El batiburrillo puede ser bello

Primitivismo futurista, posworld music o el inesperado poder del batiburrillo. No es fácil definir a Za!: "En una misma canción de este disco tocamos fado, nu metal, punk ruidoso y un jazz muy reflexivo, pequeñas versiones de grupos imaginarios", apunta Edu Pou, alias Spazzfrica Ehd (una broma a propósito del verbenero King África), que actúa de portavoz del dúo catalán. Za! acaba de rendir a la crítica con Megaflow, como sucedió con Macumba o muerte, su trabajo previo, segundo mejor álbum del año. Y Edu y su compinche Pau Rodríguez, alias Papa duPau, ...

Primitivismo futurista, posworld music o el inesperado poder del batiburrillo. No es fácil definir a Za!: "En una misma canción de este disco tocamos fado, nu metal, punk ruidoso y un jazz muy reflexivo, pequeñas versiones de grupos imaginarios", apunta Edu Pou, alias Spazzfrica Ehd (una broma a propósito del verbenero King África), que actúa de portavoz del dúo catalán. Za! acaba de rendir a la crítica con Megaflow, como sucedió con Macumba o muerte, su trabajo previo, segundo mejor álbum del año. Y Edu y su compinche Pau Rodríguez, alias Papa duPau, llevan meses paseando el torrente demoledor de sus directos por varios países, entre ellos Estados Unidos.

Ojo al método de composición: "Se trata de incluir elementos que suenen bien, un chiste, un ruido que hemos escuchado, una broma de un colega. Como el juego del teléfono, que no sabes en qué va a desembocar". Experimental, en su caso, no significa arisco: "No entendemos por qué se asocia siempre a lo serio, a lo trascendente. Se trata de probar, divertirse".

Los dos multiinstrumentistas son casi autodidactas: "Pau apenas estudió unos meses de trompeta, y yo toco mal la batería, golpeando la caja con la derecha, aunque eso me facilita acceder al teclado con la izquierda". Sus esfuerzos como hombres orquesta se dispararon con la marcha tras Macumba o muerte del tercer vértice, el bajista Alberto Alegre, alias Happy A. "Se enamoró y se fue a vivir a Camboya", aclaran.

¿E improvisa el dúo barcelonés en la medida que aparenta? "Llevamos partes cerradas, más complejas, hasta que uno hace una señal, un riff, un acorde, lo que sea, y llega el momento de la improvisación. Tanto en el estudio como en directo". Hablamos de improvisación conducida, a la manera de Butch Morris, "un tío que venía del free jazz y que se inventó un sistema de señales para conducir toda una orquesta, indicando simplemente texturas, volúmenes o tipos de sonido". Ese mundo lo amplían en la Orquesta del Caballo Ganador, de la que ambos forman parte junto a otros músicos catalanes. "Y a la que cualquier miembro puede dirigir, si recae sobre él la señal: unas orejas de conejo".

El encuentro con Jesús Llorente, del sello Acuarela e impulsor del grupo, resultó clave. Conciertos y parabienes influyeron en esa euforia creativa (de ahí la referencia al flow, estar absorbido por una actividad con enorme placer), aunque no pierdan el punto irónico. Ya sea participando en una exposición musical junto a otros nueve artistas (hasta el 5 de junio, Fundación Miró): "En nuestro espacio, el propio visitante es el que compone". O en su carta a los Premios de la Música Independiente, donde se reconoció su anterior álbum como "mejor disco de música urbana". "No pudimos acudir por nuestros curros [Pau es psicólogo y terapeuta musical; Edu, guionista para Manel Fuentes en la radio]. Quisimos saludar al urbanismo barcelonés, a Pilar Urbano e incluso a Urbano, el exfutbolista del Barça... Y manifestar nuestra más firme condena a la música rural".