Pablo Moreno Cadena, el ejecutivo que dio empleo a los refugiados en México
El directivo de Mabe gana el Premio Nansen 2025 para las Américas por contribuir con la contratación de migrantes en las fábricas del gigante de los electrodomésticos
Pablo Moreno Cadena (Ciudad de México, 65 años) es un ejecutivo que nunca pensó en ponerse el sombrero de activista humanitario. “Somos todo menos eso”, dice sonriendo. El director de Asuntos Corporativos de Mabe ha sido galardonado este miércoles con el Premio Nansen 2025 para las Américas, el también llamado Nobel humanitario, por colaborar con la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) en el empleo de migrantes en las fábricas del gigante mexicano de los electrodomésticos. La crisis migratoria que ha desbordado México en los últimos años tocó a la puerta de la multinacional y Moreno Cadena abrió la oportunidad para integrar a quienes huyendo de su hogar se instalaron en México. “Los refugiados aprecian enormemente la segunda oportunidad de vida que les damos”, menciona en entrevista con EL PAÍS.
En 2017, Mabe y ACNUR arrancaron un programa piloto para dar empleo a algunos refugiados en la planta de lavadoras que la firma tiene en Saltillo (Estado de Coahuila, norte de México). Moreno Cadena cuenta que la empresa llevaba tiempo buscando trabajadores del sur del país para llevarlos a sus fábricas en el norte y que su incipiente idea era relocalizar a los nuevos empleados con sus familias en las comunidades cercanas a las plantas. El ejecutivo vio entonces una oportunidad cuando la crisis migratoria arreció en México: sumó a su proyecto a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), al Gobierno de Coahuila y ACNUR. La fuerza de todos los participantes impulsó una opción para quienes dejaron todo en sus países de origen.
“No todo fue en automático, porque de parte de Mabe, por ejemplo, había una incertidumbre natural. Íbamos a traer gente y qué nos iba a garantizar que una vez que los tuviéramos en la planta, por la cercanía con la frontera, no lo usaran como trampolín para ir a Estados Unidos”, reconoce el ejecutivo. La tarea se enfocó en ubicar a posibles candidatos para los empleos, con la dificultad de verificar su información en sus países de origen. Moreno Cadena explica que el papel de ACNUR y del Gobierno mexicano fue fundamental para asegurar que los trabajadores contaran con los documentos necesarios para acceder a las plazas de trabajo. “No hemos tenido un solo caso que nos permita habernos arrepentido”, señala.
La mayoría de los trabajadores refugiados que Mabe ha recibido, unos 150, son de origen centroamericano: Honduras, Nicaragua, El Salvador y Haití. Moreno Cadena destaca que la integración de este grupo ha impactado en la caída de la rotación de personal en las plantas: cuando el promedio de rotación de la firma es un 12% —algo común en las empresas dedicadas a la manufactura— entre los trabajadores migrantes apenas alcanza el 1%. “Este programa puede complementar la necesidad de mano de obra tan inmensa que se va a requerir. Y digo complementar porque es una muy pequeña parte. Nunca, de ninguna manera, desplaza la mano de obra mexicana”, añade. Mabe ha extendido el modelo a otras de sus plantas en el país, incluida la fábrica de estufas más grande del mundo, ubicada en San Luis Potosí.
La integración de los migrantes al empleo formal, a través del modelo que Moreno Cadena implementó en Mabe, ha permitido a ACNUR colocar a 53.000 refugiados en 650 empresas en México desde 2017, la mayoría de ellas ubicadas en el Bajío. El país latinoamericano se ha convertido recientemente en receptor de migrantes y refugiados. En 2024, la Comar registró 140.000 solicitudes de asilo, un récord para México. Desde enero de este año, Estados Unidos ha cerrado su frontera y suspendido las solicitudes de quienes huyen de sus países por diversos motivos. El directivo de Mabe cuenta que otras empresas se han acercado a la firma mexicana para despejar sus dudas sobre el programa y que la mayoría de ellas termina sumándose.
Moreno Cadena recibirá el Premio Nansen el próximo 16 de diciembre en Ginebra, Suiza. El galardón está dotado con 25.000 dólares que el directivo donará a la Casa del Migrante Saltillo. “Al ofrecer empleo formal, la empresa también garantiza que los refugiados tengan acceso a protección social y oportunidades de crecimiento profesional a largo plazo: recursos vitales fundamentales en contextos en los que a menudo enfrentan barreras legales y económicas”, ha mencionado ACNUR sobre el premio al mexicano. “Refugiados de Honduras, El Salvador y Guatemala, muchos de ellos huyendo de la violencia y la inestabilidad, han encontrado no solo trabajo, sino también dignidad, seguridad y propósito en MABE”, añade el organismo de Naciones Unidas.
El Premio Nansen fue creado en 1954 por ACNUR para reconocer a personas, grupos y organizaciones por sus contribuciones en favor de las personas forzadas a huir de sus hogares. Está inspirado en el noruego Fridtjof Nansen, explorador y diplomático de principios del siglo XX que ayudó a miles de refugiados a subsanar la falta de documentación oficial durante la Primera Guerra Mundial.