gobierno del presidente Gustavo Petro, fue un buen intento en la búsqueda de fórmulas que conduzcan al restablecimiento de la plena democracia en el país bolivariano mediante la definición de un cronograma para elecciones libres y un levantamiento de sanciones. Es un camino largo pero indispensable para que el proyecto de paz total en el que se ha empeñado el régimen de Petro culmine con el éxito deseado.

Se infiere que sin democracia en Venezuela no hay paz en Colombia, y para ello se requiere destrabar las negociaciones entre la oposición y Nicolás Maduro en México. El periódico El Espectador advirtió que el lunes dos elementos amenazaron con sacudir la cumbre: la desconexión con la oposición y la aparente falta de voluntad de Maduro para negociar. Lo primero se refiere al caso del líder opositor Juan Guaidó, quien luego de llegar sorpresivamente a Colombia el lunes a la madrugada, atravesando la frontera de manera irregular, salió a Miami en la noche.

El capítulo Guaidó, con el tratamiento que las autoridades de inmigración y el propio Canciller le dieron al caso, opacó la conferencia porque las protestas no se hicieron esperar y sirvieron para que los críticos del Gobierno desacreditaran la conferencia internacional. El otro aspecto negativo fue la lista de condiciones del “gobierno chavista” en la víspera de la reunión de Bogotá que no solo incluía el levantamiento de las sanciones, sino también a los fondos congelados, la liberación de Alex Saab y el cese de investigaciones en tribunales de Estados Unidos y los de la Corte Penal Internacional. Colombia no se puede bajar del bus de la paz y la gasolina la pone Venezuela.

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