Sheinbaum defiende en el G-20 destinar el 1% del gasto militar mundial a la reforestación
La presidenta de México se estrena en un foro global con reuniones bilaterales con Biden y Macron y propone invertir 24.000 millones de dólares al año para apoyar a seis millones de sembradores
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha defendido este lunes en el G-20 que se celebra en Río de Janeiro revolucionar las partidas de gasto de las principales economías del mundo para destinar el 1% de la inversión en armamento a una ambiciosa meta social. En sus propias palabras, el “programa de reforestación más grande de la historia”. La propuesta de la mandataria está inspirada en una de las iniciativas estrella de Andrés Manuel López Obrador, conocida como Sembrando Vida, que ya fue exportada a Centroamérica durante la anterior Administración. “Consiste en dar a las familias pobres del campo un jornal, capacitación técnica para sembrar árboles maderables y frutales, así como otros cultivos”, ha resumido Sheinbaum, quien calcula que con unos recursos anuales de 24.000 millones de dólares se podría apoyar a seis millones de sembradores.
El combate contra el hambre, que asfixia a 73 millones de personas en el mundo, es uno de los ejes de la cumbre de Brasil -junto con la reforma de las instituciones internacionales y el medio ambiente- y la gran apuesta del presidente anfitrión. La propuesta de Lula da Silva es diáfana: menos conflictos armados y más desarrollo y compromiso frente a la pobreza. “Tenemos el mayor número de conflictos armados desde la Segunda Guerra Mundial y el mayor número de desplazamientos forzados jamás registrado”, ha lamentado en el discurso inaugural del cónclave. En definitiva, ha dicho, “el mundo está peor” que en 2008, cuando el G-20 se reunió en Washington por primera en el contexto de la crisis financiera.
En línea con este planteamiento, la presidenta mexicana ha hecho hincapié en uno de los desafíos de la comunidad internacional: las guerras de Gaza y de Ucrania. “¿Qué está pasando en nuestro mundo que en tan solo dos años el gasto en armas creció casi el triple que la economía mundial? ¿Cómo es que la economía de la destrucción alcanzó un gasto de más de 2,4 billones de dólares? ¿Cómo es que 700 millones de personas en el mundo aún viven por debajo de la línea de pobreza?”. Sheinbaum ha empezado su intervención con estas preguntas, para dar paso a la filosofía general de su propuesta: “Vengo a nombre de un pueblo, generoso, solidario y sabio a hacer un llamado a las grandes naciones a construir y no a destruir. A forjar la paz, la fraternidad y la igualdad”. “Llámennos idealistas, pero lo prefiero, a ser conformistas”, ha agregado.
La participación de la mandataria en el G-20 supone el retorno de México a los grandes foros internacionales tras los años de repliegue de López Obrador. Pero el tono general de su discurso, pronunciado a puerta cerrada, traía ecos del ideario de su antecesor y de Morena, su movimiento. “Pertenezco a una generación que luchó contra la represión, el autoritarismo, por la justicia social y la democracia y provengo de un grandioso pueblo que decidió fundar, por la vía pacífica, una nueva historia para mi patria”, ha afirmado. “Desde que inició nuestro proyecto político en el año 2018, México está construyendo un nuevo rumbo [...]. Quedó atrás el dogma de fe neoliberal, de que el mercado resolvía todo”. E incluso ha pronunciado ante Biden y los principales líderes mundiales uno de los lemas fundacionales del obradorismo: “Por el bien de todos, primero los pobres”.
Sheinbaum ha resaltado el éxito del programa Sembrando Vida, que en su momento fue presentado por el Gobierno mexicano ante Estados Unidos como una herramienta para paliar los flujos migratorios. “Nosotros destinamos cada año 1.700 millones de dólares para apoyar a 439.000 familias en México, y 40.000 en Guatemala, Honduras y El Salvador. En seis años se han reforestado, con la siembra de 1.100 millones de árboles, más de un millón de hectáreas”, ha detallado. La idea incluye un compromiso global con los objetivos de la cumbre. “Con ello, ayudaríamos a mitigar el calentamiento global y restauraríamos el tejido social ayudando a las comunidades a salir de la pobreza. La propuesta es dejar de sembrar guerras, sembremos paz y sembremos vida”, ha enfatizado Sheinbaum.
La presidenta tenía agendadas a lo largo del día ocho reuniones bilaterales, entre otras, con el propio Lula, con el presidente francés, Emmanuel Macron, que se ha concretado a primera hora de la tarde, y con los primeros ministros de Canadá, Justin Trudeau, o de la India, Narendra Modi. Pero, por la profundidad de la relación bilateral, el encuentro más relevante ha sido el mantenido con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Ambos abordaron cuestiones económicas, de seguridad y los desafíos migratorios que han marcado la Administración del mandatario demócrata y que Donald Trump promete abordar con un enfoque radicalmente distinto, por su dureza, tras tomar posesión el 20 de enero.