Vayas donde vayas... PUEDES RECICLAR

Cuatro de cada cinco españoles reciclan en su casa. Es un hábito que por fortuna ya se da por hecho: tenemos nuestros cubos de colores a mano –la media se acerca a tres espacios por hogar, según la última encuesta de hábitos de Kantar para Ecoembes, y los contenedores de la calle están a una media de cien metros–, y sabemos de sobra dónde va una botella de plástico y dónde una caja de pizza.

Y si salimos de casa para ir a la universidad, al trabajo o a un concierto, la cosa no debería cambiar. Hoy podemos seguir reciclando prácticamente allí donde estemos. En España, existe un sistema de recogida en exteriores que se ocupa de gestionar lo generado en estadios de fútbol, centros educativos, empresas, centros comerciales o festivales de música, entre otros lugares. Un circuito en el que, el año pasado, se reciclaron 219.424 toneladas de envases domésticos.

La procedencia de los residuos reciclados

Son más de 17.000 emplazamientos los que cuentan con recogida selectiva de residuos. En ellos hay repartidos 57.643 contenedores, cubos y papeleras amarillas –para envases de plástico, latas y briks– y azules –envases de papel y cartón– y 300 puntos Reciclos –unas máquinas que otorgan premios al reciclar los envases– en los que tirar nuestros residuos.

Algunos de los residuos más comunes que se generan en el exterior

Pero la idea, explica Eduardo Sáez, coordinador de recogidas en el ámbito privado de Ecoembes, va más allá del mero hecho de reciclar fuera de casa. Hay que crear cultura: “Queremos que todos los agentes implicados tengan la posibilidad de reciclar y normalizar este hábito, tanto trabajadores como usuarios. Es una manera, además, de reducir la cantidad de residuos que llegan al vertedero”, explica. Poco a poco, añade, lo están consiguiendo: “Antes hacíamos una labor de convencimiento. Ahora la gente viene y pregunta para unirse”.

¿Cómo funciona la recogida selectiva fuera de los hogares?

Pongamos un ejemplo: ¿qué sucede desde que un ciudadano tira una botella de agua a una papelera amarilla en un festival de música hasta que renace como un abrigo? El camino no difiere demasiado al de una botella que consumimos en casa y tiramos al cubo amarillo de la cocina. La principal diferencia es que de la recogida y selección de estos residuos en exteriores se encarga un sistema privado coordinado por Ecoembes y al que concurren diversos gestores. Y funciona en paralelo a la recogida municipal, que se encarga de la recogida de los residuos generados en el hogar.

Sáez subraya la premisa principal de este sistema: “Nos ocupamos de los residuos domésticos [es decir, envases de plástico, briks, latas y envases de papel y cartón] que se produzcan en el exterior. Esta es la clave. No interferimos nunca con la recogida municipal”, detalla.

Cualquier empresa, entidad o corporación que quiera reciclar en sus instalaciones o eventos puede solicitar a Ecoembes la gestión de sus residuos. Los interesados pueden, además, descargar fichas informativas en las que, entre otras cosas, se ofrece una estimación de la generación de basura antes y después de un evento. Por ejemplo, en el caso de un festival de música, en ese cálculo se tiene en cuenta el tipo de vaso utilizado, el número de barras o la previsión de campistas por día. Además, cualquier postulante puede acceder a material gratuito como cartelería o guías de actuación. Y, una vez consumado el proyecto, existe la posibilidad de organizar talleres formativos para aquellos que se hayan sumado a la iniciativa.

¿En qué lugares se puede reciclar?

En 21 estadios de fútbol, entre ellos el Santiago Bernabéu, el Abanca-Balaídos, el Spotify Camp Nou o Mestalla. En parques temáticos como Faunia (Vicálvaro, Madrid) o Warner (San Martín de la Vega, Madrid). En 16 hospitales, siete universidades (como la Universidad Complutense de Madrid o la Universidad de Málaga, entre otras), aeropuertos... “Donde no llegue la recogida municipal, ahí vamos. Eso no quiere decir que cualquier evento al aire libre tenga recogida, claro. Solo los que se adhieren al proyecto”, especifica Sáez.

A la hora de plantear la recogida, cada emplazamiento tiene particularidades a considerar. Un estadio concentrará varios puntos calientes de generación de basura, y ahí es donde habrá que reforzar el despliegue de cubos. En un festival, por el contrario, la distribución deberá ser más homogénea y espaciada. Otros factores a tener en cuenta son la periodicidad de los eventos (si son únicos o recurrentes), los accesos, la localización, el tamaño del recinto… “Una de nuestras labores es el asesoramiento: resolver dudas y conseguir que la recogida sea lo más eficaz posible”, señala Sáez.

Cada lote recogido en ese sistema tiene un pasaporte, por así decir. Es una manera de asegurar la transparencia del proceso. “Desde que los residuos llegan a la planta de selección hasta que acaban en la empresa homologada que los reciclará, el material se traza para garantizar su calidad y origen”, cuenta Sáez.

Un caso real: el reciclaje en los estadios de fútbol

¿Cómo se plantea un proyecto?

El estadio Abanca-Balaídos, del Celta de Vigo, fue uno de los primeros en instalar la recogida selectiva. Durante la temporada 2017/18, año en el que inició el proyecto, la media de asistentes alcanzó los casi 20.000 espectadores en 21 partidos.

En un proyecto de esta magnitud, lo primero que se suele contemplar son las zonas principales de generación de basura. Los puntos calientes, aquellos en los que más se suele consumir comida y bebida. Y, por tanto, aquellos donde más residuos se generan.

En total se instalaron 160 papeleras y contenedores de distinto tamaño. Veamos con detalle cómo se distribuyeron estas papeleras en una zona concreta del estadio: las gradas Río Alto y Río Baixo, con una capacidad para unos 13.000 espectadores.

Ubicación de las papeleras y contenedores

¿Qué beneficios conllevan estas acciones?

Pasemos ahora a los resultados que puede propiciar un proyecto de este tipo. En el estadio Santiago Bernabéu, feudo del Real Madrid, y las instalaciones deportivas del club...