Cambia tu relación con... El neceser

Se conoce al ciudadano ecorresponsable también por cómo cuida su piel. Porque sigue los cuatro pasos indispensables de toda rutina facial y sobre todo porque sabe qué hacer con los envases cuando se terminan

Existen factores externos incontrolables que dañan la piel de la cara. Nadie escapa a la exposición solar, ni siquiera en los días nublados –los rayos ultravioletas penetran igual, aunque en invierno la radiación sea mucho menor que en verano–, de ahí la importancia de utilizar a diario protector SPF30 o superior para evitar manchas y envejecimiento prematuro (atención: cuando el envase de plástico se termina debe tirarse al contenedor amarillo). Tampoco resulta fácil huir de la contaminación. Las partículas en suspensión como el dióxido de carbono multiplican la sequedad y la pérdida de colágeno, una proteína que mantiene el cutis hidratado y firme. Si se fuma, la piel sufre aún más, porque la nicotina altera la circulación en sangre, da un aspecto más apagado y favorece la aparición de arrugas. Seguir una mala alimentación, padecer estrés o dormir mal también son enemigos de la dermis. Todo esto, cuenta la doctora Almudena Nuño, portavoz de la Academia Española de Dermatología y Venereología, se conoce como exposoma, el concepto que estudia los factores cotidianos que inciden en el estado cutáneo. “La piel es el reflejo del cuerpo y si se altera es porque algo no va bien”, confirma.

Pero nunca es tarde para comenzar una rutina que mantenga a raya a estos radicales libres, unas moléculas que dañan las células que se encuentran en la piel. Sea cual sea el fototipo de piel (normal, seca, grasa, mixta o sensible) basta con cuatro cosméticos que tras su uso se deberán reciclar de forma adecuada:

  1. Un gel limpiador a utilizar mañana y noche. “Hay que eliminar toda la suciedad a la que estamos expuestos”, dice Nuño.
  2. Un sérum hidratante o rico en antioxidantes como la vitamina C. “Por la mañana mejor, para contrarrestar a esos radicales libres”.
  3. Un fotoprotector solar. “Muchos llevan incorporada la hidratación así que no hará falta nada más”.
  4. Por la noche, limpieza de nuevo antes de aplicar una crema hidratante u otra que ayude a renovar la piel, como un retinol o retinal.

No hace falta obsesionarse o convertirse en un gurú del skincare (cuidado facial), una moda cada vez más instaurada entre los más jóvenes –algunos se aplican más productos de los que realmente necesitan porque lo han visto en TikTok o Instagram explica la doctora–. “Menos es más así que cuanto más sencillo mejor”.

Esa conciencia sobre el cuidado personal va ligada en el caso de los ciudadanos ecorresponsables a la importancia de deshacerse correctamente de los envases de los cosméticos. Así lo hace Antonio Barona, ejecutivo de cuentas en una agencia de comunicación. Carga sus botes una y otra vez con unas bolsas rellenables que venden en los supermercados. Son blandas, llevan un tapón de rosca y se fabrican con menos plástico (lo dice en la etiqueta) y cabe casi un litro de producto. “Las utilizo para rellenar los botes que tengo siempre en la ducha como el gel, el acondicionador o algunos más pequeños que llevo en el neceser. Además, siempre salen mejor de precio que el envase rígido de siempre”. Como ecorresponsable sabe que esas bolsas están hechas con menos plástico. Esto es gracias al ecodiseño, la metodología que incorpora material reciclado en la fabricación de envases y que reduce el impacto medioambiental gracias a la reciclabilidad de los residuos. Si se rompen o cuando ve que ya no tienen recorrido sabe lo que tiene que hacer con ellos. “Sí, sí, los envases al amarillo. El cartón en el que se suelen comercializar algunos productos, al azul. Y el vidrio, al verde”, cuenta. “No es tan complicado”, concluye.

El neceser de Antonio Barona

Este valenciano de 26 años viaja mucho en avión por trabajo. Evita utilizar la bolsa de plástico que reparten en los controles de seguridad de los aeropuertos, por eso ya la trae lista desde casa. “Algunas prendas como bañadores o ropa interior vienen en envases que incluso tienen cierre hermético. Los reutilizo para reducir el consumo de plástico e ir más rápido hasta la cola de embarque”, apunta. En esas bolsas guarda pasta de dientes (“sí, sé que va al amarillo”, dice), peines, colutorio, sérums, clínex (si no están sucios deben ir al cubo azul) y otros envases en formato mini. Su rutina facial no tiene mucho misterio, consta de cuatro pasos. Usa gel limpiador, antiojeras, protector solar e hidratante por la noche. “Todos estos botes los tiro al amarillo. Menos las cajas y las instrucciones de uso que vienen en el interior, que sé que van al azul”. Quiere aumentar su ecorresponsabilidad pero algunos residuos le generan ciertas dudas:

Su truco: Utiliza champú sólido (en forma de pastilla de jabón) para viajar y así evita plásticos y líquidos en el control de seguridad.

Suelo comprar mi champú por Internet y siempre llega recubierto con un plástico muy fino. Se rasga de forma muy fácil. Al pesar tan poco, ¿merece la pena reciclarlo? ¿Se puede aprovechar?

Claro, no importa cuál sea su grosor o tamaño, todos los envases de plástico se pueden reciclar a través del cubo amarillo. Que sea fino o ligero no quiere decir que no sea resistente. La función principal de este material es evitar que se derramen restos de producto durante el envío.  


Además, gracias al ecodiseño, la cantidad de plástico utilizada es mucho menor sin que la calidad del envase disminuya. Se reduce el uso de materias primas y el impacto medioambiental. 
Para lavar el cabello no hace falta aplicar mucho producto. Se recomienda utilizar una cantidad similar al tamaño de una avellana y empezar a extenderlo por el cuero cabelludo con movimientos circulares. No es necesario hacerlo en las puntas o en el resto de la melena, la espuma que se genera con el agua ya limpiará el resto.  
 

ENVASES

Envoltorio de plástico

ENVASES

Bote de champú

Mi desodorante de 'roll on' está fabricado con un vidrio muy gordo. Al contener restos de producto no sé si se puede reciclar. ¿Por qué parece tan grueso? ¿Para que no se rompa? ¿Y hace falta separar el tapón?

Sí, no importa si quedan restos de producto, por supuesto que se puede reciclar. En las plantas de tratamiento se eliminan las impurezas y los envases de vidrio, depositados previamente en el cubo verde, se clasifican, lavan, trituran y funden para convertirlos en nueva materia prima reciclada. El tapón de plástico se deberá retirar y tirar al cubo amarillo. La espiral que lleva incorporado el producto también será separada durante su tratamiento.  


El cristal y el vidrio no son lo mismo ni están hechos con el mismo material. El primero se extrae gracias a una cristalización de gases sometidos a altas temperaturas. Y el vidrio es una combinación de arena, carbonato de sodio y caliza fundida en un horno a 1.000 grados. El cristal es más fino y delicado y cuando se rompe sus trozos son mucho más cortantes, a diferencia del vidrio, que presenta más resistencia.  


El vidrio utilizado para este tipo de envases es templado, mucho más robusto y compacto. Está pensado para que en caso de rotura no haya riesgo de cortes porque se desintegra en partículas muy pequeñas, como las mamparas de ducha. Además, al llevar un doble acristalamiento se impide el paso de la humedad para que no se altere el interior del producto.   

ENVASES

Tapón desodorante

VIDRIO

Bote de cristal

En el neceser llevo también toallitas húmedas pero no sé si se deben de tirar al inodoro. ¿Dónde hay que depositarlas?

La respuesta es contundente: de ninguna manera se pueden reciclar o tirar al váter. Al estar compuestas de una mezcla de celulosa, polipropileno, polietileno o algodón no pueden degradarse. Si no se tiran al cubo de restos y se desechan por el inodoro pueden causar graves daños ambientales y atascos en los sistemas de desagüe y cañerías.

De acuerdo de Libera, una alianza de SEO/BirdLife con Ecoembes, estos residuos se convierten en basuraleza y amenazan el entorno y las criaturas que lo habitan. Este problema también se conoce como “monstruos”, por su forma y aspecto tras sacar las toallitas de los alcantarillados. Por eso, desde la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento se pide expresamente que nunca se tiren por el retrete. "Los fabricantes deberán proporcionar a los consumidores información clara sobre los métodos de desecho”, afirma un comunicado de la organización.  

ENVASES

Envoltorio

RESTO

Toallita

Mi hermana se maquilla todos los días y nunca sabe lo que tiene que hacer cuando se le acaba un rímel, por ejemplo. ¿Se puede reciclar el envase? ¿Qué ocurre con los esmaltes de uñas?

Sí, claro que se puede reciclar. Antes de depositar el envase en el cubo amarillo hay que vaciar su contenido. Lo mismo sucede con otros productos de maquillaje como los pintalabios, paletas de sombras o polvos bronceadores. Una vez separada la parte de plástico junto a los espejos e imanes que llevan incorporados se podrán tirar al contenedor amarillo. En el caso de los esmaltes de uñas dependerá de si el recipiente contiene restos de producto o no. Si está vacío sí se puede tirar al cubo de vidrio. Si no, lo ideal será llevarlo a un punto limpio. Si viene en un envase de plástico, al amarillo de nuevo.

Sin embargo, otros cosméticos como los discos desmaquillantes no se pueden reciclar. Se fabrican con viscosa, un elemento que viene de la celulosa extraída de los árboles y que lleva microplásticos para que se pueda arrastrar bien el maquillaje. Lo que sí se puede reciclar siempre es el envase de cartón en el que se comercializan estos productos o la bolsa de plástico en el caso de los discos.   

Además, algunos de estos artículos también se pueden reutilizar para darles otra salida. Para peinarse las cejas se puede aprovechar un rímel viejo limpiándolo previamente con un poco de agua y jabón. O para fortalecer el pelo de las pestañas se puede usar el mismo envase echándole un poco de aceite de ricino en el interior.  

PAPEL Y CARTÓN

Caja de cartón rímel

ENVASES

Rímel

RESTO

Brochas

ENVASES

Pintalabios

VIDRIO

Esmalte de uñas vacío

RESTO

Discos algodón

Cómo reciclar estos y otros residuos que se generan en el neceser

ENVASES

Bolsa rellenable - Gel limpiador - Crema solar - Pasta de dientes - Rímel - Pintalabios

PAPEL Y CARTÓN

Caja pasta de dientes - Prospecto - Caja de cartón

VIDRIO

Colonia - Desodorante - Tarro crema facial - Bote sérum

RESTO

Papel higiénico húmedo o toallita - Pañuelo usado - Cepillo - Discos desmaquillantes

Créditos

Redacción: Micaela Llorens
Coordinación editorial: Juan Antonio Carbajo
Coordinación de diseño: Adolfo Domenech
Diseño: Belén Daza
Desarollo: Rodolfo Mata

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