López Obrador lanza el Día de la Independencia un alegato en defensa de la soberanía de Cuba
El presidente mexicano, acompañado de Miguel Díaz-Canel, apremia a Biden para que levante el bloqueo económico a la isla
De la celebración de la independencia de México a la exaltación de la independencia de Cuba. Andrés Manuel López Obrador ha lanzado en la conmemoración de los 211 años del levantamiento de Miguel Hidalgo un alegato en defensa de Cuba. Acompañado de Miguel Díaz-Canel, invitado especial al desfile militar de este jueves, el presidente mexicano ha apremiado a Washington para que levante el bloqueo económico a la isla y ha ensalzado “la lucha por la soberanía” de La Habana, algo que en su opinión va más allá de las posiciones políticas sobre la revolución cubana y su Gobierno. Su homólogo le ha ag...
De la celebración de la independencia de México a la exaltación de la independencia de Cuba. Andrés Manuel López Obrador ha lanzado en la conmemoración de los 211 años del levantamiento de Miguel Hidalgo un alegato en defensa de Cuba. Acompañado de Miguel Díaz-Canel, invitado especial al desfile militar de este jueves, el presidente mexicano ha apremiado a Washington para que levante el bloqueo económico a la isla y ha ensalzado “la lucha por la soberanía” de La Habana, algo que en su opinión va más allá de las posiciones políticas sobre la revolución cubana y su Gobierno. Su homólogo le ha agradecido la solidaridad mostrada -también a través del envío de ayuda humanitaria- y ha asegurado que no olvidará el apoyo brindado y el rechazo al embargo.
López Obrador ha ido más allá que nunca en sus elogios a los cubanos y, sobre todo, en sus solicitudes a la Administración estadounidense de Joe Biden. El simbolismo del acto, un homenaje a los valores de la resistencia encarnados por el cura Hidalgo, era en sí un marco propicio para reafirmar los vínculos entre los dos Gobiernos. Cuando anunció la participación de Díaz-Canel, que en julio afrontó un estallido social contra el régimen que no tuvo precedentes en seis décadas de castrismo, la justificó asegurando que “México tiene las puertas abiertas a todos los gobernantes”. Hoy ha quedado claro el alcance del contenido político de la visita, que comenzó días antes de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) que se celebra el sábado en la capital.
El mandatario mexicano ha apelado directamente a Biden y a su “sensibilidad política” para poner fin a las sanciones. “El Gobierno que represento llama respetuosamente al Gobierno de Estados Unidos a levantar el bloqueo contra Cuba, porque ningún Estado tiene derecho a someter a otro pueblo, a otro país. Es preciso recordar lo que decía George Washington: las naciones no deben aprovecharse del infortunio de otros pueblos. Dicho con toda franqueza se ve mal que el Gobierno de Estados Unidos utilice el bloqueo para impedir el bienestar del pueblo de Cuba con el propósito de que este, obligado por la necesidad, tenga que enfrentar a su propio Gobierno”, ha enfatizado. López Obrador ha enviado un saludo al expresidente Jimmy Carter y ha recordado los tratados sobre el Canal de Panamá que en 1977 dieron al país centroamericano el control del estrecho.
“Ojalá que el presidente Biden, que posee suficiente sensibilidad política”, ha proseguido, “actúe con esa grandeza y ponga fin a esa política de agravios hacia Cuba”. “En la búsqueda de la reconciliación también debe ayudar la comunidad cubano-estadounidense haciendo de un lado los intereses particulares y partidistas. Es tiempo de la hermandad y no d e la confrontación”, ha agregado el presidente mexicano entonando un viva “a la independencia de México, de Cuba, de todos los pueblos del mundo”. A unos metros, desde la grada de invitados, le escuchaba el recién estrenado embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, que esta misma semana presentó sus cartas credenciales al mandatario y se mostró confiado en el comienzo de una nueva relación bilateral. Esta misma mañana Biden había transmitido un mensaje de felicitación a López Obrador, en el que calificó a México como uno de los “socios más apreciados” de Washington. “Juntos, somos capaces de promocionar nuestros intereses mutuos y cooperar para abordar los retos conjuntos”, escribió.
Desde el Zócalo de la Ciudad de México, rodeado de mandos militares, López Obrador ha hilado un auténtico panegírico a Cuba. “Miguel Díaz-Canel representa a un pueblo que ha sabido, como pocos en el mundo, defender su dignidad, su derecho a vivir libre e independiente, sin permitir la injerencia en sus asuntos internos de ninguna potencia extranjera”, ha mantenido. “Ya lo he dicho y repito: podemos estar de acuerdo o no con la revolución cubana y con su Gobierno, pero el haber resistido 62 años sin sometimientos es una indiscutible hazaña histórica. Creo que esa isla debe ser considerada como la nueva Numancia por su ejemplo de resistencia y pienso que por esa misma razón debería ser declarada patrimonio de la humanidad”.
Protagonismo regional
El mandatario mexicano ya se había referido a finales de julio al levantamiento de bloqueo económico durante una reunión con los cancilleres de la Celac, pero lo hizo de forma mucho más indirecta. Hoy ha calificado las sanciones de “perversa estrategia”, que, de funcionar, “se convertiría en un triunfo pírrico y canallesco”. “Una mancha que no se borran ni con todas el agua de los océanos”, ha agregado. Estas consideraciones se enmarcan en un intento de consolidar la iniciativa diplomática en la región, tratar de llevar la batuta en América Latina tras una primera parte de mandato centrada en la política interna. Su Gobierno ya acoge, bajo el auspicio de Noruega, la nueva mesa de negociación entre el chavismo y la oposición venezolana y la presidencia pro témpore de la Celac representa un trampolín para impulsar una agenda alternativa a la defendida por la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Díaz-Canel ha repasado las relaciones históricas entre los dos países, ha recordado que México fue el único país latinoamericano que hace décadas no rompió los vínculos “con la Cuba revolucionaria” tras su expulsión precisamente de ese organismo. “A lo largo de los años jamás se ha quebrado lo que la historia unió indisolublemente: nuestros dos países han honrado sus políticas soberanas al margen de cercanías o distancias entre los Gobiernos”, ha dicho al mencionar “un principio muy mexicano: el respeto al derecho ajeno es la paz”. El presidente cubano, que en julio afrontó unas jornadas de protestas por el creciente hartazgo la población, ha rechazado la que considera una “campaña de odio” internacional, ha agradecido la solidaridad de López Obrador y ha destacado la trascendencia de la invitación: “La decisión de invitarnos tiene un valor inconmensurablemente mayor en momentos en que sufrimos los embates de una guerra multidimensional como un bloqueo criminal en medio de la pandemia de covid-19″.
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