Necrológica:

Aldo Sassi, el técnico que llevó a Moser y Evans al podio ciclista

Le llamaban Il Professore: explicaba las cosas con tanta facilidad que cualquier charla se convertía en una pequeña clase. O al revés. No abusaba de términos médicos o de jerga técnica. Aldo Sassi era un hombre simple, como ha dicho Francesco Moser. Era entrenador de ciclismo, lo fue de Moser cuando ganó el récord de la hora en México en 1984. Y de Cadel Evans y de Ivan Basso, entre otros. A Basso lo cuidó cuando quiso volver a subirse a la bici tras cumplir dos años de sanción por dopaje. Le siguió a diario, subido a una moto detrás de su bici en los entrenamientos y en los análisis a ...

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Le llamaban Il Professore: explicaba las cosas con tanta facilidad que cualquier charla se convertía en una pequeña clase. O al revés. No abusaba de términos médicos o de jerga técnica. Aldo Sassi era un hombre simple, como ha dicho Francesco Moser. Era entrenador de ciclismo, lo fue de Moser cuando ganó el récord de la hora en México en 1984. Y de Cadel Evans y de Ivan Basso, entre otros. A Basso lo cuidó cuando quiso volver a subirse a la bici tras cumplir dos años de sanción por dopaje. Le siguió a diario, subido a una moto detrás de su bici en los entrenamientos y en los análisis a los que se sometía en el Centro Mapei. Un centro que fundó en 1997 para la preparación deportiva. Una preparación limpia, porque su director sí creía en un ciclismo sin dopaje.

Sassi murió en la madrugada del lunes. Tenía 51 años y un tumor en el cerebro. "La vida me lo ha dado todo: una familia espectacular, el trabajo que soñaba y una cantidad de amigos que no os podéis ni imaginar. Ahora tengo que remangarme y luchar contra un enemigo bastante agresivo (...) Soy un científico, para mí no existen males incurables", decía en abril, tras pasar por el quirófano. Hacía su vida como si nada. Hasta viajó al Mundial de Melbourne en septiembre.

Seguía con sus proyectos y con la idea de recuperar a los ciclistas. Riccardo Riccó fue uno de ellos. Como hizo Basso, acudió al Centro Mapei, tras haber cumplido la sanción por dopaje, porque se lo pidió el propio Sassi. Cuentan que le dijo a Riccó, al que consideraba el Valentino Rossi del ciclismo: "Me han dicho que mi esperanza de vida es hasta julio, eres mi última apuesta". Siempre mimaba a sus chicos. Siempre eran relaciones humanas más allá del deporte. Evans y Basso son una prueba. Evans ganó el Mundial de Mendrisio en 2009 entrenado por Sassi. "En Melbourne corro por él, la forma en la que ha llevado estos meses terribles es un ejemplo para todos", dijo el ciclista australiano en septiembre. Basso colgó ayer en su Twitter una foto con el maillot rosa del Giro junto a Sassi. "Tu cariño y amistad las llevaré siempre conmigo".

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