El turbio mundo de los criptocajeros se dispara con el alza de precios: “Hay gente que se paga la habitación con esto”

Los 40.000 cajeros que dispensan activos digitales en todo el mundo, de los que 260 están en España, han tomado protagonismo al calor del auge de Worldcoin y de la subida de precios de los tokens y criptodivisas

Fachada del cajero de GBTC del Paseo de la Habana, 24, en Madrid.Mario Bermudo

No es algo que destaque para quien no lo esté buscando. Incrustados en un discreto rincón de uno de los muchos centros comerciales que hay en España han aflorado los cajeros de criptomonedas, más parecidos a una máquina tragaperras que a un cajero de una entidad bancaria. En uno de ellos, en el centro de Madrid, reza una extraña advertencia en mayúsculas: “Importante: si usted ha recibido una llamada de parte de su jefe indicando que venga aquí, ¡no compre! Está siendo víctima de una estafa”. Este desconcertante mensaje tampoco es la bienvenida esperada para los potenciales inversores en cript...

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No es algo que destaque para quien no lo esté buscando. Incrustados en un discreto rincón de uno de los muchos centros comerciales que hay en España han aflorado los cajeros de criptomonedas, más parecidos a una máquina tragaperras que a un cajero de una entidad bancaria. En uno de ellos, en el centro de Madrid, reza una extraña advertencia en mayúsculas: “Importante: si usted ha recibido una llamada de parte de su jefe indicando que venga aquí, ¡no compre! Está siendo víctima de una estafa”. Este desconcertante mensaje tampoco es la bienvenida esperada para los potenciales inversores en criptomonedas que, una vez se plantan delante de la pantalla, son informados de que la actividad que se disponen a llevar a cabo no está regulada, entre otras condiciones. Con todo, junto a la máquina se extiende una larga hilera de clientes ansiosos, cuando apenas queda una hora para el cierre del cajero.

En España hay 261 cajeros que operan criptoactivos; en todo el mundo, 40.000, según datos de la firma de análisis Coin ATM Radar. Los centros comerciales y las gasolineras son su hábitat natural en el territorio español y paradójicamente se sitúan justo al lado de cajeros bancarios sin sucursal asociada, otro elemento habitual de este tipo de espacios. Estos ‘BTM’, como se denomina llamar en inglés, permiten la venta de criptomonedas (también la compra, aunque es minoritaria), y su atractivo reside en que bajan a pie de calle (o de centro comercial) el complejo mundo de los criptoactivos: muchas de estas firmas dirigen sus servicios a personas con poco conocimiento del sector y, habitualmente, de bajos ingresos. Su gran atractivo es la obtención rápida de dinero en efectivo y, en algunos casos, el anonimato.

Las tres empresas que están detrás de la mayor parte de estos cajeros son Shitcoins, BitBase y GBTC. Las tres están incluidas en el listado de proveedores de monedas virtuales del Banco de España, un registro que solo implica que cumplen con la normativa sobre prevención de blanqueo de capitales. Los criptoactivos, como forma de inversión, todavía no están regulados. La normativa europea que pondrá orden en su actividad, MICA (siglas de markets in crypto-assets) no entrará en vigor hasta finales de este año, y solo en una pequeña parte. “Operamos entre muchas líneas grises”, apunta Aitor de Linares Serrano, responsable de marketing para Shitcoins en España. “Muchas veces no sabemos si estamos haciendo algo mal, hasta que lo hacemos”.

Sandra (35 años, Madrid), lleva cuatro días buscando un cajero automático de criptoactivos. Se ha desplazado, asegura, de una vivienda que okupa en el barrio de Barajas a un centro comercial en el barrio de Salamanca como último recurso, según explica. “Necesito pasta, la policía llegó a mi piso está mañana.” Sandra está lejos del perfil habitual del cripto bro, y su búsqueda de cajero obedece no al resurgir del bitcoin, que superó por primera vez los 69.000 dólares en Bolsa este martes, sino que busca hacer dinero rápido a través del Worldcoin, el nuevo proyecto cripto del fundador de OpenAI, Sam Altman, que vale ya unos 10.000 millones de dólares en Bolsa y ha subido un 337% desde 2023.

El trato parece sencillo: los usuarios venden sus datos biométricos a la empresa y, a cambio, Worldcoin, que utiliza las imágenes para avanzar en el desarrollo de programas de IA, paga con criptomonedas canjeables o tokens. Los precios son variables, pero este mes la captura del iris se paga a 10 tokens, más un abono quincenal de cuantía a priori incierta (ahora, tres tokens) y un bonus de 10 por cada usuario adicional que se consiga (hasta cinco como máximo). Y, aunque los usuarios no sepan qué es el bitcoin, la divisa se mueve arriba y abajo como el resto de criptoactivos. Ahora cotiza por encima de los siete dólares, por lo que la cesión de la imagen aporta, al menos, unos 70 euros. Cuenta con cuatro millones de usuarios a escala global, y más de 360.000 españoles han vendido sus datos biométricos para acceder a estas criptomonedas, según la Universitat Oberta de Catalunya.

Antes de que esta semana, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ordenara este miércoles el bloqueo de esta actividad (y el bloqueo de los datos ya recopilados). La autoridad ha dado 72 horas a Tools For Humanity, la empresa tecnológica que lo ha desarrollado, para que los ‘Orb’, dispositivos que captan la imagen, dejen de operar por tres meses. El Worldcoin se desplomó un 10% tras la suspensión.

Fachada del cajero de GBTC del Paseo de la Habana, 24, en Madrid. Mario Bermudo

Junto al escaparate de un establecimiento de GBTC Finance en el Paseo de la Habana de Madrid, que incluye uno de sus 30 cajeros en la capital, una decena de personas espera para canjear sus tokens de Worldcoin. Ninguno de ellos sabe que la valoración del bitcoin ha rozado el billón y medio de dólares. Tampoco les importa. Ni cuadran con el perfil de aficionado a los criptoactivos: en su mayoría son inmigrantes que buscan nuevas vías para mandar remesas a su país de origen, o personas que buscan sacarle partido a la última moda. “Hay gente que se paga el alquiler de la habitación con esto”, reconocen. Otros tampoco tienen claro las comisiones que cobran por usar sus máquinas, y la mayoría de los brókeres no ofrecen esa información hasta que el usuario esté en medio de una transacción. Una mujer ni siquiera era consciente de que tenía que poseer criptodivisas para poder obtener dinero.

“Nuestros clientes suelen ser personas que desconocen del mundo de las criptomonedas. Nosotros los ayudamos”, relata el consejero delegado de GBTC Finance, Alejandro Montoya, a este periódico, quien reconoce que las comisiones que cobran en las 19 sucursales que tiene en España suelen variar: donde hay más demanda, las comisiones son más altas.

José Ruiz (51 años), gana 1.300 euros al mes como embalsamador de cadáveres y ha acudido a esta tienda para canjear criptomonedas de Worldcoin por primera vez. Reconoce que decidió escanear su iris y vender sus datos biométricos tras la recomendación de un amigo. Cuando se le pregunta por la falta de regulación sobre los criptoactivos y las alertas lanzadas sobre la protección de los datos, José enciende un cigarrillo y encoge los hombros. “A caballo regalado no le mires el dentado” concluye secamente.

Elevadas comisiones

Las comisiones que cobran estos cajeros son más elevadas que las de la banca tradicional y, también, que las de las plataformas de criptodivisas operativas. GBTC cobra por debajo del 5% en comisiones para comprar bitcoin, y el 7% si el cliente desea vender criptomonedas, según un gerente de la empresa. Las comisiones de BitBase, en cambio, suelen tocar los dobles dígitos: si realiza una transacción entre los 20 y 1.000 euros, cobran un 10% de comisión, y si el cliente retira o vende una cantidad por encima de los 1.000 a los 2.500 euros, un 8%, aseguran. El gerente destaca que el método más económico y atractivo es mediante transferencia bancaria, donde solo suelen cobrar un 5%, aunque algunos bancos, como Caixabank, suelen rechazarlo.

Sin embargo, si buscas canjear un token del Worldcoin, como la mayoría de los clientes que rodean el cajero de BitBase, las comisiones vuelan al 25% por cantidad, una decisión que la empresa tomó frente la popularidad creciente de la moneda. Tanto esta plataforma como GBTC requieren una cuenta bancaria y un DNI para poder operar en sus cajeros, algo que será obligatorio con la entrada en vigor de MICA, pero que ya suelen cumplirlo los exchanges más conocidos. No así en el caso de Shitcoins, dado que según explica en su página web, trabaja “en contra del sistema financiero”.

Permite, así, la retirada de hasta 190 euros sin ningún tipo de control, a cambio de una comisión muy superior a la del citado sistema financiero: hasta el 10% de cada retirada. Ahora bien, Shitcoins Club, firma polaca de criptocajeros que se autodefine como ‘anarco-capitalista’ defiende que no distribuye Worldcoin porque va en contra de la filosofía de la empresa. “Lo que hace Worldcoin es comprar información personal”, relata su responsable de marketing, Aitor de Linares Serrano.

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