Niepómniashi, un retador tan fuerte como inestable

El ruso, que juega con bandera de la FIDE, desea la revancha con Carlsen, quien lo barrió hace siete meses en Dubái

Ian Niepómniashi, a la derecha, felicitado por su equipo tras ganar el Torneo de Candidatos en MadridPhotoChess

Nadie ha ganado el Torneo de Candidatos con tanta claridad como Ian Niepómniashi este domingo (una ronda antes de la final) en el Palacio de Santoña (Madrid). El ruso, de 31 años, autorizado a jugar con la bandera de la Federación Internacional (FIDE) porque se manifestó contra la agresión a Ucrania, ha sido letal además en el remate de posiciones ventajosas. Pero varios de sus rivales le han dado muchas facilidades, lo que deja la principal duda en el aire: ¿se sigue hundiendo tras una derrota, como le ocurrió ante el campeón, Magnus Carlsen, en el Mundial de Dubái el pasado diciembre?
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Nadie ha ganado el Torneo de Candidatos con tanta claridad como Ian Niepómniashi este domingo (una ronda antes de la final) en el Palacio de Santoña (Madrid). El ruso, de 31 años, autorizado a jugar con la bandera de la Federación Internacional (FIDE) porque se manifestó contra la agresión a Ucrania, ha sido letal además en el remate de posiciones ventajosas. Pero varios de sus rivales le han dado muchas facilidades, lo que deja la principal duda en el aire: ¿se sigue hundiendo tras una derrota, como le ocurrió ante el campeón, Magnus Carlsen, en el Mundial de Dubái el pasado diciembre?

“Me gusta sentir de cerca la tensión de los grandes torneos de élite, que ya había visitado un par de veces”, comentó a EL PAÍS el ministro de Cultura, Miquel Iceta, tras hacer el saque de honor de la última ronda. Y añadió, sin ser preguntado por ello, que se debería promover aún más el ajedrez como herramienta educativa [España está entre los países punteros del mundo] “porque hay argumentos serios y suficientes para ello”.

Volviendo a la tensión, todos los jugadores excepto dos disputaban la pelea de clausura por la honrilla o por unos miles de euros de diferencia en los premios. Las dos excepciones eran el estadounidense Hikaru Nakamura y el chino Liren Ding, quienes se jugaban un 2º puesto que podría tener una importancia extraordinaria si Carlsen renuncia al título, como amenazó en Dubái. En ese caso -quizá improbable porque el noruego se reunió el domingo en Madrid durante 40 minutos con el presidente de la FIDE, el ruso Arkady Dvorkóvich para negociar el asunto-, Niepómniashi y el 2º (Ding, ganador de esa partida final) disputarían el duelo por el título, programado para abril de 2023 en una sede aún por designar.

Quien menos se jugaba -solo unos puntos en la lista mundial, donde ha subido al tercer puesto, tras Carlsen y Ding- era Niepómniashi, actual subcampeón del mundo y retador por 2ª vez consecutiva tras imponerse de manera arrasadora en cuanto a los números: invicto, con 9,5 puntos de 14 posibles tras empatar las dos últimas rondas con el húngaro Richard Rapport y el polaco Jan Duda. Nadie lo había logrado con tamaña autoridad desde que, en 2013, el Candidatos empezó a disputarse por liga a doble vuelta entre ocho. Como él mismo reconoció el domingo, el hercúleo trabajo que Niepómniashi hizo en 2021 para prepararse contra Carlsen le ha sido muy útil siete meses más tarde en lo que se refiere a las aperturas (formas de iniciar la partida).

Sin embargo, y por paradójico que resulte, ese triunfo tan merecido deja una duda muy importante en el aire: ¿se hubiera derrumbado Niepómniashi psicológicamente si pierde una partida, como le ha ocurrido tantas veces -no solo en Dubái ante Carlsen- desde que era juvenil? La causa principal de que esa circunstancia no se haya producido no es que el ruso haya jugado muy bien en general, sino que algunos de sus adversarios le han hecho sorprendentes regalos. Sobre todos, el estadounidense Fabiano Caruana, quien, por miedo al riesgo, optó por empatar sus dos partidas con el vencedor cuando tenía posiciones ventajosas. Especialmente chirriante fue lo ocurrido en la 2ª jornada, en una posición donde los grandes campeones -Magnus Carlsen, Gari Kaspárov o Anatoli Kárpov, por ejemplo- jamás se hubieran conformado con el reparto del punto.

También el genial Alireza Firouzja, de 19 años, totalmente desdibujado (aunque ganó a Caruana en la última tras seis horas y media) porque sus mentores no incluyeron el aspecto psicológico en la preparación para su primer Candidatos. El franco-iraní se suicidó en las dos partidas con el vencedor, lanzándose a ataques insensatos, como si estuviera jugando con aficionados. Y en este apartado hay que destacar también la discutible decisión de Nakamura -quien, además, desperdició una posición ganadora contra el líder en la primera vuelta- en la antepenúltima ronda: firmar un empate sin lucha con Niepómniashi cuando aún podía ganar el torneo. Aunque quizá no sea tan discutible si se tiene en cuenta el ultra-pragmatismo del millonario Nakamura, mucho más preocupado por ganar dinero por las noches con sus transmisiones por internet que por las tardes en el torneo más importante del año.

A las circunstancias que han facilitado la hazaña de Niepómniashi hay que añadir otra: la desgracia permanente que sufre Ding -la amenaza más temible para Carlsen en 2019, justo antes de la pandemia- por la política extrema del Gobierno chino frente al covid: las cuarentenas, confinamientos, restricciones o prohibiciones para viajar que ha sufrido Ding han lastrado significativamente la calidad y consistencia de su juego, aunque sea otra vez el 2º del mundo, y del torneo. Si de él hubiera dependido -no lo dice en público porque es un adalid de la timidez y la discreción-, no hubiera volado a Madrid sin acompañante alguno y solo un par de días antes de la primera ronda, cuando la diferencia con Shanghái es de seis horas.

Por otro lado, Niepómniashi es el ganador que nadie quería, salvo sus admiradores y tal vez la Federación Rusa de Ajedrez, a pesar de que firmó el manifiesto contra la invasión del país vecino. Para la FIDE, su triunfo es una patata caliente porque dificulta mucho la consecución de buenos patrocinadores para la final, aunque Carlsen no renuncie al título.

Solo hay un punto muy claro, válido para todos los casos, tanto si el rival de Niepómniashi es Carlsen como si debe enfrentarse al quizá emergente Ding. El ruso debería incluir un intenso trabajo con psicólogos especializados en la alta competición. Si no lo hace, es harto improbable que no sea otra vez machacado por Carlsen o superado por Ding. Porque el talento, por inmenso que sea, y los conocimientos técnicos, enciclopédicos en su caso, no bastan para ser campeón del mundo. Carlsen dijo el domingo: “Los comentaristas han infravalorado criminalmente a Niepómniashi” en una conversación muy corta con Anastasiya Kárlovich, colaboradora de la FIDE. Pero ¿hay que valorarlo más mientras no demuestre que sabe digerir una derrota?

Clasificación final: 1º Niepómniashi 9,5; 2º Ding 8; 3º-4º Radyábov y Nakamura 7,5; 5º Caruana 6,5; 6º Firouzja 6; 7º-8º Duda y Rapport 5,5.

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