El alcalde del PP de Alicante descarta pactar con Vox porque “no es muy inspirador”

Luis Barcala sugiere gobernar en solitario porque desconoce las propuestas del partido ultranacionalista

El alcalde popular de Alicante, Luis Barcala, ayer, en la votación.PP (Europa Press)

El vencedor en las elecciones municipales de Alicante y actual alcalde en funciones de la ciudad, Luis Barcala (PP), ya ha comenzado a difundir las reglas del juego de la gobernabilidad. Como formación más votada en los comicios de ayer, aunque lejos de la mayoría absoluta, a Barcala le toca alcanzar acuerdos para atravesar la legislatura sin problemas. Y ha comenzado el cruce de llamadas con uno de sus posibles socios, Ciudadanos. Al...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El vencedor en las elecciones municipales de Alicante y actual alcalde en funciones de la ciudad, Luis Barcala (PP), ya ha comenzado a difundir las reglas del juego de la gobernabilidad. Como formación más votada en los comicios de ayer, aunque lejos de la mayoría absoluta, a Barcala le toca alcanzar acuerdos para atravesar la legislatura sin problemas. Y ha comenzado el cruce de llamadas con uno de sus posibles socios, Ciudadanos. Al otro representante de la derecha, Vox, no “entra en los planes” llamarlo, según ha declarado esta mañana. El motivo oficial, que su discurso es de ámbito estatal y carece de “proyectos o argumentos” que sean aplicables a la política local.

Más información

En una comparecencia ante los medios, Barcala ha asegurado que podría “valorar muchas de las propuestas de los candidatos” que ha concurrido junto a él en estos comicios municipales, pero que no conoce las de Vox. Asegura el líder popular de Alicante que de la formación ultranacionalista solo sabe lo que argumentan en el ámbito nacional, algo que no le resulta “muy inspirador”. De ahí que rechace unir sus siglas a una posible coalición a cuatro años vista.

En realidad, tampoco le hace falta. El PP ha vuelto a liderar el Ayuntamiento de Alicante con nueve concejales, los mismos que el PSOE, al que ha superado en unos 2.000 votos. Un posible pacto con los cinco ediles conseguidos por Ciudadanos y los dos de Vox le darían mayoría absoluta, fijada en quince representantes. En la izquierda, junto al PSOE, solo se ubican los dos puestos otorgados tanto a Podemos como a Compromís.

De esta forma, tal como comentan a El País fuentes del PP municipal, “la lista de la izquierda no suma”, por lo que no tienen “ninguna mayoría enfrente”. Así que se muestran “tranquilos y confiados” en poder sacar adelante su trabajo en minoría. Lo ha recalcado el propio Barcala en su comparecencia ante los medios: llevan más de un año al frente de Alicante con solo ocho concejales de los 29 que forman la corporación. “Si Ciudadanos acepta”, continúan, “seguiremos adelante”. Si no, “gobernaremos igual”, aunque con pactos eventuales relacionados con diferentes asuntos importantes para el desarrollo de la ciudad. “Y si Ciudadanos decide apoyar al PSOE para formar un pacto de Gobierno junto a Podemos y Compromís”, que les daría la mayoría absoluta, “lo tendrá que explicar”.

Es más, a juicio del equipo del alcalde alicantino en funciones, los resultados de ayer no hacen más que respaldar la labor desempeñada en el último año, después de que Barcala pasara de jefe de la oposición a primer edil de la ciudad. “Hace un mes estábamos 4.000 votos por debajo de Ciudadanos”, recuerdan las fuentes populares consultadas, “y ahora estamos 17.000 por encima”. El vuelco de las elecciones generales a las municipales ha sido casi homérico. “El PSOE”, que presentaba a Francesc Sanguino, hasta entonces director del Teatro Principal de Alicante, como candidato independiente, “se ha dejado 5.000 votos por el camino”.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Existe una variable más. Alicante no es una ciudad fácil. Barcala, abogado de profesión, llegó al consistorio como número 19 de la lista de un PP, liderado por la exalcaldesa Sonia Castedo, que consiguió 18 concejales en los comicios de 2011. La dimisión de José Joaquín Ripoll, presidente de la Diputación imputado en varios procesos por corrupción, le dio entrada como concejal de Medio Ambiente. La corrupción también salpicó a Castedo, que acabó con varios juicios en marcha, y al propio PP, que en 2015 perdió 10 concejales. Barcala, que figuraba como tercero en las listas, pasó a comandar la oposición municipal. Un pacto entre PSOE y Guanyar (la marca de Podemos y Esquerra Unida), con apoyo de Compromís le dio la vara de mando al socialista Gabriel Echávarri.

El tripartito de izquierdas no llegó ni a su tercer año de mandato. La izquierda evidenció sus diferencias internas y la abstención de una edil tránsfuga de Guanyar, Nerea Belmonte, le dio el poder a Barcala tras la dimisión de Echávarri por dos imputaciones. Los pactos y alianzas saltaron por los aires. Cada vez que alguien sacaba la cabeza, le arreaban un mazazo, como en el juego de los topos.

Así que Barcala optó por la serenidad, por no dar ningún paso en falso, por dejar que acabara la legislatura y se celebraran unos comicios en el que nadie apostaba por su victoria. La desconfianza de los alicantinos por el PSOE local, tras el fiasco de Echávarri y la elección de un candidato sin experiencia que, hasta entonces, se había mostrado afín a Esquerra Unida, hicieron el resto. Los resultados cosechados permiten a Barcala “elegir a los compañeros de viaje” de los próximos cuatro años. Y Vox, quizá, no garantiza un tráfico fluido.

Archivado En