La imagen | Prisa por tardar
La campaña es un eslogan en el que cambian los rostros que aspiran al cetro
La campaña es un eslogan en el que cambian los rostros que aspiran al cetro. Es una alfombra de deseos que parecen cuadros cuyas puntas se van a romper después de las urnas como los antiguos carteles del Día del Amor Fraterno. Ante esa profusión de colores los ciudadanos pasan con la indiferencia que se guarda ante lo consabido. Pero de vez en cuando esa prisa por tardar que el sociólogo Gil Calvo dice que padecemos asalta las calles con otro tipo de mensaje, ante el que la velocidad también nos hace acelerar el paso (como en estos carteles de change.org),...
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La campaña es un eslogan en el que cambian los rostros que aspiran al cetro. Es una alfombra de deseos que parecen cuadros cuyas puntas se van a romper después de las urnas como los antiguos carteles del Día del Amor Fraterno. Ante esa profusión de colores los ciudadanos pasan con la indiferencia que se guarda ante lo consabido. Pero de vez en cuando esa prisa por tardar que el sociólogo Gil Calvo dice que padecemos asalta las calles con otro tipo de mensaje, ante el que la velocidad también nos hace acelerar el paso (como en estos carteles de change.org), como si la realidad fuera una pulga en el pie. Ahí está ese mensaje cuya seriedad no sólo está en las caras y en las letras, sino en los rostros circunspectos que, como la vida, pasan de largo.