Columna

Entrar a la UNAM, ¿y luego qué?

Hoy, un mexicano con licenciatura gana 24% menos de lo que ganaba hace 15 años. Y peor aún, el 11% de las personas con una licenciatura viven en pobreza

Estudiantes caminan por las instalaciones de la UNAM.Gerardo Vieyra (Getty Images)

Entrar a la Universidad Nacional Autónoma de México se ha vuelto un verdadero privilegio. Solo el 10% de las personas que hacen el examen logran tener un lugar. Así, ser admitido a la UNAM es más difícil que entrar a la Universidad de California en Berkeley, la Universidad de Nueva York o el prestigiosísimo Carnegie Mellon. En algunas carreras es tan difícil tener un lugar en la UNAM como sería tene...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Entrar a la Universidad Nacional Autónoma de México se ha vuelto un verdadero privilegio. Solo el 10% de las personas que hacen el examen logran tener un lugar. Así, ser admitido a la UNAM es más difícil que entrar a la Universidad de California en Berkeley, la Universidad de Nueva York o el prestigiosísimo Carnegie Mellon. En algunas carreras es tan difícil tener un lugar en la UNAM como sería tenerlo en una universidad del Ivy League americano.

El sueño de entrar a la UNAM es mucho más que poder estudiar. Es tener un pase a una vida de clase media y digna con un trabajo profesional.

El problema con ese suelo es que es cada vez menos cierto. Y no solo porque poca gente sea admitida en la UNAM sino porque sobre todo porque los beneficios de tener un título universitario se han derrumbado. Hoy, un mexicano con licenciatura gana 24% menos de lo que ganaba hace 15 años. Y peor aún, el 11% de las personas con una licenciatura viven en pobreza. Solía ser que un título te aseguraba un nivel de vida. No más.

Esta gráfica muestra el ingreso mensual laboral de personas con licenciatura, según disciplina de estudio. Fuente: InegiINEGI

Esto ha pasado en todas las disciplinas de estudio. Varios estudios han mostrado que el fenómeno de que las personas con títulos universitarios cada vez ganen menos no se explica porque la calidad de la educación haya disminuido. Los licenciados son tan buenos, si no es que mejores ahora que antes. El problema real es que el mercado laboral ha sido incapaz de darle oportunidad a las personas con licenciatura.

Hace 15 años, el 16% de los trabajadores tenían una licenciatura. Ahora es el 24%. El número de personas con título universitario ha aumentado estrepitosamente en un país que no crea suficientes empleos. El resultado es una tragedia: el 58% de los mexicanos con licenciatura trabajan en ocupaciones que no necesitarían un título, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.

El descontento ante esto es mayor. Cada vez es más común ver a jóvenes con título universitario frustrados por la baja calidad de sus trabajos o en situación de desempleo.

Hay una cruda realidad: el problema de falta de oportunidad económica no se resuelve educando más gente o abriendo más universidades, se resuelve mejorando las oportunidades que existen en el mercado laboral. Se resuelve empoderando al trabajador.

Solo abrir más universidades para aumentar la oferta de licenciados creará miles de jóvenes frustrados y sin oportunidad. Resolver el problema requiere dejar de creer en el Santa Claus de la educación y comenzar a comprender que, de nada sirve la ampliación de oportunidades educativas si estas no van de la mano con una política de desarrollo productivo que cree más y mejores empleos. Esto requiere un Estado que piense en grande. Que promueva la generación de empresas, que eduque a las personas para ser emprendedores más que solo para ser empleados, y que capacite a los empresarios pequeños actualmente en operación.

Es también importante vacunarse contra la automatización que destruya empleos. La automatización no podrá detenerse, pero sí puede canalizarse, por medio de impuestos especiales, hacia áreas que no destruyan empleos. El Gobierno debe jugar un papel para regular esto.

Es también importante reconocer que no todos los estudios universitarios son igualmente valiosos para la generación de ingreso. Hoy por hoy, un ingeniero gana notablemente más que una persona que haya estudiado educación, agronomía o artes y humanidades. Veo muy bien que se abran nuevas universidades. Pero al abrirse, estas deben considerar las oportunidades laborales que verdaderamente existen para los egresados y entrenarlos para que puedan acceder a ellas.

Apúntese gratis a la newsletter de EL PAÍS México y al canal de WhatsApp y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país.


Más información

Archivado En