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El vestido a lo ‘La casa de la pradera’ es la prenda del verano (y estas firmas tienen los más bonitos)

Además de Batsheva o Vampire's Wife, insignias de los diseños florales con cuello a la caja y volantes hasta los pies, marcas como Dôen, Kitri o Gül Hürgel reversionan la estética bucólica sin parar de ganar adeptas.

Laura Ashley para Urban Outfitters La firma Laura Ashley está de vuelta. Aunque en España no es demasiado popular, la marca fundada en 1953 logró exportar la estética campestre impregnándola en elementos de decoración para terminar lanzando una línea de ropa que en los 70 gozó de gran popularidad en el movimiento hippy. El éxito de la etiqueta, centrada en la estética bucólica y un poco pastoril para mujeres modernas, fue tal que la propia Diana de Gales lució sus diseños en varias ocasiones. Ahora regresa con una colaboración de 26 piezas para Urban Outfitters (a partir de 60 euros) que coincide con el repunte de los vestidos con cuello cerrado, flores por doquier y volantes hasta los pies. Marcas como Batsheva, The Vampire's Wife o Horror Vacui, embajadoras de esta estética en la actualidad, han experimentado un crecimiento anual del 80% en el portal de lujo Matchesfashion.com, cifra que prueba el éxito del vestido a lo La casa de la pradera.
Dôen Sus vestidos de aires vintage beben, según sus creadoras, de la California de hace unas décadas, pero bien podrían inspirarse en la campiña francesa. Además de conquistar a las más ávidas consumidoras de tendencias, Net-a-porter acaba de incluir a esta firma con base en Los Ángeles en su selecto catálogo de diseñadores. Los precios de sus creaciones, con patrones amplios y estampados bucólicos rondan los 200 euros, un coste razonable teniendo en cuenta las condiciones de fabricación y la calidad de los tejidos. Creen en la producción sostenible, fabrican sus diseños en talleres de Estados Unidos, España, Perú, India o Portugal y realizan acciones y ventas solidarias. Además, premian el trabajo femenino y todo el equipo de Dôen está formado por mujeres.
Batsheva No hay más que ver cómo se define esta firma para entender por qué se ha convertido en estandarte de esta tendencia. Batsheva es “una orgía de moda entre La Casa de la pradera y Laura Ashley (sí, la firma que en los 70 arrasó con sus vestidos hippies florales)". La marca, fundada por una exabogada de Queens casada con el fotógrafo de moda Alexei Hay, parte de referencias estéticas como las amish y las mezcla con los vestidos kinderwhore de Courtney Love en los 90. Pero lejos del precio de los diseños de segunda mano o de mercadillo que lucía Love, Batsheva se dirige a un cliente pudiente. Sus vestidos cuestan, de media, unos 400 euros y han encandilado incluso a celebrities como Jessica Chastain o Gillian Jacobs.
Gül Hürgel La diseñadora turca Gül Hürgel creció en las montañas suizas, estudió en París y Nueva York y recorrió el Mediterráneo deteniéndose en Italia. Ese background influye en sus creaciones luminosas en las que los estampados y las telas livianas como el lino marcan la pauta. Lady Amelia Windsor eligió el vestido de la foto para acudir recientemente a un enlace, una creación que ya se había visto en la prensa internacional gracias a sus escote corazón y sus mangas abullonadas. Eso sí, el precio no es para todos los bolsillos: 996 euros.
Kitri El vestido de cuadros vichy y espíritu campestre que acompaña a estas líneas tiene una lista de espera de 1500 personas. La cifra parece suficientemente alta para calificarlo como uno de los vestidos del verano. Numerosas influencers han contribuido a su éxito paseándolo en Instagram y también está disponible en varios colores lisos. Cuesta 152 euros y es la confirmación de la marca londinense Kitri como una de las más estimulantes en la confección de vestidos.
Vampire's Wife Kate Moss, Florence Welch o Kylie Minogue son algunas de las famosas adeptas a esta firma capitaneada por Susie Cave, la mujer del músico Nick Cave. La diseñadora defiende el poder sensual y erótico de sus creaciones a pesar del cuello a la caja, su longitud hasta el tobillo y las claras referencias a la estética victoriana. Aunque la mayoría de los modelos superan los mil machacantes, merece la pena acercarse a su universo aunque solo sea por soñar.
Cult Gaia Esta firma angelina conocida por sus bolsos de madera convertidos en los favoritos de Instagram acaba de lanzarse a la confección de ropa. Sus vestidos han revolucionado las compras online y, aunque tienen diseños para todos los gustos, su catálago incluye patrones que referencian a la estética de "la pradera". El de la imagen cuesta 600 dólares (unos 530 euros).
Horror Vacui "En las disciplinas artísticas y visuales, el horror vacui es la necesidad de llenar el espacio vacío con todo tipo de detalles", explican en la web de la firma. La especialidad de la diseñadora Anna Heinrichs es rellenar ese silencio visual con colores apetecibles, patrones modernos y detalles que transforman piezas básicas en especiales. A partir de 400 euros.
Evi Grintela A pesar de que el ADN de la marca bebe de la camisería, esta temporada apuesta fuerte por los diseños románticos, con volantes y manga abullonada. Su diseñadora, cuyo nombre bautizada la marca, ha sido editora de moda en las ediciones griegas de L'Officiel o Vogue y ahora utiliza su profundo conocimiento de la industria para hacerse un hueco a base de prendas atemporales bien cortadas y confeccionadas. A partir de 500 euros.
Three Graces London Desde que fundara la firma en 2015, la diseñadora Catherine Johnson ha logrado vender sus piezas en portales de lujo como Net-a-porter, MyTheresa o Moda Operandi. Los camisones, los trajes de baño y la ropa para ir a la playa son su punto fuerte, pero su propuesta también incluye vestidos que pueden utilizarse en (casi) cualquier ocasión. A partir de los 400 euros es posible hacerse con alguno de sus vestidos.
Ulla Johnson Tras dos décadas en la moda, la neoyorquina Ulla Johnson ha conseguido convertir su firma en sinónimo de estampados y bordados cuidados y distintos. Nos quedamos con este diseño azul marino repleto de volantes que huele a campo (400 euros).
LoveShackFancy También una neoyorquina está detrás de esta etiqueta que ha logrado atención internacional desde su nacimiento en 2013. La firma cuenta con una línea infantil que pretende conjuntar madres e hijas en toda ocasión.
Cecilie Bahnsen Esta diseñadora de Copenhague ha revolucionado la moda nórdica con unos diseños que combinan minimalismo y maximalismo y se acercan al detalle y la artesanía de la alta costura. No son baratos (los vestidos rondan los 1000 euros), pero, según su creadora, están pensados para durar a través de los años y convertirse en piezas que pasan de generación en generación. Cecilie Bahnsen fue finalista del prestigioso LVMH Prize y fundó su marca epónima en 2015.

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