Un “río de sangre” recorre el centro de Bogotá

En la madrugada del 19 de mayo de 1997, cinco hombres armados tumbaron la puerta del apartamento de la pareja de defensores de derechos humanos Mario Calderón y Elsa Alvarado. Lograron entrar al edificio, en el barrio Chapinero en Bogotá, haciéndose pasar por agentes de la Fiscalía. Amordazaron al vigilante y entraron a la fuerza a la vivienda. Los hombres –años después se supo que eran paramilitares– asesinaron al par de investigadores y al papá de Elsa, que estaba de visita en la casa. Les dispararon con fusiles y pistolas. Han pasado 25 años y hoy Colombia sigue siendo ...

En la madrugada del 19 de mayo de 1997, cinco hombres armados tumbaron la puerta del apartamento de la pareja de defensores de derechos humanos Mario Calderón y Elsa Alvarado. Lograron entrar al edificio, en el barrio Chapinero en Bogotá, haciéndose pasar por agentes de la Fiscalía. Amordazaron al vigilante y entraron a la fuerza a la vivienda. Los hombres –años después se supo que eran paramilitares– asesinaron al par de investigadores y al papá de Elsa, que estaba de visita en la casa. Les dispararon con fusiles y pistolas. Han pasado 25 años y hoy Colombia sigue siendo un lugar peligroso para trabajar por los derechos, el más letal del mundo para los líderes sociales. Ha corrido tanta sangre en el país después de la muerte de Mario Calderón y Elsa Alvarado que la artista Mónica Savdié ha puesto en escena su último trabajo cuando se cumple un año más del crimen, que todavía se recuerda en el país y que sigue en la impunidad.

Este miércoles, en el centro del poder político en Bogotá, en la Plaza de Bolívar, un “río de sangre” –una enorme tela roja– se extendió por 130 metros, de un extremo al otro. La artista, que también es periodista y diseñadora industrial, desenvolvió la tela al compás de sus pasos hasta cruzar toda la plaza. Es un homenaje a Mario y Elsa, y a otras tantas –miles– de víctimas que ha dejado el conflicto armado y la injusticia de Colombia. Savdié también lo hace por los jóvenes que encontró en el estallido social del año pasado .“Fue fabuloso ver a tantos jóvenes apropiándose de las calles con cantos y banderas. Habían despertado por un mejor futuro, por un mejor país. Al ver tantas banderas con los colores invertidos, clara señal de la sangre que se ha desbordado en esta nación, me sintonicé con ellos, confeccioné el traje con la bandera invertida y comencé a acompañar a esa indignada juventud con un río de sangre”, cuenta por teléfono unas horas antes de su puesta en escena.

Mónica Savdié (Bogotá, 1963) ha dedicado su trabajo artístico a la realidad colombiana. Examen de Visión 20/20 fue una obra gráfica sobre el conflicto armado. Con Escaques dedicó una escultura a las problemáticas sociales, políticas y ambientales y con La Partida relató un secuestro en un libro. Ríos de sangre, la performance que presentó este miércoles, empezó con siete metros, pero la violencia, que se desborda en Colombia, le obligó a sumar más tela. “Cuando alcancé los 73 metros del “río”, me dije: cruzaré la Plaza de Bolívar antes de que se acabe el mandato actual”, cuenta. Y recibió donaciones y sus amigos le ayudaron con dinero para que pudiera cumplirlo. Cruzó la plaza arrastrando 130 metros de tela roja.

“El propósito es dar visibilidad a un dolor nacional de siglos, que nos acoge a todos y que debe cesar. El río de sangre se debe secar. Ríos de sangre los que han corrido sobre estas tierras; ríos de sangre los que han teñido nuestras aguas. Ríos de sangre indígena, sangre comunera, sangre de esclavizados, sangre obrera; sangre de líderes, sangre de jóvenes, sangre de policías y de soldados, sangre de políticos, sangre de empresarios; sangre de trabajadores, sangre de campesinos olvidados, sangre entre hermanos. ¿¡Hasta cuándo!?”, escribe la artista en la presentación de su obra.

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