Mauricio Macri documenta la herencia kirchnerista
Un informe del gobierno argentino denuncia descalabro financiero y falta de transparencia estatal
Cuando asumió el 10 de diciembre de 2015, Mauricio Macri encontró a la Administración Pública argentina en “un estado cercano a la parálisis, con varias cadenas de pago cortadas y ahogada en una situación macroeconómica cada vez más delicada”. Este ha sido el resumen de un informe de 220 páginas que, bajo el título El estado del Estado, el Gobierno elaboró durante más de 6 meses para detallar la “herencia recibida” tras 12 años de administración kirchnerista. El texto resume las denuncias que tanto Macri como sus funcionarios de primera línea han realizado desde que asumieron sus cargos: la situación del Estado ha condicionado el rumbo del nuevo gobierno y ha obligado a tomar medidas de “sinceramiento” de la economía de alto costo político, como la reducción de los subsidios a los servicios, despidos en la administración y la paralización de la obra pública. La apelación a la crisis heredada de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner ha sido una de las características del discurso oficial de la primera etapa del macrismo.
El informe es una larga y puntillosa lista de los inconvenientes encontrados en distintas oficinas de la administración con duras críticas al uso presuntamente político de los recursos del Estado. “Mientras una grave crisis social se producía (…) el Estado estuvo en estos años tan al servicio de sus beneficiarios como de la política. Y, en muchos casos, de los políticos. El Ministerio de Desarrollo Social, por ejemplo, tenía deudas por 500 millones de pesos (35 millones de dólares) con proveedores y por subsidios”, dice el texto.
El macrismo ha denunciado un “descalabro financiero” en todas las áreas: educación, salud, vivienda, seguridad, economía, energía, infraestructura y cultura. “Se debía más de 3.000 millones de pesos a las universidades (215 millones de dólares)”; “El padrón de afiliados del PAMI (obra social de los jubilados) tenía 400.000 personas fallecidas por las que se pagaban servicios de salud”; “La planta de trabajadores del Estado se había incrementado en un 64% desde 2003 (de 2.200.000 a 3.600.000); “El Centro Cultural Kirchner contaba de una dotación de 600 personas que no tenían conducción, programas de trabajo ni roles asignados"; "En diciembre de 2015 el Estado nacional debía más de 350 millones de pesos (25 millones de dólares) en facturas de telefonía fija y móvil y consumo de datos de Internet"; “En Aerolíneas Argentinas, la nueva gestión asumió con deudas con proveedores por decenas de miles de millones pesos y cuatro aviones parados (tres de ellos arrumbados en el desierto norteamericano, donde pagaban 400.000 dólares anuales cada uno)". Y el listado sigue
El Ejecutivo también criticó una presunta falta de transparencia de todas las actividades estatales del kircherismo. “El descuido de la tarea pública fue acompañado por un progresiva falta de transparencia y por la incidencia de la corrupción”, dice el informe, publicado en la página web de la Casa Rosada. “En diciembre de 2015 no había en el Estado nacional instituciones de control capaces de investigar la corrupción de forma independiente la Oficina Anticorrupción (OA), desmantelada en materia de recursos, fue dejada acéfala cuando manifestó su intención de investigar el ejercicio del poder y las sospechas de corrupción”, agrega.
Crisis heredada
El trabajo no se ha ceñido sólo al estado de las cuentas y la organización pública. En el capítulo Política Económica el macrismo ha trazado un escenario de crisis grave, el mismo al que ha apelado cada vez que debió tomar medidas drásticas como la devaluación del 40% del valor de la moneda. Así, denunció que el nivel de déficit fiscal heredado “era el más alto de los últimos 30 años” y la inflación acumulada durante los 3 gobiernos kirchneristas alcanzó el 700%. “La producción industrial cayó durante 22 meses consecutivos entre 2013 y 2015, según el INDEC”, dice el informe. “Al mismo tiempo, el Gobierno mantenía frente a la población, y a través de estadísticas adulteradas, que el horizonte de los argentinos estaba libre de problemas económicos. Así, se construyó un Estado que gastaba al servicio de los intereses políticos del Ejecutivo en lugar de al servicio de los ciudadanos y sin control alguno”.
El diputado kirchnerista y exministro de Economía, Axel Kicillof, fue el primer kirchnerista en rechazar el informe. “Como la gente se queja dicen ‘está todo mal pero yo no fui’. Que nos echen la culpa a estas alturas ya no alcanza. Macri dijo 'vamos a vivir mejor', después empezó a decir que 'va todo mal pero es por la pesada herencia y en el segundo semestre vamos a estar mejor'. Ahora dicen que en los últimos doce años vivíamos demasiado bien", dijo el exministo. Para Macri, en cambio, el detalle de la “herencia recibida” permitirá a la gente comprender los problemas del presente y las complicaciones que avizora el Gobierno para el futuro.
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