Las hermanas Kardashian de Oriente Medio

Más recatadas que las norteamericanas, las ‘sisters’ de Líbano muestran en su serie otra faceta de la vida de las jóvenes musulmanas de clase alta.

Beirut -
Alice, Farah y Nadine Abdel Aziz en Beirut.N. S

Morenas, altas, con una belleza híbrida fruto del bisturí y la madre naturaleza y desde lo alto de unos vertiginosos tacones de aguja, las tres hermanas libanesas Abdel Aziz se imponen como las nuevas Kardashian de Oriente Medio. Entre una nube de perfume y el aura que desprenden las que están encantadas de conocerse a sí mismas, llegan Alice de 26 años, Nadine de 23 y Farah de 22. El encuentro es en Beirut Souqs, uno de los centros comerciales más exquisitos de la capital libanesa. “¿Keifek, ça va?” (¿Qué tal? —en ...

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Morenas, altas, con una belleza híbrida fruto del bisturí y la madre naturaleza y desde lo alto de unos vertiginosos tacones de aguja, las tres hermanas libanesas Abdel Aziz se imponen como las nuevas Kardashian de Oriente Medio. Entre una nube de perfume y el aura que desprenden las que están encantadas de conocerse a sí mismas, llegan Alice de 26 años, Nadine de 23 y Farah de 22. El encuentro es en Beirut Souqs, uno de los centros comerciales más exquisitos de la capital libanesa. “¿Keifek, ça va?” (¿Qué tal? —en árabe y en francés—), espetan con esa voz melosa que caracteriza a las chicas de la jet set de Beirut cuyas conversaciones saltan del inglés al francés para regresar al árabe coloquial. Armadas con sus móviles, un puñado de fans revolotea alrededor de las chicas a la caza de un selfi con su preferida, para deleite de las tres hermanas quienes demuestran dominar el arte del autorretrato. “Yo soy la preferida, porque tengo una personalidad más divertida, ¡nada que ver con mis dos hermanas que a veces son muy pesadas!”, sostiene Nadine, la más espontánea de las tres.

Esta semana se presenta el séptimo episodio del reality show The Sisters (Las hermanas), que cuenta con 16 capítulos en total en su primera temporada.

A pesar de que la prensa internacional las ha bautizado como las “Kardashian de Oriente Medio”, a raíz del programa que catapultó a la estadounidense Kim Kardashian a la fama y también a toda su familia, las Abdel Aziz se distancian. “Son los medios de comunicación quienes hacen la comparación. Aparte de ser tres hermanas en el show tenemos una cuarta, Diana, que está casada y vive en Nigeria”, se queja Alice, quien lanzó al trío Abdel Aziz a las pantallas de televisión tras el éxito de su página en Instagram. Style In Beirut alcanzó los 180.000 seguidores, ávidos por descubrir cada día el modelito con el que sorprenden estas barbies libanesas, que recuerdan a sus colegas norteamericanas.

“En ningún momento se trató de imitar a las Kardashian. Estas chicas viven en una cultura muy diferente, más conservadora. Se trata más bien de mostrar la vida en familia de las jóvenes y sus preocupaciones”, explica Nadine Daoub, la productora de The Sisters para el canal de televisión saudí LBC Sat, que emite la serie.

Las hermanas forman parte de un plan más amplio que la cadena saudí inauguró en Bahrein con su primer reality Vida de hermanas. Las pioneras fueron cinco hermanas bahreiníes. Hoy las Abdel Aziz toman el relevo y Daoub asegura que el programa se emitirá en otros países árabes. “Tal vez Egipto sea el próximo”, adelanta. A la pregunta ¿Para cuándo en Arabia Saudí?, Daoub responde con una mueca.

“Hemos crecido en un ambiente, cultura y contexto muy diferentes que las Kardashian”, dice Nadine Abdel Aziz. “Por lo que nunca haremos ciertas cosas que hacen ellas en su show”, asevera.

Es la prensa quien nos compara, pero nosotras no hacemos cosas que ellas hacen”

Más recatadas que las norteamericanas, muestran otra faceta de la vida de las jóvenes musulmanas de clase alta, lejos de los estereotipos de los velos y cuerpos tapados. Se vuelcan en la moda, en el culto a su figura y lo hacen con el ombligo al descubierto.

The Sisters se ha convertido en un escaparate de la vida de las tres veinteañeras, y de su caniche Estela, en su villa de un barrio de clase alta en la periferia beirutí. Cerca de 200.000 espectadores, la mayoría libaneses pero muchos del Golfo también, siguen los pormenores de las disputas, sueños, frustraciones y personalidades de estas tres libanesas. Las Abdel Aziz calcan a la perfección el prototipo de las jóvenes ricas que se exhiben cada viernes en las discotecas de lujo del país: cuerpo esculpido con silicona, espesas capas de maquillaje y conversaciones banales.

Sin embargo, a las tres les sobra formación y ambición. De madre rumana y padre libanés, hablan cuatro idiomas; árabe, francés, inglés y rumano. Alice, la mayor de las tres, se define como una mujer “segura y cabezota”, se graduó en la prestigiosa Universidad Americana de Beirut en Administración de empresas y Marketing. Nadine, la mediana, estudió Administración de empresas, carrera que dejó de lado para convertirse en modelo; se considera segura y espontánea y tras representar a Líbano en varias pasarelas internacionales, espera aprovechar el programa para dar un salto profesional. La benjamina, Farah, graduada en la misma carrera, parece la más tranquila y sensible de las tres. Sueña con tener su propio programa como presentadora de televisión, para lo que va haciendo pinitos con el show donde dice sentirse cada día más a gusto rodeada de cámaras.

Desde que se emitiera el primer capítulo de The Sisters el pasado mes, las críticas no cesan. “La serie de las Kardashian libanesas es más falsa que los pechos de Pamela Anderson”. Así comenzaba el artículo que les dedicaba por el magazine digital árabe Albawaba. “El programa es mucho peor de lo que podíamos haber imaginado”, arremete la bloguera libanesa Lama Hajj en la web Beirut.com.

Pero las críticas no intimidan a las fans de las hermanas Abdel Aziz. Las achacan a la envidia. “Son superficiales, y se centran en su cuerpo y llevan demasiado maquillaje pero al fin y al cabo esas facetas forman parte de la realidad libanesa y de algunas de las mujeres de aquí, no podemos negarlo”, admite Mirna Bsat, madre de tres niñas. La mayor, de 12 años, ha creado una página Facebook de fans de las sisters. “La mala publicidad es, al fin y al cabo, publicidad”, concluye impasible la pragmática Alice.

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