Morena cierra filas en el Estado de México y respalda a Delfina Gómez
López Obrador celebra que los otros aspirantes dejen atrás las rencillas de la contienda interna y adelanta que la próxima secretaria de Educación será una mujer
Morena ha iniciado la operación cicatriz en el Estado de México. El partido de Andrés Manuel López Obrador ha decidido que sea Delfina Gómez quien vaya por la gubernatura de la entidad más poblada del país y ha mandado el mensaje de que los conflicto...
Morena ha iniciado la operación cicatriz en el Estado de México. El partido de Andrés Manuel López Obrador ha decidido que sea Delfina Gómez quien vaya por la gubernatura de la entidad más poblada del país y ha mandado el mensaje de que los conflictos de la contienda interna tienen que quedar atrás o, al menos, resolverse en privado. La prioridad del bloque gobernante es llegar como un frente unido a las elecciones de junio del próximo año, convencido de que no se puede dar el lujo de comprometer su ventaja hacia los comicios más importantes de 2023 por ambiciones personales. Menos de 24 horas después de definir la candidatura, los tres aspirantes derrotados han aceptado los resultados. El mandatario ha reconocido su actitud y les ha recordado: “La gente se decidió por la maestra”. Será otra mujer, ha anunciado en la conferencia presidencial de este viernes, quien sustituya a Gómez al frente de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
“Es una mujer buena, trabajadora, honesta”, ha comentado López Obrador sobre la próxima candidata. El espaldarazo del presidente no es una sorpresa. Morena ya había apostado por ella en la elección pasada de 2017, el último gran ensayo previo a la aplastante victoria que consiguió el partido en las votaciones presidenciales de un año más tarde. Las primarias enfrentaron a Gómez con su padrino político, el veterano senador Higinio Martínez; Horacio Duarte, director nacional de Aduanas y operador leal del presidente, y Fernando Vilchis, alcalde de Ecatepec, el municipio más poblado del Estado de México. Los reflectores que recibió Gómez, primero como abanderada de Morena hace cinco años y después como senadora y titular de la SEP, se impusieron en la ecuación. Es la más conocida, la mejor evaluada por la militancia y la que tiene mayor intención de voto, según las encuestas que comisionó la dirigencia.
También era la aspirante más expuesta. En enero, el Tribunal Electoral impuso una multa de 4,5 millones de pesos a Morena por financiación irregular, en un escándalo que tenía en el centro a Gómez. El partido retuvo durante tres años el 10% del sueldo a trabajadores públicos de Texcoco cuando la profesora era presidenta municipal. El diezmo sirvió para pagar la formación de Morena con dinero que no se reportó y del que no se hizo público su destino final, según las investigaciones de las autoridades electorales. Gómez no enfrentó consecuencias legales directas bajo el argumento de que no se benefició personalmente del esquema y mantuvo su puesto en el Gabinete. López Obrador se ha adelantado a las críticas y ha restado importancia a los señalamientos: “Me gustaría que los adversarios, sobre todos los que la atacan, estos de Claudio X. González, que fueran a Texcoco y vieran donde vive la maestra, su casa”.
“Respeto y acepto la decisión del partido”, dijo Martínez, como Gómez, miembro del llamado grupo de Texcoco. “No se me dio la oportunidad de gobernar el Estado de México, así es esto. Todos sabemos que a veces se pierde y a veces se gana”, agregó en una publicación en redes sociales, “la lealtad, que es la principal virtud que debe imperar en política, la manejo como algo sustantivo en mi vida”. Duarte manifestó su “apoyo incondicional”. Y Vilchis comentó que lo prioritario es “desterrar al viejo régimen” y que es “tiempo de definiciones”.
En síntesis, lealtad y unidad, un mensaje que también impulsa la dirigencia de Morena de cara a la carrera por la presidencia en 2024. “Tenemos la firme convicción de que ningún interés personal puede estar por encima del proyecto de transformación”, se lee en la convocatoria del disputado Congreso Nacional del partido. El mensaje ha sido el mismo para las llamadas “corcholatas” presidenciales, sobre todo hacia los más críticos de los métodos de selección de candidatos, como el senador Ricardo Monreal. “Es tiempo de definiciones”, advirtió López Obrador la semana pasada.
Las divisiones en las elecciones de este año y el pasado han pasado factura a Morena. Pleitos y cuestionamientos por los candidatos elegidos en Nuevo León y Durango, por citar dos ejemplos, le costaron el triunfo, pese a que el partido se ha afianzado como la fuerza más votada del país. La estrategia en el Estado de México, por lo visto en la elección pasada, pasa mucho por seguir capitalizando el arrastre electoral de López Obrador y competir en la operación territorial con el Partido Revolucionario Institucional, que ha gobernado de forma ininterrumpida durante nueve décadas. En ambos casos, cerrar filas y apuntalar la estructura partidista en el Congreso estatal previsto para la próxima semana es crucial. En la meta de una carrera maratónica, que se extenderá durante los próximos 10 meses, está un padrón electoral de 12,5 millones de votantes, solo en el Estado de México.
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