Dañado con grafiti un mural del Centro SCOP
Los sismos, el abandono institucional y ahora las pintas amenazan a una de las obras arquitectónicas más importantes de mitad del siglo XX en México
Uno de los murales del antiguo edificio de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas amaneció este fin de semana vandalizado con pintas en colores blancos, negros y fosforescentes. Se trata de la obra de Jorge Best, Sol de fuego, que ya presentaba rasgos de humedad en el costado derecho de la pieza, daño que había ido creciendo en la superficie de la obra elaborada en 1953.
“Un grupo de por lo menos cuatro individuos vandalizó con aerosoles toda la sección inferior (entre 28 y 32 metros c...
Uno de los murales del antiguo edificio de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas amaneció este fin de semana vandalizado con pintas en colores blancos, negros y fosforescentes. Se trata de la obra de Jorge Best, Sol de fuego, que ya presentaba rasgos de humedad en el costado derecho de la pieza, daño que había ido creciendo en la superficie de la obra elaborada en 1953.
“Un grupo de por lo menos cuatro individuos vandalizó con aerosoles toda la sección inferior (entre 28 y 32 metros cuadrados) del mural Sol de Fuego (1953-1954) del maestro Jorge Best”, anunció en Twitter la asociación ciudadana en defensa del Centro SCOP. “Las pintas, a diferencia de otros casos, no son de índole sociopolítico: se realizaron con latas de aerosoles comerciales y han ocultado la totalidad de la magistral Serpiente de Fuego que enmarca la parte inferior del mural”, señaló el colectivo. En el mural, hecho con más de 150 tipos de piedras naturales de diferentes clases y colores, colectadas en todo el país, ya se observaban las efloraciones, desgaste cromático y humedad en diversas zonas, como en el basalto, o el mármol. Aunque el nivel de resistencia y tolerancia ante el agua es variado, la obra está dañada por el excedente de humedad.
“Es una tristeza enorme que se dañen estos murales, sobre todo con estos grafitis. Habrá que hacer pruebas con diferentes tipos de técnicas; la que consideraría mejor sería la del rayo láser. Afortunadamente, son piedras de colores que no tienen un colorido agregado. Estos murales, son de todos, patrimonio muy democrático, que podemos verlos, ni siquiera en un museo, sino en un edificio”, explica el presidente del Icomos, organismo consultivo de la Unesco, Saúl Alcántara Onofre, en entrevista con EL PAÍS.
Tras la denuncia que realizó la asociación ciudadana de daño por vandalismo al mural de Jorge Best, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) informó que “personal especializado del Taller de mural del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble acudió este fin de semana para realizar un dictamen técnico y preparar los materiales y logística necesarias para realizar los trabajos especializados de limpieza”. EL INBAL detalló que las labores consistirán en el retiro de la pintura en aerosol y la limpieza de los mosaicos de la obra, que “tiene gran relevancia nacional”. Además, estará en comunicación con el personal de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes, entidad que apoyara con la logística para la realización de la limpieza, así como el seguimiento de acciones de mantenimiento preventivo que requiera la obra artística. “Debido a que se tiene presente el valor patrimonial de este espacio construido a mediados del siglo pasado, el Instituto continúa las gestiones necesarias para emitir la declaratoria de Monumento con valor artístico de este recinto, que en su momento fue pensado en la importancia de las comunicaciones y los transportes desde el diseño, el arte, la arquitectura, la pintura y la ciudad”, concluyó el INBAL en un comunicado.
“El mural es de un eclecticismo interesantísimo entre el México antiguo y el México del siglo XX. También está presente el aire; hay dos cabezas de serpientes en el arranque del mural, y unas águilas fabulosas. En su centro también se aprecia un caracol, muy representativo en el mundo prehispánico. Un piloto, un campesino... Es un mural de un eclecticismo sensacional y siempre está presente, sin lugar a dudas, Quetzalcóatl. Y en la parte central, donde está sumamente grafiteado, está el planeta Venus, que me recuerda mucho los murales de Cacaxtla, esta pintura olmeca donde se representa muchísimo a Venus”, explica Alcántara Onofre, en entrevista con este diario.
El daño de una de las obras arquitectónicas más importantes de mitad del siglo XX en México ha sido progresivo. El terremoto del 19 de septiembre de 1985 provocó que los últimos tres pisos del edificio, conocido como Centro SCOP, colapsaran uno sobre otro. Murieron 14 personas, por lo menos. Cientos de mosaicos perdidos junto con la promesa de un México moderno. Los murales policromos del remate del edificio B fueron destruidos en su totalidad, mientras que los de su cabecera norte —a cargo del artista Juan O’Gorman — fueron afectados parcialmente. Pese al desastre, y por su valor artístico, se decidió restaurar el sitio bajo un plan maestro a cargo del arquitecto Vicente Medel.
Luego, el sismo del 19 de septiembre de 2017, provocó la inclinación del Edificio A y un daño superior en las estructuras del resto del conjunto lo que motivó su desalojo total ocho días después del terremoto. Si bien las obras escultóricas de Zúñiga y Betancourt no sufrieron daño, no sucedió lo mismo con los murales realizados por José Chávez Morado y Juan O’Gorman. El mes pasado la ciudad tembló, otra vez, un 19 de septiembre. Ahora, el sitio está en ruinas y parte de los mosaicos, que formaban aquellos imponentes murales, se encuentran guardados en cajas.
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