Tentaciones
Entrevista:EN PORTADA

La ley del más raro

En octubre de 2009, Sufjan Stevens empezó a encontrarse mal. "Un extraño tipo de virus afectó a mi sistema nervioso. Se convirtió en una pesadilla. Iba de consulta en consulta, viendo a todo tipo de especialistas, sobre todo neurólogos, pero nadie era capaz de darme una explicación. No podía trabajar, sufría todo tipo de extrañas alergias y dolores crónicos", cuenta por teléfono con voz de sueño. ¿Qué hora es en Brooklyn, Sufjan? "Las diez de la mañana", responde.

Está en su oficina, la que montó en la zona de Dumbo para su sello, Asthmatic Kitty, donde va a trabajar cinco días por sema...

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En octubre de 2009, Sufjan Stevens empezó a encontrarse mal. "Un extraño tipo de virus afectó a mi sistema nervioso. Se convirtió en una pesadilla. Iba de consulta en consulta, viendo a todo tipo de especialistas, sobre todo neurólogos, pero nadie era capaz de darme una explicación. No podía trabajar, sufría todo tipo de extrañas alergias y dolores crónicos", cuenta por teléfono con voz de sueño. ¿Qué hora es en Brooklyn, Sufjan? "Las diez de la mañana", responde.

Está en su oficina, la que montó en la zona de Dumbo para su sello, Asthmatic Kitty, donde va a trabajar cinco días por semana. A pocas paradas de metro de su casa, en Kensington, donde vive desde hace años. Es un vecindario en el que se mezclan familias y músicos como sus amigos The National. Un poco más allá, en Williamsburg, está la Resurrection Presbiterian Church, la congregación más enrollada de Nueva York. El reverendo, Vito Aiuto, y su mujer, Monique, tienen un grupo, The Welcome Wagon. Sufjan les fichó para Asthmatic Kitty y produjo su segundo disco. "Soy cristiano, voy a la iglesia. Pero no creo que eso se refleje en mi música, más allá de que me encantan las canciones litúrgicas", explica.

"Soy una persona muy dispersa, me cuesta mantener la atención en una sola cosa"

Es una vida tranquila. "Terminamos la gira la semana pasada. Ha sido muy divertido, pero agotador. La logística del directo del nuevo álbum es muy complicada. Ahora tengo unos días libres. Iré a pasar la Navidad a algún sitio raro. No sé, Hong Kong quizá. Es que odio todo ese rollo del árbol y las luces. Y como en enero tengo una gira por Australia…". Un momento, ¿cómo es posible que odie la Navidad alguien que ha publicado una caja con cinco discos navideños? "Era un ejercicio. Me gusta ese tipo de cosas, ponerme límites, trabajar con fronteras autoimpuestas", dice riéndose. "Soy una persona muy dispersa, me cuesta mantener la atención en una sola cosa. Tener un concepto no es una restricción, sino una ayuda".

Stevens, 35 años, publicó el 12 de noviembre The age of ADZ, su primer disco "de canciones" desde 2005. Es la vuelta de uno de los grandes nombres de la última década. Y se le esperaba. La semana de su lanzamiento entró en el número siete de la lista de Bilboard. Lo más alto que había llegado nunca. "La verdad es que no doy mucha importancia a estas cosas. Sé que nadie me cree cuando lo digo, pero es verdad. Me gusta hacer la música que me agrada. El dinero es algo fantasmagórico, y no me interesan las modas ni las tendencias. No les hago caso".

Sufjan creció en un diminuto pueblo de Michigan llamado Petoskey. Su padre, que todavía vive allí y trabaja en el Wal-mart, es una especie de ex hippy que bautizó a su hijo pequeño con un nombre en parsi que significa "el que viene con la espada". Por cierto, al mayor, corredor de fondo profesional y autor de la foto de portada de este EP3, le puso Marzuki.

No cree en modas, pero entre sus logros está el haber convertido el folk en un estilo moderno después de casi dos décadas de marginalidad. "No es mérito mío. Estaba ahí. Creo que en la sociedad hay ideas comunes, una especie de subconsciente social".

Apareció en 2003 con un disco llamado Michigan. La confirmación de que este hombre era algo realmente especial llegó con Come on feel… The Illinoise, en 2005. Un álbum dedicado a este Estado que despertó pasiones. "Es una de las mejores novelas jamás escritas sobre Illinois", dijo el escritor Dave Eggers. Entonces empezó a hablar del 50 state project: un megalómano proyecto que consistía en dedicar un disco a cada uno de los Estados de la Unión. Con el tiempo empezó a decir que era una broma. "¿La verdad? No lo sé. Sí que es verdad que se me ocurrió en cierta medida como promoción. Pero tengo que decir que todavía creo en eso. Aunque es muy grande. Demasiado".

Después de Illinoise desapareció como compositor de canciones. Sus discos eran experimentos: un disco sobre una autopista, o sobre el horóscopo chino… Daba la impresión de que no volvería. Y de repente, en agosto, publicó un epé, y después, The age of ADZ, que es una vuelta de tuerca que muchos de sus fans no han entendido. Un disco de electrónica analógica, de efectos y ruidos, de viejos sintetizadores que crujen.

"No me di cuenta de que había pasado tanto tiempo. Yo seguía componiendo, pero estaba ocupado. Después llegó la enfermedad. Aún no sé lo que fue. Duró hasta febrero y de repente desapareció, aunque todavía tengo molestias. Ese fue uno de los motivos por los que me interesó Royal Robertson. Lo que hace su obra interesante es que estaba enfermo, era esquizofrénico, y mucho de su trabajo gira alrededor del dolor, del aislamiento".

Porque no podía ser de otra manera, The age… es un disco conceptual, inspirado por la obra del autodenominado profeta Royal Robertson, un artista fallecido en 1997. "Lo conocí gracias a un amigo que preparaba un documental sobre él. Vi el material y me conmovió profundamente. Hasta el final de su vida, todo lo que hizo fue muy juvenil, muy espontáneo, lleno de energía. Su obra habla de que somos mortales, y eso es de lo que trata el disco".

The age of ADZ está editado en PopStock!

Sufjan Stevens ha convertido el folk en un estilo moderno después de casi dos décadas de marginalidadMARZUKI STEVENS
Sufjan Stevens, el músico contra la pared.MARZUKI STEVENS

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