La excéntrica ceremonia de graduación de la policía de Egipto
Arrastrar coches con el cuerpo, realizar flexiones o escalada son algunos de los ejercicios con los que las fuerzas de seguridad demuestran sus capacidades
Un desfile de hombres musculosos subidos encima de todo tipo de vehículos con el torso aceitoso al descubierto y sacando pecho, filas de jóvenes estirados con ladrillos sobre sus prominentes abdominales para que otros, armados con grandes martillos, los hagan pedazos, y persecuciones en coche que parecen sacadas de un capítulo de Alerta Cobra.
A simple vista podría confundirse con el espectáculo de un circo, una gran yincana o el making-of de un filme de acción deslucido. Pero las escenas se corresponden al acto de graduación de una nueva hornada de estudiantes de élite de una academia de policía de Egipto, celebrada con gran pompa el 15 de octubre en el este de El Cairo. Las imágenes del evento, que se hicieron virales en cuanto se retransmitieron por televisión, han desatado una mezcla de burlas y críticas en redes sociales por su inverosímil exhibición de virilidad.
El momento que más sensación han generado es cuando aparecen decenas de futuros policías con el pecho al aire y los brazos dispuestos en forma de croissant clásico montados en lanchas rápidas, camiones, blindados o aparatosas estructuras a remolque en las que no se acaba de entender si exhiben a los vehículos o se exhiben a ellos mismos.
La escena provocó una ola de mofas en las redes, muchas de ellas procedentes de usuarios de Turquía, con la que el régimen egipcio mantiene una tensa relación. En ellas se compara la escena con un show de estriptis, con los videoclips de Mohamed Ramadán, un polémico actor y cantante egipcio propenso a este tipo de exhibicionismo, a una gala de erotismo autoritario y a una cabalgata del “orgullo” del contraterrorismo.
El acto no era ninguna broma, ni fue obra de una academia desconocida que se pasó de frenada. Prueba de ello es que entre los asistentes figuraba la plana mayor del Estado: el Presidente del país, el ex mariscal Abdelfatá Al Sisi, el primer ministro, Mostafa Madbouly, el titular de Interior, el General Mayor Mahmoud Tawfiq, el portavoz del Parlamento, Ali Abdel Aal, el Papa Tawadros II y miembros de Al Azhar.
En esta línea, en algunos de los medios locales que se hicieron eco del acto, la jornada fue representada como toda una exhibición de capacidades por parte de las fuerzas policiales del país. En ellos se retrata épicamente a los graduados haciendo demostraciones de combate, escalando altos edificios y superando barreras y fuegos a los que podrían verse expuestos al desempeñar su trabajo para proteger a la nación de no se sabe qué amenazas y crímenes.
Pero las imágenes muestran una realidad un tanto más lamentable. Otros momentos extravagantes de la graduación incluyeron futuros policías bajando por paredes –algunos de ellos con evidentes dificultades–, otros deslizándose de espaldas por tirolesas y otros subiendo por una red con monos del mismo color y formando mensajes en formas desconcertantes. En el acto tampoco faltaron las acrobacias, hombres arrastrando coches a la fuerza y un continuo vaivén de jóvenes gritando.
Durante toda la gala, el atuendo favorito parecían ser los pantalones militares y el torso al descubierto. Así aparecieron los graduados transportando ruedas de grandes dimensiones de un lado para el otro, o haciendo flexiones encima de coches en movimiento, algunos incluso apoyados sobre las espaldas musculosas de sus compañeros.
El acto concluyó con una marcha militar tradicional, que dio paso a las condecoraciones –en este caso con uniformes puestos– y los parlamentos oficiales. Para dar un tono aún más inverosímil a la gala, el General Mayor Ahmed Ibrahim, director de la Academia, explicó que los graduados habían seguido un programa para hacer frente al extremismo y a las guerras asimétricas, según el diario Al Bawaba. El titular de Interior, por su parte, aseguró que los graduados representaban la “prometedora élite” del cuerpo de policía.
Por si el show en directo había dejado a la audiencia con ganas de más, el ministerio del Interior difundió orgullosamente el mismo día dos vídeos de un estilo similar al de la graduación. En este caso, las escenas pretenden ser igualmente heroicas, y muestran a equipos de técnicos de desactivación de explosivos o grupos de peritos forenses que parecen sacados de CSI. Los vídeos acaban exhibiendo otras escenas estrambóticas como un grupo de estudiantes en bañador y armado dentro de una piscina, peleas de boxeo, sesiones en el gimnasio con planos cortos sobre cuerpos sudados, salto en trampolín y carreras a caballo.
Con menos sorna, un reputado analista crítico en cuestiones de seguridad y defensa de Egipto se preguntaba si los policías pretendían derrotar el terrorismo y las leves infracciones de tráfico en el país con acrobacias de ese tipo, y la profesora de política internacional de la Universidad Queen Mary de Londres Laleh Khalili atribuía la gala al “erotismo de la masiva violencia de Estado” en Egipto.