“El mejor regalo es hacer que las personas que pasan dificultades no se sientan solas”
Gema Escrivá, directora general del Banco de Alimentos de Madrid, explica la situación en la que ha dejado la pandemia a muchas familias e incide en la importancia de la sociedad y el tejido empresarial para salir de la crisis
La directora general del Banco de Alimentos de Madrid, Gema Escrivá (Madrid, 1964), dirige un equipo de voluntarios que soluciona la comida diaria de miles de familias afectadas por la crisis del coronavirus. Asegura que la movilización de la sociedad civil y de las empresas ha sido clave para salir adelante, y recuerda que hay que seguir ayudando a toda esa gente que está en dificultades.
Pregunta. ¿Cómo afronta usted esta Navidad tan extraña?
Respuesta. La afronto con la cabeza abierta, porque tenemos que tener otra mentalidad y saber adaptarnos a los tiempos que hay ahora.
P. ¿Y qué le pide en concreto a estos días?
R. Va a sonar a tópico, pero a mí me gustaría que toda la gente que ahora mismo está pasando muchísimas dificultades, y que además se han encontrado con esta situación por primera vez, que por lo menos intenten tener unas Navidades lo más tranquilas posibles y sin sobresaltos. Y ahí tenemos que ayudar todos.
P. ¿Qué es lo que va a regalar, ya lo ha pensado?
R. Un regalo muy bueno para este año es tener una cena familiar, con aforo reducido evidentemente, y que sea tranquila. No tengo grandes ambiciones para los regalos. Pero sí es verdad que la vida sigue y que tenemos que fomentar el consumo, porque si no la situación se puede agravar. Yo pensaré para los míos regalos bastante prácticos. A mi hijo algo tecnológico; a mi hija algo de deporte, que le gusta mucho, y a mi marido algo para las motos, que es muy aficionado.
P. ¿El mejor obsequio este año es la solidaridad?
R. El mejor regalo este año es hacer que esas personas que están pasando grandísimas dificultades no se sientan solas. Que sientan que tienen el cariño de la gente. No están metidas en un agujero sin que nadie les ayude. Hay gente alrededor que se preocupa por ellas.
P. ¿Y ese regalo para una familia esta Navidad es una caja de comida?
R. Para las familias que no tienen recursos económicos, tener asegurada la alimentación es una tranquilidad tremenda. A mí no me gustaría estar en la situación de esas personas que no tienen alimentos para sus hijos. Como madre haría lo que fuera para conseguirlos.
Sin la movilización de la sociedad civil no seríamos capaces de superar esta crisis. La gente y las empresas son muy solidariasGema Escrivá, directora general del Banco de Alimentos de Madrid
P. Usted conoce bien la realidad. ¿Cómo está la situación?
R. Desde los bancos de alimentos estamos atendiendo a cerca de un millón y medio de personas en España. Las estimaciones nos dicen que podemos llegar al millón ochocientos mil. La distribución ha subido desde 1,6 millones de kilos a más de dos millones mensuales. Desde la Fundación Banco de Alimentos de Madrid estamos facilitando una comida diaria a 190.000 personas.
P. ¿Esta es la peor crisis que ha vivido desde el Banco de Alimentos?
R. A diferencia de la crisis de 2008, esta lleva mucha más velocidad. Estamos atendiendo ahora mismo al pico al que llegamos en la otra. En aquella tardamos cinco años. En esta, solo dos meses y medio. Y la de ahora es una crisis sanitaria, financiera, social, económica y política. Hemos llegado a un punto en el que tenemos que volver a replantearnos todo. La covid ha puesto encima de la mesa las debilidades del sistema. Ahora tenemos que trabajar para corregirlas.
P. ¿En qué se diferencian los problemas de la gente de hoy respecto a la crisis de 2008?
R. Una gran preocupación por lo más necesario e importante, que es la comida y la vivienda. Es una situación muy complicada que está aumentando la desigualdad. Cuando pase quedarán dos partes. Y una de ellas va a estar marcada por la desigualdad.
P. ¿Los españoles están siendo solidarios?
R. Muy solidarios. Sin la movilización de la sociedad civil no habríamos sido capaces de afrontar esta crisis.
P. ¿Y las empresas han estado a la altura de lo que esperaba?
R. Sus muestras de solidaridad han sido altísimas. En muchos casos han superado nuestras expectativas. Lanzamos un llamamiento para reponer unos almacenes que se estaban quedando sin existencias y la respuesta fue muy importante. No solo de donaciones, también a nivel de ayuda y colaboración. En ese momento en que todos nuestros voluntarios mayores de 65 años se tuvieron que ir a casa, hicimos un llamamiento y la distribución pudo salir gracias a gente joven y personas que estaban en ERTE. Esto ha salido gracias a empresas de transporte privado y también al Ejército.
Las Navidades más íntimas
Estas fiestas van a ser muy distintas a las que se recuerdan. No nos podremos reunir todos los que querríamos, ni regalarnos todo lo que nos gustaría, ni viajar a muchos lugares. Pese a todo, es importante rescatar el sacrificio personal y el esfuerzo colectivo con el que hemos plantado cara a la crisis. También la solidaridad y la empatía que ha generado entre nosotros y la revalorización de nuestra libertad y de nuestros afectos.
Aquí presentamos algunos testimonios de personas que han estado en primera línea contra los efectos de la pandemia y son sus voces las que nos invitan a cuidarnos, a cuidar a los demás, y a renovar las esperanzas en un mejor porvenir.
P. ¿En qué más ha cambiado el trabajo del Banco de Alimentos por la pandemia?
R. Hemos cambiado nuestra forma de operar y nos hemos adaptado rápidamente. Hemos reforzado el trabajo en equipo, la comunicación y la conectividad. Además, estamos acometiendo compras de alimentos, algo que no se había hecho antes.
P. ¿Por qué dejó su trabajo en 2011 y se metió en esto?
R. Hubo una serie de circunstancias familiares ese año, cuando trabajaba en la empresa privada, que me llevaron a tomar la decisión de bajarme del carro. Me di cuenta de que no podía con todo y decidí dejar el trabajo. Pero soy una persona muy activa y no puedo estar quieta. Entonces encontré esto en un reportaje que se le hizo a la Fundación cuando se le concedió el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 2012. Vine a conocerlo, me gustó y aquí sigo. Es el trabajo que más satisfacción me ha proporcionado a lo largo de toda mi carrera profesional.
P. ¿Qué ha aprendido a lo largo de estos años?
R. La gran lección que he aprendido es que cuando te pones una meta, un objetivo y decides ir a por él a base de muchísimo esfuerzo, las cosas siempre salen. Y luego la capacidad de mover montañas que tiene el compromiso humano. Cuando un voluntario está comprometido, es impresionante el trabajo que se hace.
P. Como aficionada a la fotografía, ¿qué imagen le gustaría ver mañana en la portada del periódico?
R. Me gustaría ver una familia sonriendo porque no pasan necesidades.