¿Cómo presumir de piel hidratada y sana? Los cuidados empiezan en otoño
Con la llegada del frío a menudo olvidamos que nuestra piel no hiberna, necesita unos cuidados esenciales para afrontar los cambios de temperatura y mantenerse hidratada y sana. De la mano de la parafarmacia Welnia hemos elaborado una pequeña guía de autocuidados para regalarnos un rato de necesaria desconexión mientras cuidamos de nuestro cuerpo
Los cuidados de nuestra piel no terminan en verano. Al contrario de lo que ocurre con nuestra rutina facial, cuando llega el frío y las capas de ropa aumentan, solemos olvidarnos de que nuestro cuerpo también necesita ciertos mimos si queremos mantener una piel sana, hidratada y elástica. Porque el cambio de estación llega acompañado de frío, humedad y sus consecuentes efectos en la piel, a los que también hay que sumarle todas las medidas que tomamos para hacerle frente —es decir, la calefacción alta, el agua caliente, los cambios de temperatura—. “El paso continuo del calor al frío al que so...
Los cuidados de nuestra piel no terminan en verano. Al contrario de lo que ocurre con nuestra rutina facial, cuando llega el frío y las capas de ropa aumentan, solemos olvidarnos de que nuestro cuerpo también necesita ciertos mimos si queremos mantener una piel sana, hidratada y elástica. Porque el cambio de estación llega acompañado de frío, humedad y sus consecuentes efectos en la piel, a los que también hay que sumarle todas las medidas que tomamos para hacerle frente —es decir, la calefacción alta, el agua caliente, los cambios de temperatura—. “El paso continuo del calor al frío al que sometemos la piel durante todo el año debilita el manto hidrolipídico, provocando deshidratación, tirantez, rojeces…”, explicaba a S Moda el doctor Luis Gerardo Beteta, experto en Medicina Estética. «Una piel sana tarda en aclimatarse de un ambiente cálido a uno frío, y viceversa, entre 15 y 20 minutos. Sin embargo, nadie respeta el tiempo de espera porque las prisas nos persiguen».
La buena noticia es que con la llegada del otoño también cambia nuestro ritmo de vida. Empezamos a pasar más tiempo en casa, incluso disfrutamos de ello. ¿Por qué no lo aprovechamos para convertir nuestro baño en una suerte de spa? Porque el cuidado de nuestra piel no solo es esencial, también nos ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos. De la mano de la parafarmacia Welnia hemos elaborado una pequeña guía de autocuidados para regalarnos un rato de necesaria desconexión mientras cuidamos de nuestro cuerpo. Como apunta la farmacéutica, especialista en Dermocosmética, Lucía López–Cotelo Sancerni, “tener la piel del cuerpo hidratada y sana es el resultado de cuidarla diariamente y dedicarle tiempo utilizando buenos productos”.
Una buena piel empieza en la ducha
Del mismo modo que la ducha parece limpiar nuestro estrés y preocupaciones, el agua también tiene un efecto purificador sobre nuestra piel: es necesaria para eliminar impurezas, grasa o la suciedad que se posa en nuestra dermis a diario. “Todas estas sustancias en exceso obstruyen los poros y evitan que la piel respire con normalidad. Además, la grasa acumulada se acaba oxidando, lo que provoca la aparición de olor y favorece la proliferación de bacterias y hongos que pueden desequilibrar la flora natural de la piel y provocar problemas”, apunta la farmacéutica López-Cotelo Sancerni.
Los expertos coinciden: el agua, mejor tibia –para evitar deshidratarla o irritarla–; el jabón, en pocas cantidades y de buena calidad. “La rutina de limpieza siempre tiene que ir acompañada por un gel de ducha hidratante con aceites o un pH neutro. En caso de pieles extremadamente delicadas lo más aconsejable será usar un gel sin jabón con tensioactivos vegetales”, nos recordaba el farmacéutico Ignacio García Gil.
Una exfoliación regeneradora
La piel se renueva de forma natural, pero a medida que nos hacemos mayores, el proceso también se ralentiza, haciendo que pierda oxigenación y humectación. “Con la exfoliación ayudamos a retirar bien las células muertas que están en nuestra capa más superficial, y con ello hacemos que la piel se vea más lisa y luminosa”, apunta el farmacéutico García Gil. ¿Cómo lo hacemos? Aunque Gwyneth Paltrow y Joanna Vargas, facialista de Julianne Moore y Naomi Watts, lo han elevado a fenómeno wellness, el dry brushing se lleva practicando desde tiempos inmemoriales para tener una piel sana y bonita. Consiste en exfoliar el cuerpo con un pequeño cepillo de madera, aplicándolo sobre la piel seca con suaves movimientos circulares. Un gesto sencillo que estimula la circulación y elimina la suciedad de los poros de forma natural. De este modo, mejoramos el tono y la elasticidad de la piel —incluso ayuda a prevenir la piel de naranja— y la preparamos para absorber los tratamientos que apliquemos más tarde.
“El segundo gesto fundamental sería aplicar diariamente tras la ducha una crema o aceite, ricos en vitaminas o con alto poder hidratante. Por ejemplo, aquellos productos con mantecas, como la de karité; o aceites de aguacate, coco o jojoba”, puntualiza la experta en dermocosmética López–Cotelo Sancerni. Tampoco sirve resguardarse en la falta de tiempo para escaquearse. “Podemos utilizar acondicionadores corporales, que se aplican bajo la ducha y al retirarlos proporcionan una elasticidad y suavidad muy agradables”.
Hay una corporal para cada tipo de piel
Cuando se trata de nuestra rutina facial, sabemos perfectamente qué productos son los adecuados para nosotros. ¿Debemos aplicar el mismo cuidado a la hora de escoger una hidratante corporal? “Aunque la piel del cuerpo es algo más resistente a las agresiones que la del rostro, también puede sufrir si no se utiliza el producto adecuado», explica López-Cotelo Sancerni, que recomienda fijarse en signos como la descamación, la tirantez o la presencia de zonas más engrosadas para escoger la más adecuada a nuestras necesidades.
Para pieles normales, la experta recomienda optar por fórmulas hidratantes con componentes suavizantes y emolientes, «como el aceite de almendras dulces, que además tiene un agradable aroma; el aceite de aguacate, rico en ácidos grasos; y vitaminas liposolubles, como la vitamina D, A y E, o el aceite de Jojoba, que son muy hidratantes», enumera la experta. Para las pieles más secas, propone cremas con urea. “Sus propiedades cambian según la concentración a la que se encuentre en la crema: entre el 5-10% hidrata las capas más externas de la piel haciéndola muy útil en casos de picores, pieles secas y moderadamente hiperqueratósicas (zonas secas en las que se acumulan las células muertas). Entre un 10 y un 20% tiene una capacidad hidratante tan potente que se usa como queratolítico en casos de psoriasis o hiperqueratosis».
Anticelulíticos para alisar
Burlar a la celulitis parece una batalla perdida. Según los datos de la Sociedad Española de Medicina Estética, el 85% de las mujeres la padecen. Ya sea por factores genéticos, hormonales o por nuestros hábitos diarios, la piel de naranja acaba manifestándose. «Cuando los adipocitos, que son las células grasas de la hipodermis (la capa más profunda de la piel), aumentan de tamaño más de lo normal y pierden la capacidad de deshacerse del exceso de grasa acumulada, la circulación sanguínea resulta insuficiente y las fibras de colágeno y elastina se vuelven más rígidas. El resultado es que la piel pierde el aspecto liso y su apariencia se vuelve rugosa y montañosa”, explica la experta en dermocosmética. Pero no todo son malas noticias. “Si la persona está predispuesta a padecerla, va a ser muy difícil luchar contra ella, pero puede mejorar su aspecto con masajes o tratamientos estéticos no invasivos, como la radiofrecuencia, que ayudan a movilizar los depósitos grasos y activar la circulación».
La ciencia también ha avanzado mucho en este campo, con cosméticos que suavizan y esculpen el cuerpo sin necesidad de pasar por el quirófano. ¿En qué debemos fijarnos a la hora de decantarnos por un cosmético? «Las sustancias más buscadas son la L-carnitina o cafeína, que promueven la lipólisis. El retinol es un antioxidante que ayuda a evitar que los radicales libres actúen sobre las fibras de elastina y colágeno. Extractos vegetales como el café, el té verde o el extracto de hiedra y de Ginkgo Biloba, mejoran la circulación. Por último, el colágeno y el ácido hialurónico para devolver a la piel su elasticidad y firmeza”, puntualiza la farmacéutica López-Cotelo Sancerni, que también recomienda realizar pequeños cambios de estilo de vida, como una alimentación más sana y ejercicios que mejoran la circulación sanguínea y ayuden a quemar los depósitos grasos.
En la lucha contra la celulitis –en este caso sí podemos permitirnos la jerga militar– hay dos factores a tener en cuenta. Por un lado, la aplicación. «Se recomienda realizar masajes circulares con las manos o utilizando rodillos o masajeadores específicos que van a ayudar a movilizar los depósitos grasos y a favorecer la circulación linfática y sanguínea», explica la experta. Mediante estos enérgicos masajes, ayudaremos a nuestra piel a eliminar los líquidos y las grasas acumuladas. Por otro lado, la paciencia. «No podemos esperar resultados inmediatos. Es un proceso lento en el que hay que ser constante y paciente para ver mejorías».
Contra las imperfecciones, hidratación
Otra de las maldiciones que parece perseguir a las mujeres son las estrías. Y aunque es necesario señalar que se tratan de imperfecciones normales y de las que no nos deberíamos avergonzar, los cosméticos también pueden ayudar a mejorar su aspecto y lograr una piel más uniforme y bonita. “Las estrías se producen como consecuencia de un estiramiento rápido y amplio de la piel. No tiene tiempo para producir más fibras de colágeno y elastina y, como no puede estirarse de la manera adecuada, se ‘rompe’ generando esa cicatrices blanquecinas”, explica López-Cotelo Sancerni. La hidratación es la mejor forma de prevención, aumentando así su elasticidad. «Lo mismo para reducir su apariencia», puntualiza la experta. «Las fórmulas más eficaces para prevenirlas y difuminarlas, son aquellas que contienen activos suavizantes y emolientes como el aceite de almendras dulces o el aceite de germen de trigo, que además de ser rico en ácidos grasos y fosfolípidos contiene vitamina E, con propiedades antioxidantes y antirradicales libres, que evita que las fibras elásticas y de colágeno pierdan su flexibilidad».