Hassan Kabande, Peso Pluma: “México está dando una época dorada en talento urbano”
El cantante mexicano llega a los primeros puestos de las listas globales, superando a Bad Bunny en Spotify y siendo una pieza clave de la consolidación del corrido tumbado
Los dueños del corrido ya no llevan sombreros ni botas vaqueras. Ahora visten con gorras y tenis deportivos. En el nuevo panorama de la música regional mexicana, un nombre ha comenzado a resonar con fuerza: Peso Pluma. Las canciones de Hassan Kabande Laija (Zapopan, Jalisco, 23 años) han ocupado los primeros puestos de Spotify en México y se han hecho un hueco en las listas globales, superando a artistas de la talla del puertorriqueño Bad Bunny. “Hemos llegado para quedarnos”, cuenta el cantante en entrevista por videollamada c...
Los dueños del corrido ya no llevan sombreros ni botas vaqueras. Ahora visten con gorras y tenis deportivos. En el nuevo panorama de la música regional mexicana, un nombre ha comenzado a resonar con fuerza: Peso Pluma. Las canciones de Hassan Kabande Laija (Zapopan, Jalisco, 23 años) han ocupado los primeros puestos de Spotify en México y se han hecho un hueco en las listas globales, superando a artistas de la talla del puertorriqueño Bad Bunny. “Hemos llegado para quedarnos”, cuenta el cantante en entrevista por videollamada con EL PAÍS, donde habla de su evolución, su repentino éxito y las polémicas por las referencias a la violencia y al narcotráfico en algunas de sus canciones. “Estamos poniendo el nombre de México en alto”.
Es temporada de no parar para el músico: nuevas colaboraciones, conciertos y viajes, muchos viajes. Está en el aeropuerto de Ciudad de México, rumbo a Estados Unidos. “[Han sido semanas] locas, muy locas. Todo ha sido muy rápido. Un proceso difícil, pero a fin de cuentas teníamos la meta y objetivo de alcanzar el éxito, y es para lo que hemos trabajado. No paramos”, cuenta Kabande Laija.
El chaval de nombre palestino, nacido en Zapopan y con familia en Culiacán (Sinaloa), era casi un desconocido en el panorama musical hasta hace un año y medio. El belicón, un corrido rápido, con un marcado ritmo rasgado de guitarra y una letra belicona compuesta por su primo, Roberto Laija, puso el nombre de Peso Pluma en las listas de éxitos. En el momento de esta publicación, el tema cuenta con más de 160 millones de reproducciones en Youtube.
Aún es joven y es consciente de ello: “Día con día voy aprendiendo muchísimas cosas y eso me motiva para el día de mañana que me vean como un buen artista, no como una mala influencia”. Kabande Laija ve el panorama actual con buenos ojos. “Creo que es una época dorada que está regalando México en cuestión de talento urbano, y creo que todos somos de la misma camada [...] Me siento contento, porque siento que tengo todavía toda mi carrera por delante”, afirma.
Jóvenes y redes: los dueños del corrido bajan de los 30
El género del corrido ha encontrado una renovación a través de los jóvenes artistas urbanos mexicanos. Con menos de 25 años, músicos como el propio Peso Pluma, Natanael Cano o Junior H han llevado al género a los primeros puestos de Spotify —la plataforma más utilizada para escuchar música—: ocho de las 10 primeras canciones de la lista. “No paramos, no soltamos el pedal. Estoy muy agradecido con toda la gente, sobre todo porque es por la gente por lo cual estamos rompiendo estigmas, rompiendo récords y poniendo el nombre de México en alto”, afirma.
El llamado corrido tumbado —un subgénero nacido a partir del álbum Corridos tumbados, de Natanael Cano— se dibuja como el nuevo camino de referencia para estos músicos. El historiador especializado en música del CIESAS, Luis Omar Montoya, explica que a diferencia del género tradicional —basado en los ritmos del vals y la polka—, la variante echa mano del rap y el reguetón. “Lo que hace el corrido es adaptarse al discurso cultural omnipresente del reguetón para poder sobrevivir y ocupar los espacios que le quitaron. Se reinventa y pelea contra estos ritmos juveniles”, asegura.
Las redes han sido una de las claves del éxito de Peso Pluma. “Creo que ha tenido mucho que ver TikTok [la red social con más presencia de la generación Z] e Instagram. Es esencial para entender los números que estamos teniendo en este momento”, explica. Dice que nunca ha pagado por una campaña en redes ni se ha inventado historias como “otros artistas” que buscan conseguir público. “Soy así, natural. Soy un ser humano. Me equivoco a veces. Muchas veces que digo muchas cosas que, neta, nunca se me ocurrió decir. Es parte del proceso, es parte de normalizar como persona, como artista”, apunta.
Letras, controversias y polémicas
Peso Pluma sacó el nombre de la pluma que se utiliza para fumar, la pipa, y la complexión delgada. El proyecto —como le gusta matizar al cantante— cuenta con dos compositores, Roberto Laija y el propio Kabalde: el primero se encarga de los corridos belicones y de los temas más festivos; el segundo, de las letras sobre mujeres y desamor. “Desde niño siempre tuve un diario donde escribía lo que sentía. Es como mi terapia. Cuando escribo, suelto mis sentimientos y muchas cosas. Trato de transmitirlo con la mejor vibra posible”, asegura.
Las letras de Peso Pluma, como las del corrido tumbado, han estado en el foco de la crítica por las constantes referencias a la violencia y al narcotráfico. En el caso del cantante, la controversia fue más allá durante su concierto en el aniversario de Culiacán el pasado mes de octubre, donde se proyectó una imagen gigante de El Chapo mientras cantaba Siempre pendientes. El músico ha defendido en sus entrevistas que su equipo no se encargó de esa proyección. “Me trataron de embarrar ahí”, apuntó en entrevista con el empresario Pepe Garza.
El género del corrido ha estado ligado con la controversia en sus variantes, entre ellas las del narcocorrido, con el que comparte algunas características. Montoya explica que el corrido tumbado “describe momentos que exaltan el hedonismo, el placer, el consumo de drogas y experiencias con mujeres”. “En este sentido, es muy parecido en cuanto a temática al reguetón por la cuestión sexual”, concreta. El historiador marca la diferencia con el narcocorrido en que este cuenta una historia, y no un momento puntual.
Peso Pluma trata de desligarse de la polémica que surge alrededor de su repertorio. “Lo que hacemos es música, queremos compartir vibras buenas, no queremos influenciar a nadie, no queremos que hagan malas cosas. Simplemente, queremos que pongan la canción en el carro, que se tomen un trago, que se tomen un gallo y que disfruten la canción. Es polémica, siempre va a haber y creo que ya estamos acostumbrados”, concluye.
Kabande Laija creció escuchando los corridos. Antes de subir hasta lo alto de las listas, escuchaba a otros referentes del corrido tumbado y del corrido bélico. “Sabemos que son modas. Por eso mismo me estoy globalizando más. Me estoy encargando de no dejar de hacer música y de salir de mi zona de confort”. A Peso Pluma le gusta experimentar. Colaboró con el rapero Alemán en ese género, con el tema Delivery; y se ha introducido al reguetón con Yng Lvcas en La bebe. Temas que también han tenido respaldo por parte del público. ”Eso quiere decir que a la gente le gusta mi manera de cantar en diferentes géneros y creo que eso habla por sí solo. Puedo salirme del corrido”, afirma.
Líderes en las plataformas
En el momento del cierre de esta publicación, Peso Pluma es el artista más escuchado de Spotify en México, seguido por Bad Bunny, Junior H y Natanael Cano. Sus canciones —en colaboración con otros artistas— ocupan los cinco primeros puestos del Top 50 la plataforma en el país; y a nivel global, Ella Baila Sola —junto al grupo Eslabón Armado— ha alcanzado la segunda posición, solo por detrás de Flowers, de Miley Cyrus.
El éxito no solo se encuentra en Spotify. La revista estadounidense especializada en la industria, Billboard, pone cinco de sus temas entre los Hot 100 — la lista de 100 sencillos más exitosos en Estados Unidos—: Ella baila sola (en el 31), La bebe (34), AMG (67), Por las noches (76) y PRC (78). “Hacemos lo que nos gusta hacer y gracias a Dios a nosotros nos va bien”, afirma.
Kabande Laija se fija en muchos artistas. Desde cómo se viste, a cómo canta. “Agarro lo que más me gusta de cada quién. Pero si tuviera que decir uno, creo que [el rapero canadiense] Drake. Es mi máximo”, comenta sin dudar. Afirma que en la industria siempre hay modas, pero cree que él puede adaptarse a los cambios que puedan aparecer: “Mi carrera no necesariamente tiene que ser así de espontánea o así de rápida. Por eso no dejo de trabajar, porque a mí lo que me encanta hacer es música, es mi pasión”.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país