Operación Lezo

“En el Canal están pillados todos”

El PAÍS accede a más grabaciones del expresidente de Madrid, Ignacio González, entre las que plantea: "Imagínate que que yo puedo acreditar que el Villar Mir pago una comisión

Ignacio González camino de los calabozos de la Guardia Civil de Tres Cantos (Madrid), tras ser detenido. Claudio Álvarez

Este periódico ha tenido acceso al contenido íntegro de la grabación en la que el expresidente Ignacio González dice al exministro Eduardo Zaplana que su antiguo hombre de confianza en el Canal, Ildefonso de Miguel, tenía una grabación en la que un empresario daba "pasta" al extesorero del PP Álvaro Lapuerta, antecesor de Bárcenas, "y no sé si a Rajoy". Según González, esa grabación supuestamente fue utilizada por Julio Ariza, dueño de Intereconomía (quien lo ha negado absolutamente) para chantajear al presidente del Gobiern...

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Este periódico ha tenido acceso al contenido íntegro de la grabación en la que el expresidente Ignacio González dice al exministro Eduardo Zaplana que su antiguo hombre de confianza en el Canal, Ildefonso de Miguel, tenía una grabación en la que un empresario daba "pasta" al extesorero del PP Álvaro Lapuerta, antecesor de Bárcenas, "y no sé si a Rajoy". Según González, esa grabación supuestamente fue utilizada por Julio Ariza, dueño de Intereconomía (quien lo ha negado absolutamente) para chantajear al presidente del Gobierno. El Gobierno, el PP y el propio presidente también han negado chantaje alguno a Rajoy. En esta grabación, fechada el pasado 19 de enero, Zaplana comienza hablando a González de la relación entre el comisario ya jubilado José Villarejo y Mauricio [en aparente alusión al presidente de La Razón y alto ejecutivo de Atresmedia, Mauricio Casals] y señala que él también dio dinero a Lapuerta (no queda claro si también a Rajoy), a juzgar por la literalidad de la grabación, que es la siguiente:

Ignacio González: Bueno, pero Eduardo ahora te voy a contar dos cosas, una que nos recordó el abogado este, que yo ya no me acordaba, y es verdad, Ildefonso, empiezo a pensar que fue bastante más listo, le sacó una grabación a un empresario que tengo que hacer memoria de la empresa que era, diciendo que le daban pasta a Álvaro Lapuerta y no sé si a Rajoy. Espera, espera, espera.

Eduardo Zaplana: Joer yo también.

"Empiezo a pensar que Ildefonso fue bastante más listo, le sacó una grabación a un empresario que tengo que hacer memoria de la empresa que era, diciendo que le daban pasta a Álvaro Lapuerta y no sé si a Rajoy"

I. G. GEspera.. y esa cinta, ya, ya, pero tú no tienes una cinta... Yo en aquel momento macho, que yo no era consciente, claro no, no, no estaba en esta guerra. Ildefonso cogió esa cinta, porque nos estaban atacando, y se la dio a, eh, Julio Ariza.

E. Z. Sí, que después se fue a trabajar con él.

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I. G. Y ahora me he enterao, que Julio Ariza, con esa cinta, se fue a ver a Mariano, a chantajearle [Ariza ha negado totalmente lo que González le atribuye].

E. Z. Julio Ariza es exactamente igual, vamos a ver, los personajes no tienen nada que ver con el fondo, Pedro Pérez [accionista de El Confidencial], Esperanza [Aguirre], Julio Ariza, si tu no quieres que algo se sepa, cuéntaselo a alguno de estos.

I. G. Bueno, pues yo pensé que eso ya había quedado tal y cual, y me dice el abogado, que le ha contado Bárcenas, que él tuvo que negociar con Ariza, y que le soltaron pasta por esa puta cinta, para taparlo.

E. Z. O mandarían a algún constructor o alguien que le arrimara (...) o a lo que fuera.

González: "Tú imagínate que que yo puedo acreditar que el Villar Mir desde esto pago una comisión"

I. G. En todo este rollo, parece ser que hay una cinta en la que, eh, hay alguien que tiene grabado, en otra cosa parecida, dándole dinero a Álvaro Lapuerta, no sé sin conocimiento de Mariano, y me dicen que se la ofrecieron al Gobierno venezolano por 10 millones de euros.

E. Z. Que no me extraña, pero...

I. G. Entonces, yo ahí, no sé cómo meter mano en esto, porque yo si pudiera macho, claro tendría que ir a los detectives. [González se muestra obsesionado con saber quién puso el dinero para que unos detectives le grabaran con unas bolsas a las puertas de un hotel de Cartagena de Indias (Colombia), hecho que él hace coincidir con una cena que dio en su casa Javier López Madrid y en la que, además de él, estaban Francisco Granados (encarcelado por Púnica), López Madrid (investigado en Lezo) y su suegro Villar Mir]. González continúa: "¿Los detectives van a cantar? No, ¿cómo se hace el círculo y tal? Porque, claro, tú imagínate que que yo puedo acreditar que el Villar Mir desde esto pagó una comisión, y llegó a una cuenta en la que está quien esté. Es que ya yo voy también a...". [Alude González a una comisión de 1,4 millones supuestamente pagada por la constructora OHL, de Villar Mir, por la contrata de una conexión de tren en Navalcarnero, Madrid; el dinero iba destinado presuntamente al partido, pero en el camino se quedó con él, lo ha reconocido, el empresario Adrián de la Joya, otro de los imputados en Lezo]

Zaplaza: "Mandarían a algún constructor o alguien que le arrimara (...) o a lo que fuera"

E. Z. Te digo una cosa, no es mala operación... ¿Cuándo quieres que venga, esta tarde o mañana por la mañana?

"En el Canal están pillados todos"

En otra de las grabaciones, que data de septiembre de 2016, 16 meses después de dejar la presidencia de Madrid, se oye cómo Ignacio González telefoneó al hombre que en 2012 había colocado como primer ejecutivo del Canal de Isabel II, el también imputado en la Operación Lezo Adrián Martín López de las Huertas, para pedirle “como favor personal” que le buscase trabajadores del Canal para que le arreglasen una pérdida de agua en la piscina de su chalé.

En julio de 2012, en sustitución de su amigo Ildefonso de Miguel (otro imputado en Lezo, que se “fue cabreado del Canal"; "hace que no hablo con él un huevo…”, según dice el expresidente en las grabaciones), colocó a Martín. Este formaba parte del círculo personal más estrecho de González. E integró la mesa de contratación del Canal que adjudicó en el año 2006 el contrato de gestión de Golfcanal (un lujoso campo de golf y restauración en terrenos de esta empresa pública) a un consorcio en el que participaban indirectamente familiares, su hermano y su cuñado, del expresidente de Madrid. Los investigadores sospechan que González se llevó comisiones de esta operación, en la que concurre el insólito hecho de que las obras comenzaron antes de que las aprobara la Comunidad de Madrid.

El expresidente llamó a su hombre de confianza en el Canal, 16 meses después de dejar el Gobierno de Madrid, y le pidió que le enviara a trabajadores del Canal para que le arreglaran la piscina de su chalé

Aparte de los citados cargos, Martín también ocupó, hasta agosto de 2016, la presidencia del Consejo de Administración de Canal Extensia, la matriz de todos los negocios de la empresa madrileña de aguas en Sudamérica. Aún después de dejar González la presidencia, Martín siguió siendo su contacto en el Canal. A él remitió, por ejemplo, al expresidente de la patronal madrileña Arturo Fernándezcuando este le pidió recomendación “para agilizar unos determinados trámites relativos a su grupo de empresas”.

Aparte de a Adrián, González tenía otro íntimo en la jefatura del Canal en Sudamérica, a Edmundo Rodríguez Sobrino, presunto urdidor de la ruinosa compra de la firma brasileña Emissao por parte del Canal. Los dos están en la cárcel por la trama Lezo. Y también está presa la jefa financiera del Canal, María Fernanda Richmond, otra persona del círculo personal de González. Ella fue la que dio órdenes de pagar los 31 millones (25 están desaparecidos) por la compra de Emissao. Por un lado se encargó de reclamar fehacientemente el pago y por otro lo aprobó, algo que nunca puede hacer un tesorero. Junto al hermano de González, Pablo Manuel, los cuatro citados son los principales cabecillas de gran parte de los chanchullos del Canal.

"En el caso de Emissao", dice un abogado a Edmundo Rodríguez, considerado uno de los testaferros del expresidente madrileño, “van por delante, eh, Adrián y Fernanda claramente. (…) Tu ahí no eres el protagonista, lo es Adrián seguro (…)"

En una grabación, Adrián le comenta a Edmundo que tiene previsto reunirse con Richmond. “Pues si la ves”, le alerta Edmundo, “dile que no continúe con eso [no aclara a que se refiere], que puede perjudicarnos a todos”. Los investigadores creen que se trata del asunto de Emissao (20 de esos 25 millones perdidos están o han pasado por Suiza, y cinco fueron a las manos del vendedor de Emissao, llamado Sebastián Chistovam, otro de los 59 investigados por el juez Velasco).

Miedo a la "operación de Brasil"

Richmond llegó a reunirse con Adrián Martín, y hablaron de la “operación de Brasil”, aunque según ella Adrián le comentó que ese tema no le preocupaba: “Porque dice que él no ha hecho nada”, cuenta Richmond a Edmundo Rodríguez. Este sostiene que lo de Emissao fue una operación fallida, no rentable, que hay que enmarcar dentro del conjunto de los negocios del Canal en Sudamérica: “Si un grifo de una comunidad de propietarios no funciona, eso no significa que el grifo no funcione porque haya una connivencia con el propietario del apartamento donde está el grifo”. “Como lo ha hecho usted mal, es que estaba en connivencia con el dueño del apartamento y se pusieron de acuerdo para que grifo se reparara muy caro (…) ¡Oiga!, ¿pero qué me está diciendo, qué me está contando?”, suele poner Edmundo como símil de la onerosa compra: se compró por 31 millones y solo valía algo más de cinco. Esta es la teoría exculpatoria de Edmundo Rodríguez, consejero delegado del diario La Razón con un 23% de las acciones.

El 13 de diciembre de 2016, Edmundo Rodríguez se reunió con su amigo y abogado Carlos Rodríguez. Hablaba mucho entre ellos. Edmundo se muestra preocupado con las noticias de Emissao. Carlos le tranquiliza. “(…) Efectivamente lo manejarías tú todo, pero realmente es un negocio del Canal, como la señora que se quiso meter al 50% del invento y ella es la que daba la cara, y además ahí sí que Adrián está pillado… Está todo el Canal pillado con Emissao”.

En el caso de Emissao, añade el abogado Carlos Rodríguez a Edmundo, considerado uno de los testaferros del expresidente madrileño, “van por delante, eh, Adrián y Fernanda claramente. (…) Tu ahí no eres el protagonista, lo es Adrián seguro (…) El canal tiene una estructura jerárquica en la cual el 50% es del propio Canal [se refiere a las empresas de América] y el otro 50% es de una filial del Canal, tócate los cojones, todo eso se llama Adrián Martín…y por extensión Fernanda [Richmond, esposa de un alto ejecutivo de Indra amigo personal de González]. Y luego tú… vamos, en penal segunda o tercera derivada”.

Los investigadores de Lezo analizan la intervención de la firma Assignia-Essentium en la operación de Emissao. Según las pesquisas, este grupo quiso entrar en el negocio, pero lo dejaron al margen en el último momento pese a que tenía un contrato de intenciones al respecto en el sentido de hacerse con un 50% de las acciones. Assignia quiso hacer valer sus derechos pero, según la investigación, se olvidó del tema tras recibir una contrata de 20 millones de euros del Canal en Madrid. Señala Edmundo: “(…) Adrián conocía perfectamente este tema, pero va a decir que no sabía nada”.

Los 20 millones "son un regalo a esta gente"

Edmundo insiste en que sí lo sabía y que, de hecho, la contrata de 20 millones “es un regalo de Adrián a esta gente”. Indica a su amigo abogado: “(…) Recuerdo que lo he hablado con Adrián 17 veces (…) ¿Tú qué crees, que de repente se saca un regalo del bolsillo y lo pone encima de la mesa para esta gente sin saber que se había firmado lo otro? (…) ¿Tú te crees que les pone encima de la mesa un contrato de 20 millones, eh, si no supiera lo otro?”

Richmond, en otra conversación, quiere echar para atrás la adjudicación y se muestra partidaria de “buscarle un fallo” para dejarla en el aire. “Si a mi me llaman a un proceso penal, yo tengo que decir eso. Pero es que eso... es un lío para Adrián, lamentablemente, ¿no?” Los investigadores están convencidos de que el contrato de 20 millones fue “amañado”. Y concluyen que Richmond llegó a la dirección financiera del Canal por la amistad de ella y su marido con González. Tanto Edmundo como su amigo abogado la consideran “un poco tontaina” y con grandes “limitaciones profesionales” y un currículo “bastante deplorable”. “Su puesto en el Canal se lo regalaron”, zanja Edmundo. Se supone que el regalo vino de Ignacio González, entonces máximo responsable del Canal y amigo de colegio de su marido.

investigacion@elpais.es

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