Necrológica:

Bert Schneider, productor rebelde

Con filmes como 'Easy Rider' abanderó la revuelta contra el viejo Hollywood

Bert Schneider tenía un olfato especial. Con él adivinó que los cambios sociales de los años sesenta llegarían al cine, y como productor levantó un puñado de títulos relevantes a finales de esa década y principios de la siguiente. No solo eso, sino que provocó un terremoto ideológico en los Oscar de 1975, que hizo que el viejo Hollywood estallara de cólera y el nuevo mirara con desprecio a gente como Bob Hope o Frank Sinatra.

Schneider nació en Nueva York en 1933 y mamó desde bebé el cine. Su padre, Abraham Schneider, presidió Columbia Pictures. A inicios de los sesenta, tras ser expuls...

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Bert Schneider tenía un olfato especial. Con él adivinó que los cambios sociales de los años sesenta llegarían al cine, y como productor levantó un puñado de títulos relevantes a finales de esa década y principios de la siguiente. No solo eso, sino que provocó un terremoto ideológico en los Oscar de 1975, que hizo que el viejo Hollywood estallara de cólera y el nuevo mirara con desprecio a gente como Bob Hope o Frank Sinatra.

Schneider nació en Nueva York en 1933 y mamó desde bebé el cine. Su padre, Abraham Schneider, presidió Columbia Pictures. A inicios de los sesenta, tras ser expulsado de la Universidad de Cornell y rechazado por el ejército por sus rebeldes ideas políticas, Bert Schneider empieza a trabajar en la televisión. En 1965 conoce a Bob Rafelson y juntos forman una productora con la que desarrollan la serie cómica The Monkees, basada en un grupo de rock ficticio que tras el éxito de las emisiones acabó existiendo en la realidad. Con el dinero ganado, Rafelson y Schneider sacaron adelante su primer largo, Head, con The Monkees y un guion coescrito por Jack Nicholson. Los fans de la banda no entendieron lo radical de la propuesta y le dieron la espalda al estreno en 1968 (cinco años más tarde, en su reestreno, los críticos la relanzaron).

Pero Schneider ya estaba lanzado y produjo Easy rider (buscando mi destino). De la noche a la mañana, Schneider, Rafelson, Peter Fonda, Dennis Hopper y Jack Nicholson, participantes en el filme, se convirtieron en cabecillas del nuevo Hollywood gracias a que los 400.000 euros de presupuesto se convirtieron en una taquilla de más de sesenta millones. Al año siguiente, 1970, Rafelson, como director, y Schneider, como productor, lograron otro bombazo con Mi vida es mi vida. Produjeron en 1971 La última película, dirigida por Peter Bogdanovich; Drive, he said, dirigida por Jack Nicholson, y Un lugar seguro, de Henry Jaglom y en 1972 Rafelson volvió a dirigir con éxito: El rey de Marvin Gardens.

Y así llegamos al documental Hearts and minds, de Peter Davis, una visión muy crítica del papel de Estados Unidos en Vietnam; tenía un clarísimo mensaje antibélico. Cuando salió al escenario para recoger el Oscar al mejor documental junto a Davis, Schneider decidió leer, en vez del mensaje de agradecimiento, un telegrama de la delegación de Vietnam del Norte, que en aquellos momentos participaba en las negociaciones de paz en París, en el que agradecía al pueblo americano sus esfuerzos en pos de la paz. Los viejos mitos de Hollywood saltaron de sus butacas y más tarde Frank Sinatra leyó una declaración, escrita por Bob Hope, en la que lamentaban que en la gala de los premios alguien hubiese hecho comentarios políticos. En 1976 produjo el documental The gentleman tramp, sobre Charles Chaplin, y en 1977 Huellas, de Jaglom. Su carrera se cerró, tras producir una obra maestra como Días de cielo (1978), de Terrence Malick, con el drama Broken english (1981).

Casado cuatro veces, viudo una de ellas, estuvo relacionado con decenas de mujeres guapas, como la actriz Candice Bergen, según se cuenta en el incisivo y clarividente libro de Peter Biskind Moteros tranquilos, toros salvajes, en el que Schneider ocupa un lugar de honor. Su carrera quedó destrozada por su consumo desenfrenado de drogas, hasta el punto de que en una ocasión, como homenaje a un colega fallecido, él y el resto de sus amigos esnifaron en casa del muerto sus cenizas como quien inhala cocaína. El pasado lunes 12 el fallecido fue Schneider, que murió en su casa de Los Ángeles a los 78 años.

Bert Schneider recibe el Oscar al mejor documental en 1975.AP

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