Necrológica:

Eduardo Acosta, un helenista completo

El pasado 17 de enero fallecía, pocos días después de cumplir 64 años, el filólogo Eduardo Acosta Méndez, natural de Los Llanos de Aridane, en la isla de La Palma.

Premio extraordinario con su tesis doctoral sobre Epicuro, su trayectoria docente e investigadora transcurrió entre Barcelona, Nápoles y Madrid. En Nápoles fue profesor visitante en el Instituto de Filología Clásica de la universidad y en el Centro Internacional para el Estudio de los Papiros de Herculano. La actividad que desempeñó en ambas instituciones, centrada en el estudio de los papiros bajo la dirección de su maestro ...

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El pasado 17 de enero fallecía, pocos días después de cumplir 64 años, el filólogo Eduardo Acosta Méndez, natural de Los Llanos de Aridane, en la isla de La Palma.

Premio extraordinario con su tesis doctoral sobre Epicuro, su trayectoria docente e investigadora transcurrió entre Barcelona, Nápoles y Madrid. En Nápoles fue profesor visitante en el Instituto de Filología Clásica de la universidad y en el Centro Internacional para el Estudio de los Papiros de Herculano. La actividad que desempeñó en ambas instituciones, centrada en el estudio de los papiros bajo la dirección de su maestro Marcello Gigante, le valió en 1992 el prestigioso Premio Internacional de Papirología Theodor Momsen. Fruto de sus investigaciones es la publicación, junto con Anna Angeli, del libro Filodemo. Testimonianze su Socrate (Nápoles, 1992). A principios de los ochenta obtuvo una plaza de profesor titular de Filología Griega en la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), donde siguió trabajando intensamente hasta pocos días antes de morir.

Sus numerosas publicaciones científicas cubren múltiples facetas de la filología griega, desde la filosofía hasta la medicina, pasando por la literatura, la lexicografía o la papirología. Algunos de los títulos que le dieron mas prestigio son la Ética de Epicuro (1974), publicado en colaboración con Carlos García Gual; Filósofos cínicos y cirenaicos (1997) o Médicos y medicina en la antigüedad clásica (1999). Fue un helenista completo, brillante comentarista literario y fino y riguroso traductor.

Quienes le conocieron pueden dar testimonio de que le adornaban cualidades no menos valiosas que las científicas: su ingenio, locuacidad, amenidad y buen humor brillaron en aquellas charlas que, como buen epicúreo, muchas veces sostuvo en contextos gastronómicos. Con su muerte prematura, la filología española pierde a un gran helenista.

Marcos Martínez es catedrático de Filología Griega en la Universidad Complutense.

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