Sarapes, sombreros y maracas: qué difícil es ser mexicano en la televisión británica

Un episodio de ‘Great British Bake Off’ desata la polémica sobre la representación de los mexicanos y su cocina

Imagen difundida en redes para la "Semana mexicana" del programa de concurso británico sobre repostería llamado "British Bake Off" del canal de televisión pública Channel 4.BritishBakeOff (RR. SS.)

Basta mirar unos segundos para sentir pena ajena. La televisión pública de Reino Unido estrenó el pasado martes un episodio dedicado a México del célebre programa Great British Bake Off, un reality show de cocina en el que los participantes compiten por ser el mejor cocinero de pasteles. La temática de cocina mexicana parecía una excelente idea para el prime time inglés, pero se convirtió en un rosario de estereotipos sobre los mexicanos que muy poco tenía que ver con su c...

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Basta mirar unos segundos para sentir pena ajena. La televisión pública de Reino Unido estrenó el pasado martes un episodio dedicado a México del célebre programa Great British Bake Off, un reality show de cocina en el que los participantes compiten por ser el mejor cocinero de pasteles. La temática de cocina mexicana parecía una excelente idea para el prime time inglés, pero se convirtió en un rosario de estereotipos sobre los mexicanos que muy poco tenía que ver con su cultura. Los presentadores Matt Lucas y Noel Fielding, por ejemplo, abren uno de los segmentos vestidos con sarapes de Guadalajara, sombreros y maracas en mano. “Siento que no deberíamos hacer chistes mexicanos, porque algunas personas podrían molestarse”, plantea Fielding mientras viste como supuestamente luce un mexicano. En otro momento, el mismo presentador se cuestiona sobre si México es un país real. Las críticas a la cadena BBC, encargada de producir el programa, han inundado las redes tras tocar fibras muy sensibles.

Más allá del atrezzo y los desafortunados comentarios de los presentadores, el contenido culinario del show tampoco llega a acercarse –ni un poco– a la riqueza de la cocina mexicana. La selección de platillos que los concursantes deben preparar son unos tacos de carne acompañados de frijoles y pico de gallo, conchas de pan dulce y un pastel de tres leches. Los participantes demuestran a lo largo del episodio que ignoran cómo cortar un aguacate o que un pastel mexicano no es precisamente una torre cubierta con fondant. La audiencia británica (también la mexicana y la latina en general) ya ha puesto el grito en el cielo: hacer tacos en un programa dedicado a hornear es de flojos, dicen, siendo que la cocina mexicana tiene cientos de recetas adecuadas para la ocasión.

El Great British Bake Off sobre México parece, más que nada, una oportunidad perdida para mostrar la verdadera cocina mexicana. Esa que en 2010 fue designada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco; la que poco a poco se ha abierto espacios en las principales capitales del mundo –primero en las calles y luego en los restaurantes de lujo–; y la que ya ha sido multipremiada en los principales rankings internacionales. La complejidad de las recetas, la diversidad de los ingredientes y el grado de dificultad en su preparación han sido ignorados en favor del entretenimiento. ¿Quién querría aprender a preparar una capirotada, cuando hay tortilla dura de supermercado y aguacate para hacer un batidillo a cámara?

Acostumbrados a verse en representaciones estereotipadas en todo el mundo –allí está el Speedy Gonzales de la Warner Brothers–, los mexicanos suelen tomar con humor casos como el del show inglés e incluso los trasladan al mundo del meme sin mayor reparo. Algunos críticos apuntan a que la producción del Bake Off pudo aprovechar la idea para invitar a un chef mexicano, de los que abundan en Europa, para compartir con los participantes recetas originales, de esas que enseñan las abuelas. Una representación de un mexicano más acertada para conseguir que la audiencia británica conozca las razones por la que la cocina es fundamental para el país. México no se entiende sin un buen desayuno con chilaquiles, una comida con pozole y una cena con esquites: la milenaria dieta del maíz. Dice el famoso chef Enrique Olvera que “la comida mexicana sabe a México” y no hay necesidad de cruzar océanos para conocerla de verdad, quienes han emigrado ya se han encargado de llevarla por todo el planeta.

Una de las imágenes que promociona el Great British Bake Off dedicado a México pone como ejemplos de comida mexicana a los nachos, los burritos, los tacos duros y las quesadillas estadounidenses. Ha sido en Estados Unidos donde los mexicanos han emprendido una verdadera diplomacia culinaria que ya ha permeado –al menos– en las principales ciudades. Hace algunas décadas era poco probable encontrar un carrito de tamales en Nueva York, un exquisito plato de birria en Los Ángeles o una generosa tlayuda en Chicago. El show se ha estrenado este viernes en ese país y las redes, por supuesto, ya están ardiendo. A pesar de que los conceptos erróneos sobre México persisten también entre algunos estadounidenses, es innegable que la educación sobre esta cultura ya ha dado significativos pasos. La comida como herramienta para entender otras realidades también podría servirle a la mejor televisión pública del mundo.

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