Necrológica:IN MEMÓRIAM

Un banquero que creyó en la industria

Siempre me sorprendió, desde que le conocí en 1977, su entusiasmo creador y su creencia en el desarrollo industrial y económico de España. Emanaba de él una fuerza y una determinación poco comunes. Vehemente en sus afirmaciones y creencias, siempre consideró que los bancos estaban al servicio de la industria y que el fin último de un empresario no era otro que el de crear riqueza y empleo.

Fue un hombre que se hizo a sí mismo. Subió, en su banco, el Central, todos los escalones, desde el primero hasta el último. Y contribuyó decisivamente a la creación y al desarrollo de grandes empresa...

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Siempre me sorprendió, desde que le conocí en 1977, su entusiasmo creador y su creencia en el desarrollo industrial y económico de España. Emanaba de él una fuerza y una determinación poco comunes. Vehemente en sus afirmaciones y creencias, siempre consideró que los bancos estaban al servicio de la industria y que el fin último de un empresario no era otro que el de crear riqueza y empleo.

Fue un hombre que se hizo a sí mismo. Subió, en su banco, el Central, todos los escalones, desde el primero hasta el último. Y contribuyó decisivamente a la creación y al desarrollo de grandes empresas como Dragados o Cepsa. Siempre creyó que España no progresaría si no era capaz de industrializarse. Es cierto que la industria ha terminado por ceder el paso a los servicios en las sociedades avanzadas pero, hasta hoy, el camino hacia la modernización ha pasado, inexcusablemente, por la industrialización. Desde esta perspectiva, el crecimiento económico de España debe mucho a Alfonso Escámez y a hombres como él que, a fuerza de trabajo y de voluntad, han conseguido crear empresas capaces de competir dentro y fuera de nuestras fronteras.

Creía en la ciencia y en el progreso. Apoyó a la Universidad, desde su posición en el banco y como presidente del Consejo Social de la Complutense de Madrid. Estaba orgulloso de presidir este Consejo, como pude comprobar en múltiples ocasiones. Y apoyó desde el principio la democracia. Como senador de designación real en las primeras Cortes democráticas desempeñó un papel discreto, pero eficaz, en la consolidación de las libertades en España.

Fue un hombre venido del pueblo, con una gran fortaleza física y moral. Amaba las artes y las ciencias, fue siempre leal con los suyos y contribuyó de manera eficaz al progreso de España.

Descanse en paz.

José Luis Leal fue ministro de Economía y Hacienda.

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