Baltasar Garzón recurrirá la sentencia que le inhabilitó como juez por su instrucción del ‘caso Gürtel’

El exmagistrado, en declaraciones a Catalunya Ràdio, ha expresado su voluntad de volver a ejercer

Baltasar Garzón, durante una entrevista con EL PAÍS el pasado diciembre.ÁLVARO GARCÍA

El exjuez Baltasar Garzón ha dicho este viernes que recurrirá la sentencia del Tribunal Supremo que le inhabilitó como juez en 2012 durante 11 años al considerar que la condena del juicio central del caso Gürtel, dictada por la Audiencia Nacional este jueves, manifiesta que su instrucción del caso fue "absolutamente correcta". El alto tribunal consideró hace seis años que el exmagistrado era culpable de un delito de prevaricación por ordenar grabar las conversaciones entre la trama Gürtel y sus abogados. Garzón, además, también ha expresado su voluntad de volver a eje...

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El exjuez Baltasar Garzón ha dicho este viernes que recurrirá la sentencia del Tribunal Supremo que le inhabilitó como juez en 2012 durante 11 años al considerar que la condena del juicio central del caso Gürtel, dictada por la Audiencia Nacional este jueves, manifiesta que su instrucción del caso fue "absolutamente correcta". El alto tribunal consideró hace seis años que el exmagistrado era culpable de un delito de prevaricación por ordenar grabar las conversaciones entre la trama Gürtel y sus abogados. Garzón, además, también ha expresado su voluntad de volver a ejercer de juez en declaraciones a Catalunya Ràdio.

El exjuez también ha destacado en la entrevista con la radio catalana que la sentencia de la Audiencia "se pronuncia por primera vez respecto a la pureza y la instrucción absolutamente correcta" que hubo durante su actuación procesal. El exjuez ha explicado que recurrirá la sentencia que le condenó y ha criticado que la resolución del Supremo entonces "creó un delito que no existía". 

"La sentencia también se pronuncia por primera vez respecto a la pureza y a la instrucción absolutamente correcta que hubo. E, incluso, referenciando a las interceptaciones en prisión de las conversaciones, dice: 'solo serían rechazables si afectaban a la confidencialidad'. Y el juez instructor, es decir, yo, las expulsó del procedimiento a través del correspondiente expurgo. Eso es lo que dice la sentencia y eso significa reivindicar que la actuación procesal del primer juez de instrucción, que fui yo, fue correcta", ha dicho Garzón, y ha añadido: "Esto está expuesto en la sentencia y todo el camino que haya que recorrer se recorrerá". "¿Por lo tanto recurrirá, no?", pregunta la periodista. "Sí, sí, claro que sí, porque lo que se hizo en la sentencia que me condenó fue crear un delito que no existía", ha insistido el exjuez.

"Lo importante es que ha habido un proceso judicial muy complejo y creo firmemente que la justicia se ha empleado a fondo desde principio hasta el final", ha dicho Garzón. Preguntado sobre si quiere volver a ejercer como juez, ha asegurado que "le haría ilusión": "Tras 36 años de servicio activo continúo sintiéndome juez". "'Estamos trabajando, y si se puede volver volveremos", ha añadido.

Garzón, el juez que destapó el caso Gürtel, fue expulsado en 2012 de la carrera judicial cuando era titular del Juzgado de Instrucción Central número 5 de la Audiencia Nacional, puesto al que había llegado en 1998. El entonces magistrado fue condenado a 11 años de inhabilitación y expulsado de la carrera judicial por el Tribunal Supremo a instancias de los cabecillas de la trama corrupta Gürtel. El alto tribunal también le impuso una multa de 2.520 euros y las costas del juicio, incluidas las de las acusaciones particulares. Es decir, que tuvo que pagar a los cabecillas de la Gürtel, Francisco Correa y Pablo Crespo, las minutas de sus abogados, además de la del querellante inicial, su antiguo compañero el exfiscal Ignacio Peláez.

Garzón desarticuló esa red corrupta en los primeros meses de 2009 tras casi un año de investigación secreta. La sentencia de 2012 arremetió contra el juez con una dureza extraordinaria, tachándolo de "arbitrario" y "totalitario", y lo acusó de "laminar derechos" y ordenar prácticas "propias de sistemas políticos ya superados" al intervenir las comunicaciones en la cárcel de los corruptos con sus abogados.

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