Necrológica:

Bernardino Landete, un rejoneador creativo

Fue el inventor de la suerte de las banderillas al violín

Del mundo del caballo al del toro pasando por el del cine. La vida del madrileño Bernardino Landete se truncó el 25 de septiembre en Alicante a los 85 años. Su invención no incluye su apellido o apodo como pasa con tantos otros lances de la lidia, sin embargo, rara es la tarde de rejones, incluso la corrida de matadores banderilleros, en que no se ejecuta un par de banderillas al violín, suerte que salió de su imaginación. El Fandi, Juan José Padilla o Luis Francisco Esplá tarde tras tarde desempolvan esta vistosa manera de poner banderillas.

Él mismo explicaba el origen de este especta...

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Del mundo del caballo al del toro pasando por el del cine. La vida del madrileño Bernardino Landete se truncó el 25 de septiembre en Alicante a los 85 años. Su invención no incluye su apellido o apodo como pasa con tantos otros lances de la lidia, sin embargo, rara es la tarde de rejones, incluso la corrida de matadores banderilleros, en que no se ejecuta un par de banderillas al violín, suerte que salió de su imaginación. El Fandi, Juan José Padilla o Luis Francisco Esplá tarde tras tarde desempolvan esta vistosa manera de poner banderillas.

Él mismo explicaba el origen de este espectacular arte tras su debut en Madrid el 13 de marzo de 1955: "El haber jugado al polo me hizo pensar que, igual que se le pegaba a la bola por el lado izquierdo, al toro también se le podía dar por la izquierda".

Su nombre llenó los carteles cuando aún no había un circuito formal de toreo a caballo. Cuando la mayor parte de las veces los festejos en que se participaba eran benéficos y con un solo caballo para toda la faena.

Polifacético e inquieto, Landete tuvo papeles menores en el cine. Durante la década de los sesenta y setenta emigró a Colombia, Venezuela, Argentina y Ecuador, donde se dedicó a dar clases de equitación y jugar al polo. De vuelta a España abrió una escuela hípica en Barajas (Madrid) y más tarde el Club Hípico Barajas. En 1999 dejó definitivamente el caballo y se retiró con la familia a Torrellano (Alicante), donde dijo adiós a la vida.

Bernardino Landete, en una de sus faenas como rejoneador.

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