Esto me lo escribían

Hace unos meses le dije a mi 'negro': "Escribe sobre lo que quieras, pero sé incisivo, audaz, crítico y un poco polémico"

Imagen de un hombre escribiendo.

Desde hace unos meses comparto esta columna con insignes colaboradores, pero a mí me la escribían. Y le dije a mi negro: “Escribe sobre lo que quieras… la actualidad, el amor, la vida, los calcetines tobilleros, Pedro Sánchez… incluso si quieres, escribe sobre política, sobre Cataluña, ¡hasta de política catalana! Pero sea el tema que sea, por favor, sé incisivo, audaz, crítico y un poco polémico. Utiliza palabras como ingobernabilidad, parlamento fraccionado, voluntad popular, fecha señalada, cita ineludible, calma tensa… gilipollas integral. Pero también se sutil, no vayas al meollo...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Desde hace unos meses comparto esta columna con insignes colaboradores, pero a mí me la escribían. Y le dije a mi negro: “Escribe sobre lo que quieras… la actualidad, el amor, la vida, los calcetines tobilleros, Pedro Sánchez… incluso si quieres, escribe sobre política, sobre Cataluña, ¡hasta de política catalana! Pero sea el tema que sea, por favor, sé incisivo, audaz, crítico y un poco polémico. Utiliza palabras como ingobernabilidad, parlamento fraccionado, voluntad popular, fecha señalada, cita ineludible, calma tensa… gilipollas integral. Pero también se sutil, no vayas al meollo del asunto con excesiva rapidez, no desveles tus cartas a la primera de cambio. Ten en cuenta que la columna ha de llegar hasta la publicidad y eso te obliga a desarrollar las ideas mínimamente. Pero sobre todo, y lo que es más importante, es que me tienes que dejar bien, reivindicarme. O sea, el objetivo primordial es que la gente piense que soy un puñetero intelectual, una lumbrera, una mente preclara. Que piensen en mí y se digan: “¡Qué tío más brillante es este Joaquín Reyes!” Bien pues, y reconozco que me confié, no había leído ninguna de las columnas publicadas hasta hace unos días. Lo que me encontré: un puñado de chorradas como pianos. Me pillé un disgustazo que no cené. He despedido al negro, pero no he conseguido que me devuelva el 20% de los 4.000 euros que me pagan por cada colaboración, ¡el muy perro!

P. D.: Queridos compañeros de sección, si contacta con vosotros un chaval con gafas, flequillo y mirada viva, ofreciendo sus servicios, dadle con la puerta en las narices.

Archivado En