Una casa convertida en poema ya guarda el legado de Octavio Paz en México
La Secretaría de Cultura federal y el Gobierno capitalino inauguran el espacio que albergará libros, muebles, pinturas, documentos y otros objetos personales del Nobel mexicano
El último año de su vida, el escritor Octavio Paz recibió ofertas de diferentes instituciones que querían comprar su biblioteca y su archivo. “Una de ella fue por varios millones de dólares”, recordó este viernes el profesor Anthony Stanton, uno de los grandes expertos en la vida y obra del Nobel mexicano. Stanton estaba haciendo ante un centenar de personas una revelación que nunca había hecho en público. Cuando el profesor le preguntó al intelectual si pensaba aceptarla...
El último año de su vida, el escritor Octavio Paz recibió ofertas de diferentes instituciones que querían comprar su biblioteca y su archivo. “Una de ella fue por varios millones de dólares”, recordó este viernes el profesor Anthony Stanton, uno de los grandes expertos en la vida y obra del Nobel mexicano. Stanton estaba haciendo ante un centenar de personas una revelación que nunca había hecho en público. Cuando el profesor le preguntó al intelectual si pensaba aceptarla, este le contestó con cuatro palabras: “Soy un escritor mexicano”. Desde este viernes, el legado del pensador está resguardado en la nueva Casa Marie José y Octavio Paz.
El espacio ha sido abierto este viernes en un antiguo inmueble de fachada terracota en la colonia Tacuba, al final de una calle habitada por talleres mecánicos, puestos de antojitos y carpinterías. Para la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, unos versos escritos por el poeta en 1956 eran el “presagio” de este momento: “Todos los días cruzamos la misma calle o el mismo jardín; todas las tardes nuestros ojos tropiezan con el mismo muro rojizo, hecho de ladrillo y tiempo urbano. De pronto, un día cualquiera, la calle da a otro mundo, el jardín acaba de nacer, el muro fatigado se cubre de signos”. “Estamos en una hermosa casona del siglo XVII con un muro rojizo que ya se está llenando de significados”, aclaró Frausto.
La vivienda, que perteneció a una familia peruana y fue bautizada como La Perulera, fue construida en el año 1735. En el patio central, este viernes se reunieron decenas de invitados. Las autoridades que encabezaron el acto —el Gobierno de Ciudad de México, la Secretaría de Cultura federal y el Sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de la capital— se comprometieron a que el espacio asegure “el inventario, la catalogación, la difusión y preservación” del acervo de la pareja. “Desde hoy, esta es la casa para el legado de Marie José y Octavio Paz”, aseguró Frausto. Las autoridades anunciaron también la creación de un fideicomiso y de un consejo consultivo “que siempre esté al tanto del legado de Paz”.
El acervo del escritor quedó en manos de su heredera y albacea, la artista francesa Marie José Tramini, cuando él murió en 1998. Pero cuando ella falleció, en 2018, fue necesario iniciar un proceso de sucesión en el Tribunal Superior de Justicia de Ciudad de México. Un año después, la corte designó al DIF como “heredero único y universal” de la obra de Paz. El legado que conservará la casa, según detalló Frausto, incluye “alrededor de 70.000 documentos, 8.138 libros, 476 obras artísticas, 472 piezas de arte decorativo, 651 piezas de joyería, 64 prendas de vestir y 50 enseres y muebles diversos”. Además, “se sigue inventariando y tratando 360 piezas de material audiovisual”.
En la planta baja de la casa se encuentra un laboratorio del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam), donde actualmente trabajan 31 personas para el cuidado de esos bienes. Allí también están expuestos algunos de los premios que obtuvo Paz —el Nobel de Literatura (1990) y el Cervantes (1981), entre otros— y su biblioteca más famosa, la de su casa de la calle Río Guadalquivir, hecha de madera de Japón. En el primer piso hay siete salas que guardan muebles, por ejemplo, traídos de India —donde el poeta fue embajador en los años sesenta—; objetos personales, como fotografías; documentos; pinturas de Rufino Tamayo o Antoni Tàpies, y obras de Tramini.
La casa, que está en la calle Felipe Carrillo Puerto 445, será dirigida por la poeta, ensayista y promotora cultural Leticia Luna. En esta primera etapa, el público podrá hacer citas para visitarla y parte del archivo podrá ser consultado. Pero además, la casa ofrecerá talleres para niños y adolescentes del barrio, y habrá espacios de lectura para ellos. Ya se pueden ver, entro otros, los dos libros que Paz escribió para niños, El árbol habla y Arenas movedizas. “Nos importa mucho el lugar donde se encuentra este inmueble, una colonia donde no hay ningún espacio cultural abierto hasta el día de hoy”, afirmó Frausto.
Un largo camino jurídico
Las autoridades también dieron algunos detalles sobre los derechos de autor del poeta. Desde la muerte de Tramini, hace cinco años, existía incertidumbre sobre ello. Según explicaron las autoridades, los derechos de autor de Paz “empezaron a gestionarse desde los primeros meses de 2021″ y “todas” las solicitudes recibidas “se han atendido”. Hay, de acuerdo con lo dicho este viernes, nuevas ediciones en ruso, checo, escocés, vietnamita, búlgaro, entre otras; se renovaron los contratos con la editorial Fondo de Cultura Económica, y se cedieron derechos a 20 casas editoriales.
“Desde que el proceso legal nos lo permitió, hemos dado permisos de edición, traducción y adaptación que nos permiten mantener la vigencia y presencia de la obra de Octavio Paz en México y el mundo”, dijo la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. La política destacó que el camino jurídico ha sido “amplio”. “La apertura de esta casa es una de las últimas estaciones del recorrido inicial”, dijo sobre un proceso legal que aún no está cerrado y agregó: “Hemos decidido abrir al público este espacio también por un ejercicio de transparencia del trabajo realizado hasta ahora”.
Las autoridades quisieron acelerar la inauguración para hacer coincidir la apertura de la casa con el cumpleaños de Paz, que este viernes 31 de marzo hubiera cumplido 109 años. Pero por esa razón también quedan preguntas sin respuesta, como la que hizo una periodista a la subsecretaria de Desarrollo Cultural, Marina Núñez, sobre el presupuesto con el que contará la casa: “Los recursos los ha dado el Gobierno de Ciudad de México y nosotros lo ponemos en especie. La cantidad ha sido variable: ha habido desde tres millones de pesos en un año hasta nueve u ocho en otro. Ha sido variable porque depende de las necesidades que hemos tenido”.
El profesor Stanton había advertido en su discurso del desafío que supone para las autoridades la gestión del legado del pensador. “Hoy surge la posibilidad de mostrar que las instituciones nacionales son capaces de cuidar y difundir la biblioteca, el archivo y todo el acervo de nuestro único Nobel de Literatura y de su compañera, la artista Marie José Tramini. Es un desafío en el país de la desconfianza instintiva”, pronunció, y dijo: “Después de años de incertidumbre, se vislumbra la posibilidad de dar certeza, por fin, al destino de su legado”.
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