La inspiración yonqui de Gucci y el olimpo porno de Vivienne Westwood

Diez adolescentes salen de un concierto de David Bowie y ríen a carcajadas mientras se contonean de lado a lado por los pasillos del metro de Berlín. Melenas pelirrojas, pantalones de campana y estampados de finales de los años setenta. La nueva campaña de Gucci para esta primavera-verano ha regresado a 1975 y ha escogido los azulejos y rincones de la estación Bahnhof Zoo del suburbano berlinés como escenario. Una estética que parece que ha pasado por el filtro ‘Valencia’ de Instagram, y que se ha inspirado en varias escenas de la película Yo, Cristina F (1981), sobre una de las droga...

Diez adolescentes salen de un concierto de David Bowie y ríen a carcajadas mientras se contonean de lado a lado por los pasillos del metro de Berlín. Melenas pelirrojas, pantalones de campana y estampados de finales de los años setenta. La nueva campaña de Gucci para esta primavera-verano ha regresado a 1975 y ha escogido los azulejos y rincones de la estación Bahnhof Zoo del suburbano berlinés como escenario. Una estética que parece que ha pasado por el filtro ‘Valencia’ de Instagram, y que se ha inspirado en varias escenas de la película Yo, Cristina F (1981), sobre una de las drogadictas más jóvenes de los todos los tiempos, Christiane F.

Este filme de culto, basado en el libro Los niños de la estación del Zoo (Uli Edel, 1978), cuenta la vida de esta adolescente de 14 años que consumía heroína y se prostituía junto a su novio en esa misma estación del metro de Berlín donde Gucci ha rodado parte de su campaña. El vídeo de la firma ha sido realizado por el británico Glen Luchford, habitual de importantes casas de moda, y de fondo suena la canción Goodbye Horses (Adiós caballos) de Q Lazzarus , en vez de Heroes de David Bowie, como ocurre en la película de los ochenta. Un giro conservador y didáctico por parte de la firma.

Christiane F inhaló heroína por primera vez tras un concierto de Bowie en la sala Sound de Berlín en 1975. A las pocas semanas comenzó a inyectársela junto a su novio en la estación de metro de Bahnhof Zoo de la capital alemana, y lo que ocurrió a partir de entonces ya es parte de la historia de la cultura underground europea. Los medios conservadores alemanes se cebaron con ella, la demonizaron, y su vida se convirtió en un serial por sus desintoxicaciones, enganchadas y hepatitis varias. Su historia, llevada al cine en la película del director Uli Edel, recoge toda la estética sórdida y a la vez colorista de esos años, con habituales episodios turbios en baños de discotecas y bares, que también aparecen simulados en la sesión fotográfica de la campaña de Gucci.

Colby Keller es el rey

Pero la próxima temporada primavera-verano no es sólo cosa de adicciones y estética de los años ochenta, otros diseñadores como Vivienne Westwood han apostado por el porno para su próxima campaña. La creadora británica ha escogido al actor del cine gay de adultos, Colby Keller, como imagen para una colección escueta en tela, donde lo masculino se confunde con lo femenino, y las levitas de traje se lucen mejor si el intérprete pelirrojo no lleva nada debajo.

Colby Keller es todo un icono dentro del cine porno gay, la gran estrella de los últimos años, que ya ha protagonizado otras campañas de moda para diseñadores como BCalla, habitual del armario de Lady Gaga o Azealia Banks. Westwood lo muestra sin ropa o con transparencias junto a una serie de efebos andróginos que resaltan la masculinidad del actor y el motivo principal de su poder de convocatoria entre el público gay. En definitiva, la diseñadora presenta a Colby Keller al mundo heterosexual y lo diviniza, porque para el resto de la población ya formaba parte de los favoritos de Google.