La escuela privada es un timo
Los centros privados mexicanos tienen mejores resultados en el informe Pisa que las públicas, pero mucho peores que otras privadas latinoamericanas
Hace unos días se dieron a conocer los resultados de la prueba PISA 2022. En ella se evaluó el nivel de aprendizaje en ciencias, matemáticas y lectura de niños de 15 años alrededor del mundo. La principal nota fue el bajo nivel de aprendizajes. México quedó casi al final de la lista ocupa...
Hace unos días se dieron a conocer los resultados de la prueba PISA 2022. En ella se evaluó el nivel de aprendizaje en ciencias, matemáticas y lectura de niños de 15 años alrededor del mundo. La principal nota fue el bajo nivel de aprendizajes. México quedó casi al final de la lista ocupando el lugar 52 de 73 países en ciencia, 51 en matemáticas y 45 en lectura.
De lo que se habló menos es de las diferencias entre escuelas públicas y privadas mexicanas. Utilizando las bases de datos de PISA lo analicé. El resultado es sencillo: en México la escuela privada es un timo.
Es verdad que los alumnos mexicanos de escuelas privadas suelen obtener un mayor puntaje en la prueba PISA que los de escuelas públicas. En lectura, la diferencia es de 54 puntos, en ciencias de 43 y en matemáticas de 39 puntos. Esto es así en la mayoría de los países, con excepciones como Taiwán, Tailandia o Italia donde la escuela pública es mejor que la privada.
Lo que diferencia a México, sin embargo, es que en nuestro país la escuela privada es comparativamente peor que otras escuelas privadas del mundo.
Deficiente aprendizaje en escuelas privadas
El de por sí bajo nivel de aprendizaje de México se vuelve aún peor si solo comparamos escuelas privadas. En matemáticas, la escuela privada mexicana ocupa el lugar 47 de 67 países para los que se cuenta con datos de tipo de escuela. En cambio, la escuela pública ocupa el lugar 43 de 67. La escuela pública ocupa un mejor lugar en el ranking que la privada. En ciencias sucede lo mismo. México pasa de ser el lugar 46 en escuelas privadas a ser 44 en públicas.
Otros países latinoamericanos tienen mucho mejores escuelas privadas que las mexicanas. Las privadas de Uruguay, por ejemplo, están bastante cercanas al nivel de matemáticas de las escuelas privadas alemanas. En ciencias, las privadas de Brasil son similares a las privadas de Estados Unidos. En lectura, las de Costa Rica tienen el nivel de las de Francia.
En México la escuela privada es anormalmente mala. Los alumnos mexicanos de escuela privada obtienen una calificación de 429 puntos en matemáticas, similar a lo que obtendría el alumno de escuela de Rumania. Es decir, un alumno de escuela privada en México aprende menos matemáticas que un alumno promedio de Vietnam. En ciencias no es mucho mejor. Un mexicano de escuela privada obtiene 448 puntos, similar al alumno de escuela pública de Serbia. Esto significa que, en ciencias, un alumno mexicano que paga por educación obtiene el mismo nivel educativo que alguien que no paga por educación en Serbia.
Resulta irónico que en México se estigmatice a la escuela pública si comparativamente ésta es mejor que la privada. Es decir, una vez que se comparan a escuelas públicas con públicas y a privadas con privadas, las escuelas privadas mexicanas salen peor posicionadas que las públicas a nivel global.
En otros países, asistir a la escuela privada te asegura una educación muy superior a la pública. En México, no tanto. En matemáticas, los alumnos de escuelas privadas en México obtienen apenas 39 puntos más que los de escuela pública. En Brasil y Uruguay, la diferencia es de más de 81 puntos. La escuela privada en Brasil te asegura “brincar” de un nivel educativo similar al de Marruecos o Palestina, a uno similar al de Estados Unidos o Islandia. Un cambio verdaderamente amplio. En México, ir a la escuela privada te hace pasar del nivel educativo de Georgia al de Rumania. Un cambio menor.
Esto es bastante preocupante porque una buena cantidad de familias mexicanas hace el esfuerzo por llevar a sus niños a escuelas privadas y no por ello está recibiendo lo que podría recibir por su dinero. En México, entre los hogares donde al menos un niño asiste a la educación básica, el 9% lo hace a escuela privada. Esta es una proporción menor que hace dos décadas (12%), pero aun así representa 1,4 millones de hogares pagando colegiaturas. Entre los hogares del 10% más rico de la población, el 38% paga por su educación (hace 20 años era 57%).
Ricos de bajo aprendizaje
Todo lo anterior conjura una gran sorpresa. Tal parece que, los ricos mexicanos, a pesar de lo que gastan en colegiaturas, están comparativamente peor educados que los ricos de otros países. Y lo opuesto es cierto para los pobres mexicanos, los cuales, a pesar de enfrentarse a un sistema educativo precario, tienen mejor nivel de aprendizaje que los pobres de otros países.
Los datos son claros. Comparando a alumnos de alto estatus socioeconómico (top-25%) en 72 países, los alumnos mexicanos se encuentran en el lugar 55 de matemáticas y ciencia, y en el 48 de lectura. En cambio, comparando solo a alumnos de bajo estatus socioeconómico (bottom-25%), los alumnos mexicanos se encuentran en el lugar 50 de matemáticas, 49 de ciencia, y 43 de lectura. En todos los casos, los alumnos de bajo estatus salen mejor posicionados que los de alto status, en algunos casos hasta por 6 puntos.
El nivel de aprendizaje de los mexicanos ricos es bastante bajo. Un mexicano de estatus socioeconómico alto obtiene un puntaje de matemáticas promedio de 428, algo similar a un estudiante de estatus socioeconómico bajo en Portugal. En ciencias sucede igual. Los alumnos mexicanos ricos tienen el nivel de los pobres de Turquía.
En otros países en vías de desarrollo no es como en México. Los ricos sí han adquirido buenos aprendizajes. Por ejemplo, en Rumania los alumnos de estatus socioeconómico alto tienen una educación similar a la mediana de Dinamarca. En Uruguay, tienen una similar a la mediana de Estados Unidos.
Así, para México la prueba PISA muestra una conclusión esperada y una muy inesperada. La esperada es que los alumnos de escuelas privadas y estatus socioeconómico alto suelen tener mayores aprendizajes que los de escuelas públicas y estatus bajo. La inesperada es que, una vez que se compara a los mexicanos ricos y que asisten a escuela privada, con alumnos de otros países que también tienen esos privilegios, los mexicanos tienen mucho menor aprendizaje.
Quizá esto se deba, como me comentaba la profesora Blanca Heredia, especialista en educación del CIDE, a que en un país tan desigual ya no se percibe como necesario invertir en educación. No importa lo que los ricos hagan, siempre encontrarán forma de caer parados. PISA reitera lo que alguna vez Pablo Yanes, Coordinador de Investigaciones de la sede subregional de la CEPAL, dijera sobre México: que en este país es difícil salir de pobre, pero casi imposible salir de rico.
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