Soldados y agentes del dictador huido se enfrentan a tiros en Túnez

Detenido el jefe de seguridad del ex presidente - El primer ministro interino anuncia la formación de un nuevo Gobierno

Los soldados tunecinos no dejaban ayer estacionar taxis en ningún lugar donde hubiera aglomeración de personas. El miedo a un atentado era palpable en la capital. Una psicosis. Porque tras la detención el sábado de Ali al Seriati -jefe de la guardia personal de Zine el Abidine Ben Ali, el sátrapa derrocado-, los esbirros del régimen se emplean a fondo para que la gente añore al dictador fugado el viernes a Arabia Saudí. Instaurar el caos es su objetivo en esta etapa de volatilidad política. Sin embargo, pese a los choques armados entre militares contra policías fieles a Ben Ali que ayer sacudi...

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Los soldados tunecinos no dejaban ayer estacionar taxis en ningún lugar donde hubiera aglomeración de personas. El miedo a un atentado era palpable en la capital. Una psicosis. Porque tras la detención el sábado de Ali al Seriati -jefe de la guardia personal de Zine el Abidine Ben Ali, el sátrapa derrocado-, los esbirros del régimen se emplean a fondo para que la gente añore al dictador fugado el viernes a Arabia Saudí. Instaurar el caos es su objetivo en esta etapa de volatilidad política. Sin embargo, pese a los choques armados entre militares contra policías fieles a Ben Ali que ayer sacudieron el corazón de Túnez, algo es evidente: el Ejército cumple con su misión y se enfrenta a muerte a los matones del dictador dondequiera que tratan de sembrar la anarquía.

Un hombre intenta quitar desde un balcón un cartel gigante con la imagen del derrocado presidente de Túnez Ben Ali.AP