Rivera admite que su electorado está desmovilizado

Cs se centra en los descontentos con una caída de cinco puntos en las encuestas

Albert Rivera, en un mitin el sábado en Madrid. En vídeo, declaraciones del líder de Ciudadanos.Foto: atlas

Ciudadanos afronta su campaña electoral más complicada: a poco más de un mes de las generales, la mayoría de las encuestas publicadas en los últimos días le sitúan en casi la mitad de los escaños que logró en abril (57), incluso por detrás de su resultado histórico más bajo, el de las generales de 2016 (32 escaños). Albert Rivera sorprendió el sábado con una rectificación de su estrategia y el anunció de que ahora está dispuesto a acuerdos con el PSOE, que desvincula de este contexto. El líder del partido sí...

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Ciudadanos afronta su campaña electoral más complicada: a poco más de un mes de las generales, la mayoría de las encuestas publicadas en los últimos días le sitúan en casi la mitad de los escaños que logró en abril (57), incluso por detrás de su resultado histórico más bajo, el de las generales de 2016 (32 escaños). Albert Rivera sorprendió el sábado con una rectificación de su estrategia y el anunció de que ahora está dispuesto a acuerdos con el PSOE, que desvincula de este contexto. El líder del partido sí admitió este lunes que su electorado está desmovilizado. “La abstención es nuestro principal adversario”, reconoció.

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Ciudadanos, un partido especialmente apegado a la demoscopia —la decisión de vetar los pactos con el PSOE se tomó en una ejecutiva en febrero en la que la dirección recibió un estudio con datos de comportamiento de su electorado, como publicó EL PAÍS— se enfrenta ahora a una multiplicación de sondeos que le auguran un descalabro en las urnas. Ayer lunes, una encuesta de El Mundo les situaba en 24 escaños, otra de El Español en 30 (empatado con Vox) y una tercera de El Periódico de Cataluña en una horquilla de entre 24 a 28 diputados. La media de su intención de voto, según el promedio de EL PAÍS, es de un 11, 2% de intención de voto, esto es, casi cinco puntos menos que en abril. Sus propios datos también reflejan una caída de al menos 17 escaños.

La cúpula de Rivera es consciente de la situación de alto riesgo para el partido, y sabe que tiene fugas de voto a PP, PSOE y, en menor medida, a Vox. Pero sitúa como objetivo prioritario tratar de movilizar a su propio electorado descontento que no se va a otros partidos, sino que se refugia en el voto en blanco o la abstención. En la dirección creen que ese malestar de sus propios votantes está relacionado con la frustración por el bloqueo político —de ahí que Rivera se haya movido y ahora se abra a los pactos a izquierda y derecha— pero también con el hecho de que de momento no resulta creíble que sea posible un Gobierno alternativo a Pedro Sánchez.

Hay preocupación en la dirección de Rivera, pero también confianza en el tiempo que aún queda para la cita con las urnas y en que sus votantes son los que más tarde deciden su voto. Fuentes de la cúpula recuerdan que en abril, un 50% de su electorado se decidió durante la campaña, un 25% en la última semana de campaña y hasta un 8% el último día. El partido ha preparado un discurso para zafarse de las sombrías perspectivas demoscópicas utilizando el ejemplo andaluz. “En Andalucía ninguna encuesta decía que iba a haber cambio. Este partido nació contra las encuestas en Cataluña”, defendió Rivera, que se empieza a enfrentar a las primeras preguntas de los periodistas sobre si dimitirá si se cumplen los pronósticos de los sondeos. “Si me hubiera apartado cuando las encuestas no eran buenas...”, dijo en La Sexta.

El líder de Ciudadanos no admite errores tras haber rectificado su estrategia, y argumenta que no ofreció antes al PSOE una posibilidad de acuerdo para desbloquear el país como la de este sábado porque fue “el PSOE el que no quiso llegar a un acuerdo con Cs”.

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