¿Dónde andabas?

Los ‘royals’ malotes son los más populares: los que animan ese cotarro de dulzura y perfección

Felipe Juan Froilán Marichalar y Borbón.Cordon Press

La más cambiada de todos es, seguramente, Victoria. Bueno, Federica. O Victoria Federica, como la llamen. Se le nota el estirón, la adolescencia (drama del primer mundo: los niños de 14 años YA son adolescentes), unas piernas largas, flacas y tersas como solo se tienen en esos (¡ay!) primerísimos años de la juventud.

A Juan, o Valentín, o Juan Valentín, como lo llamen, también se le nota. Pero en vez de gozar de la más suave adolescencia como la pequeña Marichalar Borbón, el mayor de los Urdangarin Ídem debe estar empezando a sufrirla. El año justito que se saca con su prima se ve, y ta...

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La más cambiada de todos es, seguramente, Victoria. Bueno, Federica. O Victoria Federica, como la llamen. Se le nota el estirón, la adolescencia (drama del primer mundo: los niños de 14 años YA son adolescentes), unas piernas largas, flacas y tersas como solo se tienen en esos (¡ay!) primerísimos años de la juventud.

A Juan, o Valentín, o Juan Valentín, como lo llamen, también se le nota. Pero en vez de gozar de la más suave adolescencia como la pequeña Marichalar Borbón, el mayor de los Urdangarin Ídem debe estar empezando a sufrirla. El año justito que se saca con su prima se ve, y tanto. Se aprecian granos, rojeces, un cuerpo desgarbado. Sus hermanos (tan rubios que se avistan a la legua los genes nórdicos de sus abuelas) están lejos de los vericuetos de la pubertad.

La reina Sofía posa con sus nietos en su primer día del curso de vela en Mallorca. De izquierda a derecha: Pablo Nicolás, Irene, Miguel, Victoria Federica y Juan Valentín. Una imagen en la que falta el hijo mayor de la infanta Elena, Felipe, y las dos hijas de los Reyes, Leonor y Sofía.JAIME REINA (AFP)

Pero falta algo en esa imagen. Falta sal, pimientilla. Ha sido un posado soso, sinceramente, la abuela hinchará pecho, pero es soso. No están la Princesa ni la Infanta, las de verdad, Leonor y Sofía. Ni sus padres. Empiezan a descansar en la isla, si la agenda y la vida lo permiten, estos mismos días. Pero el que falta ahí es él, del que no dudamos su nombre. Felipe (como gusta de ser llamado) Juan Froilán (como le llamamos todos) de Todos los Santos. Pipe, como le llaman. Que lo sabemos.

Si es que nos va la marcha, nos gustan los malotes. Son los más populares: los royals que reparten flyers, que se dan tiros en el pie, que sueltan borderías. Los que animan ese cotarro de dulzura y perfección. Como Sarah Ferguson, como Lorenzo de Bélgica, como Carlos con su támpax y Camila. Hermanos, primas, maridos: sinónimos de cuchillos afilados.

Pipe, deja Madrid, el internado, lo que sea, y vuelve a Mallorca con la abuela y los primos, aunque sea sin yates. Ya has aterrizado, sí, pero déjate ver. Que te veamos en plena ebullición adolescente. Monta en moto, ¡que ya tienes 17!; tómate una copilla a escondidas y dale tres besos a tu piba (¿tienes?) con paparazis cerquita. Vuelve, sal, hazte fotos. Que los otros son muy rubios y demasiado perfectos.

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