Grupo Frontera, sobre Bad Bunny: “Nosotros no le dijimos nada, él solo se puso las botas y todo”
Los integrantes de la agrupación cuentan a EL PAÍS los detalles de su colaboración con la estrella del reguetón, el meteórico éxito desde su constitución hace poco más de un año y sus inminentes proyectos
Cuando los chicos de Grupo Frontera bajaron el pasado sábado del escenario principal de Coachella, uno de los festivales de música más importantes de Estados Unidos, estaban en silencio, analizando lo que acababa de pasar. Solo un día antes, Bad Bunny les invitó a cantar tres de sus canciones: No se va, Bebe dame y Un x100to, esta última junto a él. Ant...
Cuando los chicos de Grupo Frontera bajaron el pasado sábado del escenario principal de Coachella, uno de los festivales de música más importantes de Estados Unidos, estaban en silencio, analizando lo que acababa de pasar. Solo un día antes, Bad Bunny les invitó a cantar tres de sus canciones: No se va, Bebe dame y Un x100to, esta última junto a él. Antes de comenzar, tenían el miedo de que el imponente público no se supiera sus letras. “En el momento en el que empieza No se va, toda la gente empezó a cantarla. Fue algo muy bonito”, recuerda ahora Adelaido Payo Solís, el cantante. Los cinco músicos de la agrupación, Payo (20 años), Julián Peña (27), Carlos Guerrero (28), Alberto Beto Acosta (31) y Juan Javier Cantó (29), están sentados en un estudio, en Texas. Entre risas y asimilando su temprano éxito —el grupo nació hace poco más de un año—, los chicos abordan en videollamada con EL PAÍS su estelar situación actual: con uno de los grandes éxitos del momento en su repertorio, preparando el lanzamiento de un nuevo álbum y ultimando su gira El comienzo, que les llevará a 25 ciudades de Estados Unidos a partir de mayo.
Grupo Frontera fue formado en el municipio fronterizo de MacAllen, en Texas. Un año después de su inicio, los cinco chicos mantienen su esencia regional mexicana, a base de ritmos de cumbia norteña y música grupera, y con letras de amor, desamor y melancolía. “En el sur de Texas, de donde somos nosotros, la música que emana, en la que hay más trabajo, es en el regional mexicano [...] Empezamos el plan de hacer música con el corazón y para trabajar tocando en fiestas, bodas... Fue un género que a la gente le hacía falta”, afirma Cantó, el acordeonista de la agrupación. Todos los componentes de la banda nacieron al norte de la frontera con México, excepto el mismo Cantó, que nació en Monterrey, en el norte de Nuevo León. Aun así, todos mantienen esa identidad mexicana, y no solo a través de su música.
Sobre el escenario y en sus videos musicales visten con sombrero y botas, al puro estilo norteño. A ratos, sus repuestas se construyen conjuntamente, tratando de dar el detalle más concreto: uno contesta, otro amplía y otro afina. “Nuestras familias vienen del norte de México, donde se usa sombrero y botas para ir a todos lados”, cuenta Peña, el percusionista de la banda; “usamos ropa más urbana, pero con el respeto al sombrero y a las botas”, añade Payo; “traemos nuestras raíces. Somos modernos, pero a la vez enseñamos que seguimos lo tradicional”, concluye Cantó.
Un norteño inesperado
En los últimos días, su estilo —estético y musical— ha ido más allá de la frontera estadounidense y de la mexicana. El tema de Un x100to iba a ser el primer sencillo de su próximo álbum, una cumbia mexicanizada grupera que planeaban lanzar sin colaboración, hasta el último instante. “En el momento en el que íbamos a grabar el video de la canción, cuando ya estábamos todos preparados, con sombrero puesto, nos dijeron que iba a haber un cambio [...] De repente vimos que un señorón salía caminando de su tráiler. Cuando lo vimos entrar, Payito puso cara de enamorado”, recuerda Peña mientras comienzan a reírse. “Me quedé como en shock, quieto, con la boca abierta”, añade el cantante. El sencillo, una de las canciones del nuevo álbum, terminó convirtiéndose en una colaboración con el puertorriqueño Bad Bunny. En un solo día, el tema alcanzó el primer lugar en el Top 50 global de Spotify, e incursionó en otras listas de éxitos, dando un nuevo impulso a la agrupación y al género regional que triunfa en los catálogos.
El contagio sobre el puertorriqueño también llegó a su estética. “Nosotros no le dijimos nada, él solo se puso el estilo frontera, con botas y todo. No más le faltó el sombrero a mi compadre, pero en Coachella se lo puso”, ríe Cantó. Los cinco solo tienen palabras buenas para Benito [el nombre real de Bad Bunny], que solo unos días después les invitó a subir al escenario principal del festival. “Fue idea suya. Eso me emocionó más. Tenía entendido que solo íbamos a tocar la de Un x100to; y él llegó y nos dijo ‘ustedes van a tocar tres canciones”, cuenta Payo, manteniendo la emoción que sintió ese mismo día antes de actuar. No quisieron tocarlas enteras para no ocupar el show. “Le dijimos ‘mitad de No se va, mitad de Bebe dame y Un x100to completa. Y salió perfecto”, concluye el acordeonista.
Los chicos del grupo no esperaban llegar a Coachella de la mano del estilo regional. “La verdad, no esperábamos eso. Al subir y que gente comenzara a gritar no más nos vieron, ya era algo que nos dio mucha emoción. Me quité uno de los in-ears [los auriculares inalámbricos utilizados por los músicos para oír su voz] solo para escuchar qué estaba pasando, y escuché a todos cantando el No se va, no se va… Me dio mucho orgullo saber que la música con la que crecimos nosotros se está escuchando donde sea”, recuerda el cantante.
El éxito cosechado por Grupo Frontera estuvo a punto de quedar en una anécdota. Su versión del tema No se va —del grupo de pop colombiano Morat— estuvo a punto de quedarse en el armario. “La verdad que nosotros ni queríamos sacar la canción, porque había unos errores; además de que andábamos muy estresados por el tiempo. Nos estaban corriendo de donde estábamos grabando, pero decidimos sacarla. Cuando vimos que se estaba pegando tanto en TikTok y por otros lados ya dijimos ‘pues…”, afirma el cantante, y sin terminar la frase, desata la risa conjunta de sus compañeros. La versión —que ya cuenta casi con las mismas reproducciones que la original en Spotify— les llevó a ganar la semana pasada el Latin American Music Award, un premio anual de música estadounidens, a la mejor canción regional mexicana del año.
Hace solo un año, la vida de los músicos era completamente distinta: Cantó, el acordeonista, tenía su rancho; Beto, el guitarrista, un estudio fotográfico; Guerrero, el baterista, una empresa de transporte; Peña, el percusionista, era gerente de finanzas en una agencia de carros; y Payo, el cantante, hacía cercas para una comunidad. “Para nosotros representa el poder hacer esto como trabajo. Es un sueño. Todos nosotros dijimos algún día dijimos: ‘¿sabes qué?, estaría bien padre vivir de la música’. Cuando llega esa oportunidad, yo creo que nadie se la cree”, afirma Peña. Un día decidió dejar la corbata y su trabajo de oficina de lado: “Me voy a salir [de la agencia]. Creo en el proyecto y me voy a quedar 100% a la música”.
Los cinco de Grupo Frontera preparan ahora el lanzamiento de un nuevo disco y el inicio de su gira, con una sensación renovadora y prometiendo con fuertes expectativas: “Estamos bien emocionados. Tenemos bastantes sorpresas, invitados especiales, una producción a otro nivel”, comenta Cantó; “Antes, o empezando la gira, vamos a empezar a sacar nuestro disco, también para tener más repertorio”, añade Payo. Y Peña termina de concretar la respuesta: “Vamos a hacer más cumbia urbana, como se puede decir. Sigue siendo la misma cumbia norteña, pero con letra más joven, más nueva. Que mantenga el estilo que hemos mantenido últimamente y que creo que le está gustando a la gente. Se vienen cosas muy padres en el disco”.
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