LAS CONVERSACIONES SECRETAS CON ETA / y 3
Un mes después de que se iniciaran las primeras conversaciones entre el Gobierno y ETA, el proceso parecía abocado al fracaso. Por eso, según Jesús Eguiguren, presidente de los socialistas vascos, que impulsó el diálogo para el fin del terrorismo, se decidió abrir la mesa política, donde los socialistas vascos hablaron con Batasuna y con el PNV.
Los representantes de PNV, PSE y Batasuna (en la imagen) consensuaron entre septiembre y noviembre de 2006 un texto que, a última hora, no llegaron a firmar ante la exigencia planteada por la izquierda abertzale respecto a la creación en un plazo no superior a dos años de la comunidad única Navarra-Euskadi.
Los últimos contactos antes de la ruptura
Los últimos contactos entre el Gobierno y ETA para intentar salvar el proceso para el fin del terrorismo tras el atentado de Barajas tuvieron un invitado especial: Batasuna. A las conversaciones celebradas en un "hotelito de Ginebra", se incorporaron dirigentes de Batasuna, que negociaban con miembros del Partido Socialista de Euskadi, a la vez que los enviados del Gobierno conversaban con ETA.
El 26 de mayo de 2006, el juez Grande-Marlaska amplió los cargos a ocho dirigentes de Batasuna, entre ellos, Otegi. Los acusados amenazaron con no presentarse ante el juez.
Conclusiones del último proceso antes del fin
EL PAÍS | Madrid
La banda terrorista y el Gobierno no llegaron a discutir sobre nada que no fueran los incumplimientos de una y otra parte de las bases para el diálogo
Las promesas realizadas por Mariano Rajoy el pasado 3 de septiembre en el inicio del curso político en el castillo pontevedrés de Soutomaior comienzan a hacer agua, en su tierra natal, Galicia.
Una candidata del PSOE en las municipales del pasado 22 de mayo podría formar parte del jurado que juzgará al expresidente de la Comunidad Valenciana Francisco Camps (PP) por recibir trajes de la trama Gürtel. La cercanía de esa posible integrante del tribunal popular al principal partido de la oposición en las Cortes Valencianas puede resultar sorprendente.
El desalojo policial llevado a cabo ayer en el hotel Madrid, un inmueble abandonado muy próximo a la Puerta del Sol, desató horas después la airada protesta de más de 2.000 indignados en el centro de la capital. Los manifestantes se concentraron en Sol y posteriormente marcharon por las principales arterias profiriendo proclamas anticapitalistas y provocando problemas en el tráfico rodado.