La huella de la agricultura ecológica

La revista Buenavida, que se distribuye con EL PAÍS un sábado al mes, publicó en su última edición, -aunque solo en la versión digital-, un artículo - Deje de comprar comida ecológica si quiere salvar el planeta-, firmado por Kristin Suleng, en el que se acusaba a este tipo de cultivos de representar una amenaza para la conservación del Planeta mucho mayor que la agricultura convencional. El artículo se reprodujo en la web del periódico y se tradujo al portugués para incorporarlo a la edición d...

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La revista Buenavida, que se distribuye con EL PAÍS un sábado al mes, publicó en su última edición, -aunque solo en la versión digital-, un artículo - Deje de comprar comida ecológica si quiere salvar el planeta-, firmado por Kristin Suleng, en el que se acusaba a este tipo de cultivos de representar una amenaza para la conservación del Planeta mucho mayor que la agricultura convencional. El artículo se reprodujo en la web del periódico y se tradujo al portugués para incorporarlo a la edición de Brasil. Y en ese país ha suscitado un enorme revuelo. A mi buzón han llegado algunas quejas de lectores brasileños, y a la redacción de Saô Paolo muchas más. 

 

Henrique Kugler, periodista, especialista en ciencias medioambientales, y lector de la edición brasileña de EL PAÍS, me envió un largo mensaje que resumo en español: La principal fuente en la que basa el texto [Kristin Suleng] es el ingeniero agrónomo Marco Antonio Oltra (…) fundador del Orcelis Grupo, nada menos que una empresa que actúa en el sector de la tecnología agrícola. Léase, agronegocio. Basta leer su currículo en LinkedIn. Se trata de un flagrante conflicto de intereses. Este lector expresa una duda respecto a la ingenuidad o incompetencia de la autora del texto, y le recomienda al respecto un artículo publicado en la revista Nature Plants de principios de 2016, que sostiene tesis diferentes a las del artículo de Suleng. Publicar un artículo así es como escupir a la cara de sus lectores, añade Henrique Kugler.

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Otro lector brasileño, Juliano Hojah, se refiere en los siguientes términos al artículo que leyó en la web de este periódico: ¡Como puede decir una periodista de EL PAÍS que dejemos de comprar alimentos orgánicos si queremos salvar el planeta! ¡Es una locura!!!! (...) En Brasil ya ha tenido mucha repercusión negativa en los grupos en los que participo…. ¿Cómo pueden permitir que artículos como este se publiquen en EL PAÍS?

Kristin Suleng, colaboradora habitual de la revista Buenavida, defiende su artículo y responde a los lectores lo siguiente:

Entre los especialistas consultados, esta periodista ha seleccionado como fuente de información al señor Marco Antonio Oltra Cámara como experto en el campo de la agricultura, con experiencia en ambos tipos de agroproducción (ecológica y convencional), con el fin de aportar valoraciones basadas en la experiencia profesional de alguien considerado referente en la materia. Oltra es doctor ingeniero agrónomo con más de 20 años de experiencia en agricultura. Pionero en el cálculo de la huella hídrica y en agricultura vía satélite, ejerce como profesor asociado de Biología Vegetal en la Universidad de Alicante, cuya plaza corresponde al de un reconocido profesional cuya labor principal se realiza fuera del ámbito universitario. Es fundador de la empresa Orcelis Grupo, como consta en su perfil público de LinkedIn, dedicada a desarrollar un sistema de ayuda en la toma de decisiones agrícolas a través de Orcelis Fitocontrol, del cual la empresa recibe el 100% de los ingresos. Oltra manifiesta no defender ningún interés particular a favor ni en contra de ningún tipo de agricultura. Orcelis Fitocontrol acompaña en la toma de decisiones tanto en agricultura convencional como en ecológica, ya que entre sus clientes se cuentan empresas de producción orgánica, algo que, reconoce Oltra, no está reñido con su opinión científica respecto al tema abordado en el artículo".

 

"Como advierte otro de los expertos consultados, el bioquímico José Miguel Mulet, profesor e investigador de Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), centro mixto del CSIC y de la Universidad Politécnica de Valencia, no se comete ninguna falta al entrevistar a un experto en agricultura para hablar de un tema agrícola, ya que sería prepotente, y faltar a la realidad de la actividad agrícola, dar a entender que los únicos autorizados a expresar sus valoraciones en prensa procedan en exclusiva del mundo académico.

Las afirmaciones que se exponen en el artículo están sustentadas en la investigación basada en el método científico. No se trata de opiniones, sino de datos, pruebas y resultados, como aportan los estudios de Nature y de la Universidad de Cornell. Como señala Emilio Montesinos, catedrático de Patología Vegetal en la Universidad de Girona, el artículo citado por el lector se contrapone al robusto meta análisis en Nature, con apariencia más de artículo de opinión que de un análisis riguroso con datos. Montesinos desea manifestar a este diario que su investigación se desarrolla enteramente en la Universidad, en el campo de los Bioplaguicidas y biofertilizantes, cuyo currículo de publicaciones puede consultarse en ResearchGate. Es inventor de varias patentes que son propiedad de la Universidad de Girona, y participa en una spin-off de la misma universidad sobre bioplaguicidas, como una de las actividades que hoy se valoran en el currículo del profesor universitario, siempre dentro del marco legal.

Le agradezco a Suleng su detallada exposición. Por mi parte, tengo que hacer algunas consideraciones respecto del artículo.

En primer lugar, considero sumamente desafortunado el título: "Deje de comprar comida ecológica si quiere salvar el planeta. Lejos de reflejar los matices que caracterizan un tema tan polémico, para entender cuáles son las ventajas y cuales los inconvenientes de este tipo de cultivos, el titular es maximalista y produce una incómoda sensación coercitiva.

Con independencia de los méritos profesionales del señor Marco Antonio Oltra Cámara, a quien se cita profusamente en el artículo, considero un error no haber hecho constar su condición de fundador y principal directivo de Orcelis Grupo. Al no hacerlo, se da fundamento a la acusación de ‘conflicto de intereses’ que formula el lector arriba citado. Y si su empresa, "acompaña en la toma de decisiones tanto en agricultura convencional como en ecológica, tal y como señala Suleng, razón de más para haberlo hecho constar en el artículo.

Señala la autora, basándose en los expertos y en la documentación consultada, que uno de los graves problemas de la agricultura ecológica es su menor productividad, por lo que se necesitarían extensiones de tierra mucho mayores para obtener cosechas suficientes para alimentar a la creciente población mundial, con la consiguiente deforestación. Sin embargo, hay abundante literatura sobre el tema, en la que se señala que la productividad de determinados cultivos orgánicos es prácticamente idéntica a la de sus homólogos de agricultura convencional. Al parecer, son muchos los factores que intervienen (tipo de tierras, climas, cultivos, rotaciones) en el comportamiento de los cultivos orgánicos, y aunque globalmente sea inferior su productividad, los avances en este terreno permiten augurar una equiparación, en este aspecto, de ambos tipos de agricultura. En un mundo en perpetuo avance, hay que tener en cuenta no sólo las realidades presentes sino las tendencias que se apuntan en el horizonte. Hubiera sido útil, quizá, mencionar las perspectivas en este sentido de la agricultura ecológica.

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