Necrológica:'IN MEMÓRIAM'

José Ramón García Antón, un hombre de corazón grande

Regantes, alcaldes, diputados, empresarios o el encargado de una obra; desde el President de la Generalitat hasta la última persona que se ha incorporado al Gobierno; los amigos y cualquier persona que alguna vez tuvo, tuvimos, la suerte de trabajar codo a codo con José Ramón: todos estamos desolados por su muerte, el 11 de agosto, en Sant Vicent de Raspeig (Alicante). Tenía 61 años.

Si hoy pudiéramos expresar en pocas palabras cómo veíamos a José Ramón, qué virtudes ejercía hasta el extremo, seguro que destacamos su entrega fiel al trabajo. Un trabajo desarrollado siempre con una sonri...

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Regantes, alcaldes, diputados, empresarios o el encargado de una obra; desde el President de la Generalitat hasta la última persona que se ha incorporado al Gobierno; los amigos y cualquier persona que alguna vez tuvo, tuvimos, la suerte de trabajar codo a codo con José Ramón: todos estamos desolados por su muerte, el 11 de agosto, en Sant Vicent de Raspeig (Alicante). Tenía 61 años.

Si hoy pudiéramos expresar en pocas palabras cómo veíamos a José Ramón, qué virtudes ejercía hasta el extremo, seguro que destacamos su entrega fiel al trabajo. Un trabajo desarrollado siempre con una sonrisa en la cara, con su corazón grande donde cabían todos, independientemente de su manera de pensar.

Durante los últimos años luchó, como nadie, por afrontar con valentía el gran reto que la Comunitat Valenciana tiene ante la escasez de agua. Un problema por el que se desvivió, recorriendo toda la Comunitat, hablando con cada regante que llamaba a su puerta, buscando diálogo y soluciones.

El reto del agua

José Ramón sabía de canales, de acequias, de embalses, pero aunque sabía mucho de estos temas, estoy convencido de que siempre trabajaba con la idea clara de que tenía que solucionar este gran problema por el bien de la Comunitat, para que fuese más próspera.

Su entrega al bien común de todos nosotros le hizo profundizar en la idea de la justicia distributiva. Por este principio de solidaridad, nunca entendió por qué el agua, siendo un bien escaso, no se aprovechaba toda y de todas partes cuando no hubiera otra posibilidad: el agua de los ríos, los pozos, depurada o la del mar.

José Ramón quería, de todo corazón, a su Comunitat, y por esta razón trabajaba sin descanso por cada hombre y cada mujer que necesitaba agua para sacar adelante sus cosechas; trabajaba por cada pueblo que requería una carretera para comunicarse; defendía en cada reunión la construcción del AVE y el Corredor del Mediterráneo porque estaba construyendo el futuro para toda la Comunitat.

Pero si en todos estos temas, insisto, sabía mucho, el que más, sin lugar a dudas, era que José Ramón destacaba en "hacer la vida agradable a los demás" cada día, cada segundo, cada instante que uno tenía la suerte de compartir su tiempo.

Estoy convencido, seguro, de que miles y miles de personas se acordarán de él siempre con una sonrisa en la boca, dándote un abrazo, preguntándote por un familiar que tenías enfermo, contándote alguna anécdota cuando te veía preocupado. Porque era un amigo de verdad.

En las reuniones del Consell, siempre tenía la palabra acertada, hablaba con todos y con cada uno de nosotros, siempre en positivo, con alegría, mostrando la cara más optimista y amable de la vida.

José Ramón ha dedicado toda su vida a los demás, con la suerte de que ha hecho lo que le gustaba, ha ejercido su profesión de ingeniero de Caminos, su vocación profesional desde niño.

En estas líneas escritas desde el corazón de un compañero de Gobierno, que le admiraba y que procuraba aprender de su buen hacer, no sólo debo destacar su historia profesional o política, sino que debo escribir con mayúscula el amor que sentía por su familia. Era un hombre entregado a su familia: Luisa, su mujer; a sus hijos y a sus nietos. Recuerdo con qué alegría un día que estábamos juntos me dijo: "Mira, me llama Luisa, me dice que mi hija está entrando al paritorio. Termino el Consell y salgo pitando para tener a mi nieto entre los brazos".

Ése era José Ramón, un hombre que se conocía la Comunitat pueblo a pueblo, sus gentes, sus acequias, sus carreteras, sus necesidades para hoy y lo que teníamos que hacer para que esta comunidad avanzara día a día hacia un futuro más próspero.

Sin duda, un hombre de gran corazón que lo daba a los demás por entero. Tan grande lo tenía que Dios lo ha querido para él, ha podado la rosa cuando estaba en la plenitud de su belleza y de su perfume, como un buen agricultor cuando coge los buenos frutos del campo. José Ramón estaba en esa plenitud, quizá por esa razón no logramos entender su marcha.

Juan Cotino es vicepresidente tercero del Consell y consejero de Bienestar Social de la Generalitat valenciana.

José Ramón García Antón, a principios de este mes.EFE

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