Herodes y el alcalde de Valencia

Las cabalgatas de Reyes que se celebran todos los años en España han dado pie en 2016 a interminables polémicas. Los consistorios gobernados por coaliciones de izquierda, caso de Madrid o Valencia, han sido objeto de numerosas críticas a raíz de los cambios introducidos en la vestimenta de los Reyes Magos, y otras cuestiones. EL PAÍS no ha tratado el tema con excesiva amplitud, por considerarlo una cuestión menor. Sin embargo, varios columnistas se han hecho eco de la polémica, entre ellos, Rubén Amón. Su artículo ...

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Las cabalgatas de Reyes que se celebran todos los años en España han dado pie en 2016 a interminables polémicas. Los consistorios gobernados por coaliciones de izquierda, caso de Madrid o Valencia, han sido objeto de numerosas críticas a raíz de los cambios introducidos en la vestimenta de los Reyes Magos, y otras cuestiones. EL PAÍS no ha tratado el tema con excesiva amplitud, por considerarlo una cuestión menor. Sin embargo, varios columnistas se han hecho eco de la polémica, entre ellos, Rubén Amón. Su artículo  ¿A quién pertenece la cabalgata?, publicado el domingo pasado, ha provocado numerosas quejas de lectores que han señalado diversos errores en él. 

 En su texto, Rubén Amón no criticaba en su conjunto los cambios introducidos sino que pretendía explicar el entramado histórico de estas manifestaciones católicas, y deslindar lo estrictamente religioso que hay en ellas de lo cultural. Sin embargo, incurría en algunos errores relativos al alcalde de Valencia, Joan Ribó, y a la cabalgata celebrada en esta ciudad, que varios lectores me han expuesto.

Josep Lluís Marín García me escribe lo siguiente respecto a la columna de Amón:

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"Aún tratándose de un artículo de opinión, cabe exigir al autor rigor en las afirmaciones y los hechos expuestos, sobre todo cuando sirven para articular su tesis. Por ello, no puedo dejar de expresar mi sorpresa y malestar cuando se pueden leer en el artículo frases como la siguiente: "[...] también favorecen los escarnios las posiciones estrafalarias de los ediles que han pretendido sustituir justicieramente una iconografía por otra, bien persiguiendo los belenes, como el alcalde de Valencia, en plan Herodes [...]".

Sorpresa y malestar por cuanto en la ciudad de Valencia, durante estas fiestas de Navidad, no ha habido ninguna persecución de belenes por parte ni del Ayuntamiento ni de su alcalde, el señor Joan Ribó. De hecho, y pueden comprobarlo consultando la hemeroteca e incluso su propio diario ( La plaza del Ayuntamiento de Valencia tendrá fiesta fin de año ), este año, como novedad, se ha instalado un belén histórico en el propio edificio del Ayuntamiento, que ha sido visitado por un gran número de personas, además del belén a tamaño natural y de propiedad municipal que se ha instalado en la plaza de la Reina, a los pies de la Catedral, con un gran éxito de visitas y los parabienes de la asociación de comerciantes del centro histórico.

No entro a juzgar las opiniones del señor Amón que, por supuesto, tiene todo el derecho a exponer su punto de vista. Pero como lector de su diario considero intolerable que un articulista construya su discurso a partir de mentiras, falsedades e inexactitudes. Y aún es más grave cuando el autor reincide en ello, pues cabría recordar que el 23 de diciembre ya publicó otro artículo (Navidad: ¿Ha nacido la niña Jesusa?) donde lanzaba sus críticas a la persecución de belenes por parte del alcalde de Valencia: 'Discrepa el alcalde de Valencia. Que se ha puesto a perseguir los belenes como Herodes perseguía a los niños'. Una fecha, por cierto, en la que los dos belenes instalados por el Ayuntamiento de Valencia hacía 20 días que se podían visitar.

Creo que corresponde al diario hacer un ejercicio de rigor y exigir a sus articulistas que basen sus opiniones en afirmaciones veraces. Incluso el establecimiento de un mecanismo para contrastar la veracidad de los hechos expuestos. Lo contrario constituye un fraude a los lectores. Y, si a ello le añadimos contumacia por parte del autor del texto, resulta mucho más grave".

Por su parte, Juan A. Piedra Alcaraz menciona otra imprecisión en el texto del articulista:

"En otro apartado afirma ' ..el alcalde de Valencia, Joan Ribó, incurrió en un exorcismo afrancesado para sustituir la trinidad de los magos- Melchor, Gaspar y Baltasar- por la encarnación femenina de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad...' cuando en realidad este acto corresponde a un desfile organizado por una sociedad privada La Sociedad Coral El Micalet y que fue recibida por el alcalde en el Ayuntamiento, como lo hace con iniciativas ciudadanas de todo tipo. Este desfile se realizó en fechas anteriores a la fiesta de la Epifanía y la cabalgata se realizó a la manera tradicional con los Reyes Magos, su acompañamiento bíblico e incluso con lectura final del texto del Evangelio según san Mateo.      

Lamento tener que comunicarle estas informaciones falsas y tendenciosas, que siembran el desconcierto en lectores que consideramos a El País como un medio de información fiable".

Inexactitudes que han llevado a Francisco J. Morales Olivas a escribir lo siguiente:

"Soy lector de El País desde el 4 de mayo de 1976, no siempre he compartido la línea editorial. Debo confesar que cada vez la comparto menos, pero siempre he pensado y me gustaría seguir haciéndolo que El País, con independencia de su línea editorial, es un diario serio en el que el contraste de la información es una práctica imprescindible. El artículo de Amón demuestra lo contrario ¿Dónde queda el libro de estilo?

Vivimos tiempos difíciles. Cada vez es más complicado obtener información no ya objetiva, sino veraz, y sería deseable que El País celebrase su cuarenta aniversario respetando ese principio fundamental del periodismo que es el contraste de las informaciones".

Lo cierto es que el artículo de Rubén Amón se publicó el 10 de enero, dos días después de que EL PAÍS recogiera en una información fechada en Valencia, -Ribó y Oltra condenan los ataques a raíz del acto de las 'reinas magas'- el desmentido del alcalde de esa ciudad a las noticias que se han propagado sobre la supuesta sustitución de la tradicional cabalgata de Reyes por otra laica, o la falsa supresión de belenes. 

Rubén Amón me envía la siguiente respuesta a los lectores.

"El alcalde de Valencia ha felicitado la Navidad sin mencionarla en un cartel que él mismo ha definido de 'laico e inclusivo', evitando toda alusión a la iconografía tradicional. Del mismo modo, recibió en el balcón del Ayuntamiento a las 'reinas magas' Libertad, Igualdad y Fraternidad, recuperando una tradición republicana en coincidencia con la fiesta de los Reyes Magos. Es una premeditada exageración y hasta una 'boutade' la comparación con Herodes. Y es cierto que el Ayuntamiento inauguró un belén en Salón de Cristal, pero 'evacuó' el tradicional y más vistoso fuera de la sede municipal, -se exponía en la plaza del Ayuntamiento- a la plaza de la Reina. No creo que el discurso del artículo de opinión se construya con "mentiras y falsedades". Sí admito alguna inexactitud. Y sostengo la tesis fundamental sobre la confusión iconográfica de la nueva política y la amalgama resultante de los planos de la tradición, la religión, lo eclesiástico, lo espiritual y lo cultural". 

Amón tiene todo el derecho a sostener la 'tesis fundamental' de su artículo, pero estimo que debiera haber confirmado la veracidad de los datos que maneja en él. 

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