Tentaciones

Famosos que se cortan el pelo a lo calvo ¿Moda o apropiacionismo?

El actor Alexander Skarsgård o el músico y productor francés Jacques se han rapado con efecto alopécico

Existen dos bandos a la hora de enfrentarse a la caída del cabello: 1) el de la naturalidad/ aceptación vs. 2) el del complejo/negación. Las personas que integran el último grupo son capaces de hacer piruetas y acrobacias imposibles para intentar frenar lo irreversible. Jugar a ser dioses y desafiar su propia naturaleza, confiando una hipotética recuperación de la melena a vendedores de crecepelo, injertos millonarios, peluquín, pastillas que prometen ganar pelazo a cambio de perder vigor sexual...

Frente a ellos, están quienes lo aceptan como un rasgo más de su físico y se limitan a el...

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Existen dos bandos a la hora de enfrentarse a la caída del cabello: 1) el de la naturalidad/ aceptación vs. 2) el del complejo/negación. Las personas que integran el último grupo son capaces de hacer piruetas y acrobacias imposibles para intentar frenar lo irreversible. Jugar a ser dioses y desafiar su propia naturaleza, confiando una hipotética recuperación de la melena a vendedores de crecepelo, injertos millonarios, peluquín, pastillas que prometen ganar pelazo a cambio de perder vigor sexual...

Frente a ellos, están quienes lo aceptan como un rasgo más de su físico y se limitan a elegir entre raparse la cabeza, dejar crecer la parte que sigue en pie o –solo los más intrépidos- lucir calva con melena. Este arrojo y valentía de asumir la alopecia como se asumen unas pecas, una estatura o un color de ojos determinado sube ahora un peldaño más, después de que todos hemos visto ya los cortes de pelo del actor Alexander Skarsgård y el músico y productor francés Jacques.

En efecto, tipos con pelo que eligen adoptar la estética de aquellos que no lo tienen. Famosos que se quitan la tapa superior como ya hiciera en su día Keith Flint, el líder de Prodigy, y se pasean alegremente por photocalls y videoclips con esa vieja estética de calvo de toda la vida, hoy aplastada por el look masivo que combina skinhead y barba. Porque, no nos engañemos, es más que probable que Skarsgård llevase hace unos meses esas pintas por exigencias del guión pero, ¿qué pasa con Jacques? ¿Eh?

Lo que ha hecho Jacques es convertir una característica supuestamente fuera de la órbita del molar en algo tan cool como la música rara que él hace, en ocasiones utilizando un boli, un globo o una bici como instrumentos. El cartón superior de Jacques es tan guay como su ropa, las carátulas de sus discos y su propio sello Pain Surprises. Si Jacques es influencer o. como mínimo, microinfluencer, cabe preguntarse ¿cuál será el efecto en sus seguidores? ¿Veremos adolescentes adoptando el corte de pelo de Krusty el payaso como hicieron los hipsters con el tupecito y rasurado por los lados?

En realidad no lo sabemos ni nos importa, pero de lo que no cabe duda es que a esas listas habituales de calvos atractivos tipo Jason Stattham o Kelly Slater y calvos molones tipo Ian MacKaye o Michael Stipe, se suman por fin los calvos voluntarios. Veremos cuánto tardan en ser acusados de apropiacionismo.

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