La ejemplaridad en la política
Ayer constituimos la novena corporación democrática de la Diputación de Huelva; en los asientos reservados a los expresidentes faltaba Pepe Cejudo y yo lo he echado especialmente de menos.
Ha descansado después de llevar muchos años luchando contra su enfermedad, venciendo cada vez que se presentaba una recaída. Pero ayer, a las cuatro y media de la madrugada, falleció. Por eso ha sido especialmente doloroso que mi primer acto como presidenta de la Diputación haya sido decretar tres días de luto oficial, durante los cuales las banderas de la Diputación ondearán a media asta.
Pepe...
Ayer constituimos la novena corporación democrática de la Diputación de Huelva; en los asientos reservados a los expresidentes faltaba Pepe Cejudo y yo lo he echado especialmente de menos.
Ha descansado después de llevar muchos años luchando contra su enfermedad, venciendo cada vez que se presentaba una recaída. Pero ayer, a las cuatro y media de la madrugada, falleció. Por eso ha sido especialmente doloroso que mi primer acto como presidenta de la Diputación haya sido decretar tres días de luto oficial, durante los cuales las banderas de la Diputación ondearán a media asta.
Pepe Cejudo, presidente del Partido Socialista en Huelva, presidente del Puerto onubense, alcalde de Valverde del Camino durante 17 años, senador y presidente de la Diputación Provincial, siempre ejerció sus responsabilidades con seriedad y brillantez, porque era un servidor público ejemplar que lo daba todo, hasta su salud.
Hemos perdido a un buen socialista y a un gran compañero. Cuando miro atrás y recuerdo la historia del partido, siempre está Pepe Cejudo, con su análisis certero y sus propuestas valientes, pensando en los ciudadanos. Creía, como yo, que la política es el mejor instrumento para crecer y evitar las desigualdades.
Pepe era una persona alegre, fuerte, apasionada. Defendía el trabajo bien hecho y la lucha para conseguir las cosas. Un político de los pies a la cabeza, con ideas y principios. Siempre encontraba la palabra exacta para el consuelo, el mismo que ahora no sentimos sus compañeros y sus amigos.
Hasta en los últimos momentos, cuando ya se veía que la enfermedad iba haciendo mella en él, tenía, con su entereza, palabras de ánimo para todo el mundo. Pero por encima de cualquier consideración, Pepe Cejudo era una buena persona, un socialista y un luchador, uno de esos hombres que uno se alegra de haber conocido.
Lo recordaré siempre como mi compañero y mi amigo.
Petronila Guerrero (PSOE) es presidenta de la Diputación de Huelva.