Vídeo de ajedrez | Sublime victoria de Antón

Otra obra maestra del español, basada en una finísima preparación casera frente a un rival de postín, el ruso Grischuk

El debate sobre si las computadoras pueden crear belleza en ajedrez está en vías de aclaración: la respuesta es sí, pero menos que los humanos porque las máquinas juegan ya cerca de la perfección, y en ajedrez la belleza es casi siempre hija del error. Sin embargo, conviene tener en cuenta que esa belleza no se limita a combinaciones brillantes de medio juego: también puede darse en forma de ideas novedosas en la apertura.

La partida de este vídeo engloba ambos tipos de belleza. El gran maestro español encuentra en su casa hermosas ideas rompedoras en la apertura con la ayuda de potentes ajedrecistas inhumanos, y las aplica frente a un rival de élite, el ruso Alexánder Grischuk. Pero luego completa una obra de arte con creaciones propias, sentado frente a su adversario y sintiendo la presión del reloj. Esa exquisita fusión máquina-hombre justifica el adjetivo de sublime.

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