La Feria del Millón, diez años de arte accesible
La feria independiente en la cual las obras cuestan alrededor de un millón de pesos y las venden directamente los artistas, se traslada a la Plaza de toros La Santamaría
Para que un artista emergente ingresara al cerrado circuito del arte colombiano, para que sus obras fueran exhibidas y vendidas en una galería y para que los ciudadanos las pudieran comprar, se necesitaba un mundo. Hace diez años, Diego Garzón y Juan Ricardo Rincón, periodista y arquitecto, amantes del arte, decidieron acercar esos mundos y crearon la Feria del Millón, una feria de arte con una idea que parecía descabellada: que todas las obras valieran alrededor de un millón de pesos y que las vendieran directamente los artistas.
“¿Era posible comprar una obra de arte original a estos ...
Para que un artista emergente ingresara al cerrado circuito del arte colombiano, para que sus obras fueran exhibidas y vendidas en una galería y para que los ciudadanos las pudieran comprar, se necesitaba un mundo. Hace diez años, Diego Garzón y Juan Ricardo Rincón, periodista y arquitecto, amantes del arte, decidieron acercar esos mundos y crearon la Feria del Millón, una feria de arte con una idea que parecía descabellada: que todas las obras valieran alrededor de un millón de pesos y que las vendieran directamente los artistas.
“¿Era posible comprar una obra de arte original a estos precios cuando en el mercado las cifras tienden a ser muy elevadas?”, se preguntaban los cofundadores. Una década después, esa idea, y la persistencia de ambos, ha servido para que decenas de artistas desconocidos tuvieran una primera oportunidad y que público masivo aprendiera de arte y se pudiera llevar una obra para su casa.
“La respuesta fue contundente: la asistencia desde la primera versión fue inmensa y las altas ventas han ratificado la necesidad de este espacio tanto para los artistas como para el público”, dice Garzón. Ahora, esta feria de arte independiente celebra su edición en la Plaza La Santamaría: la antigua plaza de toros de Bogotá se transforma así en galería de arte al aire libre entre el 29 de septiembre y el 2 de octubre.
Desde sus inicios, la feria ha estado en lugares atípicos: en una enorme fábrica de textiles en Puente Aranda, en el suroccidente de Bogotá, alejada de los distritos artísticos; o en el abandonado Hospital San Juan de Dios, cuyas instalaciones son patrimonio arquitectónico de los bogotanos, aunque paradójicamente, como afirma Garzón, “no conocemos mucho los bogotanos”. “Siempre hemos buscado locaciones que generen sorpresa y resignificar los lugares donde hacemos la feria. La Plaza es significativa porque era para corridas de toros y nunca ha albergado nada de arte”, dice el cofundador.
Las obras de 65 artistas estarán exhibidas en el ruedo de la plaza, donde se han instalado carpas y una estructura para protegerlas. Este año, además, tendrán un pabellón dedicado a caricatura, con piezas del fallecido Antonio Caballero, de Matador, Betto, Vladdo y Bacteria. “Esta es una feria de artistas. Usualmente son de galerías. En esta el público puede hablar directamente con el artista, entender y conectarse con su obra”, dice Garzón.
Una década después y, con la inflación disparada en todo el mundo, para los fundadores ha sido un dilema mantener el nombre de la Feria. Como han encarecido los materiales y el trabajo de los artistas, hay obras entre 500.000 pesos y 1.500.000 pesos. Y por eso también habrá otros pabellones, como el 1K Art Show, una exposición con obras alrededor de mil dólares creadas por artistas que se presentaron en la feria por primera vez y que durante estos 10 años han ido consolidando su trabajo en exposiciones nacionales e internacionales.
En este se podrán comprar obras de artistas cuyo trabajo se ha valorizado como Camilo Correa, Juan Cortés, María Alejandra Torres, Miguel Guevara, Alejandro Sánchez, Natalia Mejía, Eduard Moreno, Francisco Lozada, David Guarnizo y Gonzalo García. Es la continuación del pop up que realizó la feria en Nueva York bajo el mismo nombre y que buscaba promocionar el trabajo de creadores colombianos.
La feria también hará presencia en el Planetario de Bogotá, a unos metros de la plaza. Allí estará Voltaje, el Salón de Arte y Tecnología que complementa la oferta artística y donde por primera vez abordarán un tema específico más allá de una relación de obras que tratan los temas de arte y tecnología. “El tema es el Antropoceno, lo post humano y los paisajes sintéticos. La nueva realidad y la naturaleza mundial, que está estructurada por nuevas maneras de vivir y formas de entendernos y por una presencia, influencia y determinación sobre cómo la tecnología está moldeando las relaciones intrapersonales sino también la naturaleza, la estética y la plástica”, dice Rincón.
La idea que comenzó hace 10 años buscando democratizar el arte ya ha tenido versiones en Barranquilla, Medellín, Cali y México. En este último país se llamó Arte 10, hasta los 10 mil pesos mexicanos. Después de Bogotá, la feria irá a Medellín, entre el 17 y el 18 de noviembre. “En estos años hemos sentido que el público al que antes no se le habría pasado por la cabeza comprar arte hoy ha acostumbrado el ojo y ve que puede invertir en una obra que le diga algo que le importe”, remata Garzón.
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