Cambia tu relación con... la playa

Se estima que el 80% de los residuos que acaban en el mar proceden de la basura que se genera a diario en tierra, ya sea en la propia playa, o en otros lugares de interior donde luego es arrastrada por ríos, ramblas, alcantarillas o desagües pluviales. De no poner remedio, su volumen se triplicará en menos de dos décadas, según organismos internacionales como Naciones Unidas, provocando la desaparición de especies de fauna y flora marina, y la proliferación de enfermedades que afectarán al ser humano debido a la contaminación asociada a los residuos.

Evitar esta catástrofe medioambiental requiere repensar nuestro concepto de la playa y el mar porque “no es un lugar exclusivo de nuestro ocio”, como explica Federico García, responsable del área social de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), y cambiar nuestra relación con estos ecosistemas naturales. “Debemos tomar conciencia, no pueden ser un vertedero, ni de la basura que se genera in situ, ni de esos residuos del día a día que no se tiran correctamente: una colilla o un envoltorio que tiramos al suelo lejos de un lugar de costa también suele acabar allí por diferentes medios”, añade.

Esta transformación ciudadana es lo que se persigue con campañas como 1m2 por las playas y mares, enmarcada dentro del Proyecto LIBERA, una iniciativa de SEO/BirdLife y Ecoembes y a la que desde hace cinco años se llevan sumando administraciones públicas, entidades privadas y miles de voluntarios. Además de realizar batidas de limpieza de los arenales españoles, con esta campaña se crea conciencia sobre la amenaza medioambiental que supone los residuos que alcanzan la costa y se analiza cuáles son los más recurrentes en cada playa para poder encontrar soluciones. El 19 de septiembre se celebra el Día Internacional de Limpieza de Playas.

La nueva edición de 1m2 por las playas y mares se celebrará del 17 al 25 de septiembre en 289 puntos de España. Una de estas playas es la de Rambla Elena, en Águilas (Murcia), un entorno natural protegido al que cada convocatoria de esta batida de limpieza acuden decenas de voluntarios, como cuenta Ginés Desiderio Navarro, concejal de Turismo, Educación Ambiental, Comercio, Industria y Plaza de Abastos. Navarro celebra la sinergia que se produce cada año cuando se involucran distintas organizaciones. “De esta forma podemos llegar a más gente, y que la participación no solo se quede en los habitantes de Águilas”, apunta. Para esta edición, la colaboración entre el consistorio aguileño y la Universidad de Murcia traerá a estudiantes de otros puntos de la comunidad autónoma y del resto de España.

Cruz Roja es otra las organizaciones que se ha sumado a la iniciativa. La delegación cántabra de la entidad participará en la limpieza de tres playas de la comunidad autónoma: Somo (Ribamontán al Mar), Valdearenas (Piélagos) y La Salvé (Laredo). “Los habitantes de un municipio costero pueden tener una relación distinta con el mar a la que tiene alguien que vive en algún lugar de interior”, considera José Cacho, técnico del área de Medio Ambiente de Cruz Roja Cantabria. “Por eso celebramos que cada vez más veraneantes de otras zonas de España participen en este tipo de actividades”, añade.

“Estos arenales reflejan muy bien las características de la costa cantábrica”, apunta Cacho. “Pero son diferentes entre sí y eso se ve en los tipos de residuos que encontramos”, añade en referencia a los accidentes geográficos que presentan –una desembocadura de río en Valdearenas o una bahía en La Salvé– y al uso especializado del arenal en el caso de Somo, un lugar de peregrinaje para los amantes del surf.

La metodología de 1m2 por las playas y mares consiste en delimitar el arenal antes de la limpieza y categorizar los residuos. El técnico de SEO/BirdLife explica que no es lo mismo encontrar restos de materiales sanitarios, como “toallitas o compresas”, que llegarían a través de emisores de depuradoras y otro tipo de canalizaciones, que restos agrícolas procedentes de explotaciones de la zona que acaban en las playas y en el mar a través de torrentes, o residuos propios de bañistas como envases de plástico o colillas. “De esta forma se puede hacer un seguimiento pormenorizado de la basura, conocer el origen y proponer soluciones”, añade García.

“Estos datos reflejan que sigue habiendo un problema de un tratamiento inadecuado de los residuos entre los propios bañistas”, apunta García. “En esos casos, la solución pasa por reforzar las infraestructuras de reciclaje de las playas e insistir con campañas de información y concienciación”. Eso es lo que han hecho precisamente este verano en Sanxenxo (Pontevedra). Los 15 jóvenes llegados de varias partes de España que han participado en la campaña Centinelas do mar tenían dos misiones: detectar restos de basura con un dron en los 18 arenales del municipio gallego y recogerlos, e informar a los bañistas de la necesidad de contribuir a esa limpieza.

“Hace tres años decidimos quitar las papeleras de dentro de las playas y reforzar las islas ecológicas (contenedores con las cuatro fracciones principales de reciclaje) en todos los accesos”, cuenta Juan Deza, concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Sanxenxo. “Aunque al principio costó, acabó siendo un éxito y hoy los bañistas saben que tienen que llevarse su basura de la playa y además no la mezclan, sino que la reciclan a su salida”, celebra Deza.

Antonio Carrasco es concejal de Acción Ciudadana, Barrios y Ecología Urbana de Fuengirola (Málaga) y comparte la idea de que la labor de los consistorios es facilitar el reciclaje a los ciudadanos. El Ayuntamiento fuengiroleño también ha reforzado recientemente las islas ecológicas a lo largo de sus siete kilómetros de playa. “Que sea tan sencillo que si no lo haces es porque no te da la gana”, dice Carrasco. “Afortunadamente la gente está cada vez más concienciada con el reciclaje, tanto en casa como en la playa, aunque a veces vemos errores recurrentes de basura que ha sido depositada en el contenedor que no era, sobre todo con objetos que son de punto limpio”, añade.

Cambiar nuestra relación con la playa conlleva asumir nuestra responsabilidad hacia el cuidado de estos espacios cuanto antes. “Sería interesante apropiarnos de estos lugares públicos y darle el mismo tratamiento que le damos a nuestro hogar, mantenerlo limpio de la misma forma”, apunta García. “El deterioro de los ecosistemas marinos es un cambio lento y por eso cuesta darse cuenta. Pero si no hacemos algo ya, acabará sucediendo y los efectos empezarán a dejarse ver, como ha ocurrido con el aumento de las temperaturas y el cambio climático después de tantos años avisando”, concluye.