Menos loba
El amor está en el aire, que cantaba John Paul Young hace, horror, 35 años. Y no sigo por ese camino, que si no me calculas la edad y me veo como Karmele Marchante, que no aguantó más la presión popular y tuvo que confesar en Sálvame que tiene 65 tacos, como si fuera una asesina en serie. Yo en eso soy una tumba. Una diva tiene que tener un halo, un misterio, unas luces y unas sombras. No como otras, que se pierden ellas solas. Ahora, si es por amor, me pido la primera. Mira Shakira, qué envidia. La loba ya no muerde. Ni siquiera aúlla. Todo lo más ronronea y babea ...
El amor está en el aire, que cantaba John Paul Young hace, horror, 35 años. Y no sigo por ese camino, que si no me calculas la edad y me veo como Karmele Marchante, que no aguantó más la presión popular y tuvo que confesar en Sálvame que tiene 65 tacos, como si fuera una asesina en serie. Yo en eso soy una tumba. Una diva tiene que tener un halo, un misterio, unas luces y unas sombras. No como otras, que se pierden ellas solas. Ahora, si es por amor, me pido la primera. Mira Shakira, qué envidia. La loba ya no muerde. Ni siquiera aúlla. Todo lo más ronronea y babea a chorro por su chico. La loca rabiosa de sus canciones más lascivas, con su vídeo perreando con Pitbull incluido, ha mutado en corderilla. Solo hay que ver los ojos de ídem degollada con que miraba a su novio en la gala del Balón de Oro.
El tedax Piqué ha desactivado la bomba latina. La licántropa de melena salvaje y jirones tatuados al cuerpo se ha hecho un corte bob y va más modosita en términos generales. A su estilo, como el día de la FIFA. Armada con un vestido rojo corte sirena con munición de pedrería de grueso calibre de un tal Amato Haute Couture, una especie de Elie Saab sin pasar por la refinería, la colombiana no estaría elegante para los puristas, pero dejó bizco al personal, que de eso se trataba. Pelé, Platter y demás viejas glorias se peleaban por besar a la novia. Tan en calidad de eso iba, que hasta Guardiola, poco sospechoso de sexista, se refirió así a ella desde el púlpito mientras la aludida se derretía viva. No seré yo quien la critique. Ahora que se acerca a los 35 -los cumple el 2 de febrero, el mismo día que Piqué los 25, dime tú si eso no es sincronía-, la chica tiene todo el derecho a reinventarse como diva clásica, ya lo hizo Madonna con Dick Tracy en los noventa, pero, francamente, Shaki, con el Amato de marras estás más cerca de Jessica Rabbit que de Veronica Lake, a cada una lo suyo.
Mujer fatal o no, él es un macho alfa. Para el balón no sé cómo estará dotado, yo es oír la palabra fútbol y entrar en fase REM aguda, pero de lo otro anda sobrado. La revista Cuore le dedicó una portada al "piquetón de Piqué" con profusión de pruebas gráficas que aún colean. Busca en Google el entrecomillado y verás de qué estoy hablando, no me extraña que el chico sea imagen de Mango. Ni que ella berree lo de "Yo soy loca con mi tigre, localocaloca". Desde que confirmaron su idilio no hay foto en la que corra el aire entre ellos. Creo que en su discográfica están que trinan porque no hacen carrera de ella. Que no saca discos nuevos, que no quiere salir de gira, que parece una cheerleader del Barça en vez de una estrella planetaria. Qué quieren: ¿a quién le apetece dar tumbos por el mundo teniéndolo todo en casa?
Con Shakira de baja por enamoramiento, Adriana Abascal se postula como depredadora latina. La ex miss mexicana, ex del tigre Azcárraga, amo de Televisa, y de Juan Vilallonga, ex mandamás de Telefónica, vuelve al mercado del amor y tiene el gusto de anunciárnoslo en ¡Hola! con un posado de infarto que pregona: mirad lo que os estáis perdiendo, maromos. "Hay que besar muchas ranas antes de encontrar al príncipe. Y si el príncipe se te vuelve rana, lo echas al estanque y tiras adelante", amenaza. Eso es una loba en campaña. Para mí que esa además de ladrar, muerde a degüello. Perrea, perrea.