Petro pide al ELN no seguir el camino del narcotraficante Pablo Escobar

La guerrilla insiste en que el presidente violó los procedimientos del proceso de paz y abrió una crisis todavía no resuelta

Gustavo Petro viajando hacia su tierra natal, Ciénaga de Oro, el 23 de abril de 2022.Juan Carlos Zapata

Gustavo Petro le ha planteado a la guerrilla que llegados a este punto tiene dos caminos. El de Camilo Torres Restrepo, un cura guerrillero que militó en esa organización y fue pionero de la Teoría de la Liberación, o el de Pablo Escobar, el narcotraficante que en los años ochenta le echó un pulso a Colombia con un ejército de sicarios. El diálogo entre el Gobierno y...

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Gustavo Petro le ha planteado a la guerrilla que llegados a este punto tiene dos caminos. El de Camilo Torres Restrepo, un cura guerrillero que militó en esa organización y fue pionero de la Teoría de la Liberación, o el de Pablo Escobar, el narcotraficante que en los años ochenta le echó un pulso a Colombia con un ejército de sicarios. El diálogo entre el Gobierno y la guerrilla se encuentra en estos momentos en un punto muerto después del rifirrafe entre ambos a cuenta de que el presidente, sin haberlo acordado antes con la organización armada, anunciara un alto al fuego de seis meses que entusiasmó el mundo entero.

La dicha duró tres días, lo que tardó el ELN en desmentirlo. Desde ese momento no se ha puesto fecha oficial al segundo ciclo de conversaciones que se celebrará en México —este periódico anunció como fecha tentativa el 12 de febrero—, después de haber tenido un ciclo en Venezuela. De acuerdo a la revista oficial de la guerrilla, no se pueden reanudar los diálogos mientras no se aclare antes por qué Petro hizo ese anuncio por su cuenta y no lo consensuó. En paralelo, el propio Petro y su Gobierno tienen prisa en desencallar la situación. Este tiempo muerto les desespera. El presidente ve urgente conseguir un alto al fuego para acabar con las muertes en las regiones, uno de sus objetivos más claros. Como muestra de lo que puede ocurrir mientras esto no pase, ahí están los diez muertos en un enfrentamiento entre el ELN y las disidencias de las FARC esta semana.

Petro le habló a la guerrilla en Twitter con una claridad a la que no se acostumbra en un proceso de paz. Ahí le presentó la dicotomía de continuar los pasos de un mártir del catolicismo o los de un asesino cruel como Escobar. Las guerrillas iniciaron su andadura en Latinoamérica por cuestiones ideológicas, pero muchas de ellas han degenerado en carteles de la droga. En Colombia, tanto las FARC y el ELN, según los expertos, han utilizado el negocio de la cocaína para financiar su lucha.

Debajo del tuit en el que decía eso, venían las declaraciones del presidente del Congreso, Roy Barreras, uno de los hombres de confianza del presidente. Barreras hacía un alegato brutal sobre el cruce de caminos en el que se encuentra la guerrilla: “El ELN empezó su insurgencia hace 60 años, con unas ideas que suponían unas exigencias sociales. Es la primera vez que se encuentran un Gobierno progresista de izquierda democrática. Esa oportunidad no la pueden perder. O pasan a la historia como constructores de la paz total aceptando la mano generosa del presidente Petro o pasan a la historia como la guerrilla que se degeneró en narcotráfico solamente aportando dolor y secuestro”.

Revista semanal del Comando Central del ELN de Colombia. Edición #877 del 9 de enero de 2023.rrss

El ELN no parece tener tanta prisa como Petro. Sus tiempos son inescrutables. En un editorial de una revista que difunde en formato PDF, el grupo ha insistido en que la declaración del presidente no respeta “ni las temáticas ni los procedimientos que se acordaron en el primer ciclo”. Se muestran más contundentes y duros que en el comunicado oficial que difundieron en su día: “El ELN no pude aceptar como bilateral una decisión unilateral del Gobierno, que no acata la formalidad de la mesa como el espacio convenido para llegar a entendimientos y viola los procedimientos de no difundir a la opinión pública lo que no sea de consenso”.

Acusan al Gobierno de “no cumplir los procedimientos de discusión en la mesa y tomar medidas unilaterales y hacerlas públicas”. “Estos procedimientos”, repiten, “ponen en crisis el desarrollo de la mesa”. Antes de los diálogos de México se hace necesario tomar “correctivos que garanticen la superación de la crisis y la no repetición de estas acciones unilaterales y por fuera de la mesa”. Parece claro que están molestos.

Con perspectiva, este es el momento de mayor fricción desde que comenzaron las negociaciones. Hasta el último comandante en jefe de las FARC, Timochenko, se muestra dispuesto a echar una mano. En una carta que ha hecho pública dirigiada a Antonio García, jefe del ELN; se dice dispuesto a conversar con los que están en la posición que él tuvo cuando alcanzó un acuerdo histórico con el Gobierno de Juan Manuel Santos que desmovilizó a un ejército casi al completo. “Mi deseo es aportar un grano de arena en la titánica tarea de lograr la paz total que anhela la nación colombiana”, escribe.

Pese a todo, el Gobierno y el ELN han mostrado interés en alcanzar un acuerdo, aunque unos -los guerrilleros- quieren tomarse todo el tiempo del mundo y otros, Petro y su gente, no quieren que la discusión se eternice. Muchas muertes están en juego.

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